El Marsella de Villas-Boas vuelve a resucitar en el descuento

Un gol de Sanson en el minuto 94’ empató un encuentro que se le puso en contra tras el gol de Niané. Tercer tropiezo consecutivo para los de Villas-Boas.

Andrés Onrubia
As
La misma historia de siempre esta temporada y en el mismo contexto de siempre. El Marsella de Villas-Boas volvió a sacar un empate en el último minuto contra el Metz, tras ir toda la segunda parte a contracorriente por el gol de Niané. El segundo clasificado la temporada pasada de la Ligue 1 puede dar el empate como bueno, ya que tuvo muchas limitaciones para llegar al área rival.

El OM de Villas-Boas, que venía de sumar tan solo un punto de seis posibles en el Velódrome, afrontaba su tercer partido en casa con la presión de sumar los tres puntos. Un pinchazo contra el Metz pondría en dificultades al conjunto marsellés a tan solo una semana de viajar a Lyon en uno de los partidos más difíciles de la temporada.

El Marsella volvió a adolecer de los mismos problemas que ante Saint-Étienne y Lille la semana pasada. Fue una primera parte de poco fútbol en el Velódrome, con muy poco fútbol y con un dominio local abrumador, aunque sin materializarse en goles. Hubo llegadas peligrosas por parte del OM, pero todas sin un plan de juego establecido. Thauvin y Payet, elegidos para liderar el proyecto esta temporada, tampoco están en su mejor momento y eso incrementa las carencias del equipo en ataque.

Las ocasiones más claras del partido se produjeron en el área del Metz. Benedetto tuvo la primera a centro de Payet, pero su testarazo se marchó alto. Precisamente, ambos combinaron minutos después en una buena maniobra que terminó con un disparo de Payet alto en el punto de penalti. Fueron dos avisos esporádicos, pues el sistema de marcajes individuales del Metz en la primera parte fue un rodillo impenetrable para un Marsella con muchos problemas para trazar jugadas de peligro.

Villas-Boas intentó ser más profundo a través de Darío Benedetto. El argentino, caracterizado por ser un delantero muy irregular, oxigenó a su equipo a través de varios desmarques de ruptura que generaron más espacios a la espalda de la defensa del Metz. Sin embargo, sus desmarques no fueron interpretados por sus compañeros y el Marsella se fue al descanso volviendo a generar muchas dudas.

El Marsella, fiel a su lema “droit au but (directo al gol), salió en la segunda mitad con más intensidad que en el primer acto, pero con las mismas limitaciones de siempre. A la espera del debut del prometedor Paulo Henrique, recién fichado del Botafogo, no había un jugador en el banquillo que pudiera darle más dinamismo al encuentro, en otra evidencia de la poca profundidad de una plantilla que disputará Champions League esta temporada.

Partidos como el de hoy hizo muchos el OM la temporada pasada, pero siempre con la balanza a su favor. La excesiva inercia para afrontar los partidos del conjunto marsellés parece que está llegando poco a poco a su fin, pues el Metz se adelantó en el marcador en el minuto 65. Ibrahima Niané, otro producto de la prestigiosa Generation Foot de la que salieron Ismaïla Sarr o Sadio Mané, se anticipó a Caleta-Car y aprovechó un gran centro de Udol desde la izquierda para adelantar a los granotas.

Como ante el Lille la semana pasada, el Marsella empató en el tiempo de descuento. Morgan Sanson aprovechó una indecisión del Metz en el área para batir a Oukidja y darle un empate más que satisfactorio a su equipo. Es imposible ver a un equipo en Europa con la supervivencia de este OM. Saca puntos en situaciones inverosímiles y tiene más vidas que un gato. Un empate de supervivencia para tapar un partido dubitativo de los de Villas-Boas.


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