El milagro de China con el coronavirus
El gigante asiático suma 36 días sin contagios locales, aunque en las últimas 24 horas ha detectado 25 casos de viajeros procedentes del extranjero.
Con estos, los casos procedentes del extranjero ascienden a 2.742, mientras que la cifra total de China se sitúa en 85.291 infecciones. Además, el Ministerio de Salud de China no ha tenido constancia de ningún fallecimiento adicional a causa de la COVID-19, por lo que el número de víctimas mortales por la enfermedad se mantiene en 4.634.
Casos asintomáticos
En cuanto a los infectados asintomáticos, China sumó 25 nuevos positivos en este último informe, todos ellos importados, lo que sitúa el total de personas en esas circunstancias bajo observación en 397, de los cuales todos menos uno provienen del extranjero.
Asimismo, las autoridades sanitarias detallaron que, hasta la pasada medianoche local, se dio de alta a 7 pacientes, por lo que el número total de infectados activos en la China continental es de 173. En total, 80.484 personas se han recuperado de la COVID-19 en China, mientras que 6.233 personas permanecen bajo observación médica tras mantener un contacto estrecho con algún contagiado.
Vida normal
Después de ser el origen, China ha vuelto a la normalidad tras superar la pandemia. Una situación que no es fruto del azar, sino de sus buenas actuaciones, según explican los vallisoletanos Sergio Camarero y Pablo Muelas, residentes en Shanghái, que comentaron a El Norte de Castilla cómo se vive allí la era post-COVID.
“En Shanghái el tráfico, la actividad en las calles y en los negocios y la vida social son lo que eran antes de la COVID-19”, explica Sergio Camarero, de 34 años, quien alabó la gestión de China, calificándola como “excelente”. “Además tiene un gobierno más autoritario, al que todo el mundo obedece. Otros factores clave para la recuperación han sido la obligatoriedad de la mascarilla desde la primera fase, su tecnología y la configuración de las ciudades. Shanghái lleva libre de COVID desde marzo y las medidas se han relajado por completo”, añade.
Por su parte, Pablo Muelas, de 28 años, destaca que en Shanghái “la normalidad es absoluta, de hecho, ya casi nadie lleva mascarilla por la calle”. “Actualmente el código QR y la toma de temperatura son los únicos controles que se hacen. Se han convertido en un trámite y no suponen mayor inconveniente. Los últimos en recuperar la normalidad han sido los cines, hace un mes. Mi día a día aquí es exactamente igual que antes de la pandemia”, relata.
