Festival 'celtic' ante el campeón
Los Celtics dominaron de principio a fin, estuvieron excelsos en defensa, llegaron a mandar de 30 puntos y arrollaron al campeón; Toronto, contra las cuerdas.
Alberto Clemente
As
Ya están aquí los Celtics, si es que en algún momento se habían ido. Si analizamos el global de la eliminatoria ya deberían estar en la final del Este, con dos victorias inaugurales, una que no fue por un triple tan mágico como inopinado y un cuarto encuentro en el que jugaron mal y aun así, estuvieron en el partido. El quinto ha sido la constatación de que son neta y completamente superiores a un rival que puede tener algo que decir todavía, pero que se encuentra entre la espalda y la pared. A una derrota de oficializar que este año habrá nuevo campeón después de un partido en el que ni estaban ni se les esperaba. No ha tenido ventajas en ningún momento, han sucumbido a una defensa que no han sabido atacar y no han sido capaces de defender una ofensiva colaborativa, con el tridente Brown-Tatum-Kemba en su máximo apogeo y un Smart que sigue siendo la cabeza, el corazón y el alma de lo que perfectamente puede ser, si juega así, un equipo campeón.
Mucho queda para entonces, y si bien la batalla táctica la está ganando Stevens y Nurse parece estar perdido por primera vez desde su llegada a la mejor Liga del mundo, habrá otro duelo en los banquillos en las finales del Este si todo va normal y los Heat de Spoelstra eliminan a los Bucks. Por lo tanto, que nadie lea lo que no está escrito: los Celtics tienen jugadores, entrenador y mimbres suficientes como para ganar el anillo, y jugando como esta noche pueden batir a cualquier rival. Pero eso no significa que vayan a ganarlo. De momento, el camino es el adecuado y el enésimo ajuste táctico de Stevens se ha visto recompensado en demasía; el técnico puso a Smart sobre Lowry, liberando a Tatum de su marcaje y asfixiando al líder de los Raptors, que venía de disputar 45 extenuantes minutos en el cuarto duelo. ¿El resultado? 10 puntos y apenas 8 tiros intentados por el base, que ha acabado con un ignominioso -23 en pista.
Los Celtics dominaron de principio a fin y en los primeros 8 minutos de juego solo Anunoby había anotado para los canadienses. 5 puntos totales con 0 de 9 en tiros del resto del equipo; 11 en total al finalizar el periodo, algo que mejoró en el segundo pero no lo suficiente. 62-35 a un descanso en el que el encuentro parecía estar sentenciado con el poder de las sensaciones y la estadística básica: nadie jamás, en la historia de los playoffs, había remontado una renta de 25 o más puntos tras el descanso (54-0). Algo que tampoco ocurrió esta vez, sobre todo viendo que los Raptors estaban en un 30% en tiros de campo (13 de 43) y un 22% en triples (4 de 18). Ni lo seis puntos consecutivos de un estéril Siakam (10 tantos) tras el intermedio minaron la moral 'celtic', que se hizo cargo de la situación y llegó a mandar de 30 (52-82) en los últimos minutos del tercer periodo. En el último, todo estaba visto para sentencia, y los Raptors no hicieron además de ir a por más ni cuando bajaron de 20 de diferencia. Nurse dio descanso a los suyos y dio paso a un Matt Thomas que fue una de las pocas luces dentro de la oscuridad canadiense (10 puntos) junto a Normal Powell (16). El resto nada, incluido ese bochornoso primer periodo en el que no llegaron ni a punto por minuto (11 en 12).
La noche del miércoles al jueves podría decidir una serie que, si no estuviéramos en Disney, habría contado cada partido como victoria para el equipo visitante. Un condicionante irrisorio que jamás se habría dado en una situación normal (raro sería con dos equipos tan fuertes en sus respectivos feudos) y que no ayuda a unos Raptors cuya mejor noticia es que el partido se ha acabado. En los Celtics, 18+10+4 de Tatum, 21+4+7 de Kemba, 27 puntos de un espectacular Jaylen Brown, 12+7+6 de un adimensional Smart y 15+8 de Theis, el teórico eslabón débil que no lo es tanto y que es matador en la zona, no flojea en los miss match y defiende en el exterior con una habilidad supina. Ah, y 15 puntos de Wanamaker. Todos se han apuntado a la fiesta y Stevens ha reaccionado cuando le pedían que lo hiciera, anulando la ofensiva de unos Raptors que están echando más de menos que nunca a una estrella que te saque de ciertos líos (eso que era Kawhi y a lo que no se ha podido acercar Siakam) y que están contra las cuerdas. Y sí, ya lo dijo Tomjanovich, no hay que subestimar el corazón de un campeón. Pero los Celtics, su historia y los 17 anillos que hay en sus vitrinas, saben muy bien que el trabajo no está hecho. Y no van a subestimarles. Ni a los Raptors ni a nadie. Pobre del que los subestime a ellos.
Alberto Clemente
As
Ya están aquí los Celtics, si es que en algún momento se habían ido. Si analizamos el global de la eliminatoria ya deberían estar en la final del Este, con dos victorias inaugurales, una que no fue por un triple tan mágico como inopinado y un cuarto encuentro en el que jugaron mal y aun así, estuvieron en el partido. El quinto ha sido la constatación de que son neta y completamente superiores a un rival que puede tener algo que decir todavía, pero que se encuentra entre la espalda y la pared. A una derrota de oficializar que este año habrá nuevo campeón después de un partido en el que ni estaban ni se les esperaba. No ha tenido ventajas en ningún momento, han sucumbido a una defensa que no han sabido atacar y no han sido capaces de defender una ofensiva colaborativa, con el tridente Brown-Tatum-Kemba en su máximo apogeo y un Smart que sigue siendo la cabeza, el corazón y el alma de lo que perfectamente puede ser, si juega así, un equipo campeón.
Mucho queda para entonces, y si bien la batalla táctica la está ganando Stevens y Nurse parece estar perdido por primera vez desde su llegada a la mejor Liga del mundo, habrá otro duelo en los banquillos en las finales del Este si todo va normal y los Heat de Spoelstra eliminan a los Bucks. Por lo tanto, que nadie lea lo que no está escrito: los Celtics tienen jugadores, entrenador y mimbres suficientes como para ganar el anillo, y jugando como esta noche pueden batir a cualquier rival. Pero eso no significa que vayan a ganarlo. De momento, el camino es el adecuado y el enésimo ajuste táctico de Stevens se ha visto recompensado en demasía; el técnico puso a Smart sobre Lowry, liberando a Tatum de su marcaje y asfixiando al líder de los Raptors, que venía de disputar 45 extenuantes minutos en el cuarto duelo. ¿El resultado? 10 puntos y apenas 8 tiros intentados por el base, que ha acabado con un ignominioso -23 en pista.
Los Celtics dominaron de principio a fin y en los primeros 8 minutos de juego solo Anunoby había anotado para los canadienses. 5 puntos totales con 0 de 9 en tiros del resto del equipo; 11 en total al finalizar el periodo, algo que mejoró en el segundo pero no lo suficiente. 62-35 a un descanso en el que el encuentro parecía estar sentenciado con el poder de las sensaciones y la estadística básica: nadie jamás, en la historia de los playoffs, había remontado una renta de 25 o más puntos tras el descanso (54-0). Algo que tampoco ocurrió esta vez, sobre todo viendo que los Raptors estaban en un 30% en tiros de campo (13 de 43) y un 22% en triples (4 de 18). Ni lo seis puntos consecutivos de un estéril Siakam (10 tantos) tras el intermedio minaron la moral 'celtic', que se hizo cargo de la situación y llegó a mandar de 30 (52-82) en los últimos minutos del tercer periodo. En el último, todo estaba visto para sentencia, y los Raptors no hicieron además de ir a por más ni cuando bajaron de 20 de diferencia. Nurse dio descanso a los suyos y dio paso a un Matt Thomas que fue una de las pocas luces dentro de la oscuridad canadiense (10 puntos) junto a Normal Powell (16). El resto nada, incluido ese bochornoso primer periodo en el que no llegaron ni a punto por minuto (11 en 12).
La noche del miércoles al jueves podría decidir una serie que, si no estuviéramos en Disney, habría contado cada partido como victoria para el equipo visitante. Un condicionante irrisorio que jamás se habría dado en una situación normal (raro sería con dos equipos tan fuertes en sus respectivos feudos) y que no ayuda a unos Raptors cuya mejor noticia es que el partido se ha acabado. En los Celtics, 18+10+4 de Tatum, 21+4+7 de Kemba, 27 puntos de un espectacular Jaylen Brown, 12+7+6 de un adimensional Smart y 15+8 de Theis, el teórico eslabón débil que no lo es tanto y que es matador en la zona, no flojea en los miss match y defiende en el exterior con una habilidad supina. Ah, y 15 puntos de Wanamaker. Todos se han apuntado a la fiesta y Stevens ha reaccionado cuando le pedían que lo hiciera, anulando la ofensiva de unos Raptors que están echando más de menos que nunca a una estrella que te saque de ciertos líos (eso que era Kawhi y a lo que no se ha podido acercar Siakam) y que están contra las cuerdas. Y sí, ya lo dijo Tomjanovich, no hay que subestimar el corazón de un campeón. Pero los Celtics, su historia y los 17 anillos que hay en sus vitrinas, saben muy bien que el trabajo no está hecho. Y no van a subestimarles. Ni a los Raptors ni a nadie. Pobre del que los subestime a ellos.