Djokovic, descalificado por dar un pelotazo a una jueza de línea

Un bola lanzada por el serbio tras encajar un break ante Carreño que golpeó a una jueza de línea en el cuello, le deja sin opciones de ganar su 18º Grand Slam y mete al español en cuartos.


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El US Open vivió este domingo un momento histórico cuando Novak Djokovic fue descalificado porque una bola lanzada por él, tras encajar un break en el primer set de su partido de octavos contra Pablo Carreño, golpeó a una jueza de línea en el cuello. La auxiliar pasó unos momentos de angustia por el ahogo que le produjo el impacto provocado por el serbio, que tiró la bola a una altura inusual debido a su frustración y lo hizo de cara, lo que descarta que no supiera hacia donde podía ir la pelota.


Con el reglamento en la mano, el árbitro jefe, Soeren Friemel, tomó la decisión de expulsar a Djokovic tras charlar con el supervisor de la ATP, Andreas Egli, y la jueza de silla, Aurelie Tortue, y se la explicó al jugador durante unos minutos tensos en los que el ganador de 17 Grand Slams no levantó la voz ni hizo aspavientos antes de acatar su expulsión del partido y, por lo tanto, del torneo. El balcánico no podrá acortar distancias en la carrera por los grandes títulos con Nadal (19) y Federer (20), en un campeonato en el que era el gran favorito en ausencia de los otros dos componentes del Big Three. Además, Djokovic se irá de Nueva York sin puntos, sin premios en metálico y con una buena multa. Será Carreño el que juegue por segunda vez los cuartos del US Open contra Shapovalov o Goffin.

La cadena de acontecimientos que llevaron al de Belgrado a perder los nervios empezó con un drive reclamado por Carreño cantado como out y que corrigió el ojo de halcón con 0-40 y punto de set para su rival. Pablo levantó las tres bolas de quiebre y Djokovic, enfadado, pegó un pelotazo contra un lateral de la pista. El partido se igualó y en el siguiente juego, un golpe ganador de Carreño dejó sentado al número uno del mundo, que en su caída se lastimó el hombro izquierdo. Tras ser atendido y con un peligroso 0-30 en el marcador, perdió su saque (6-5 y servicio para el gijonés). Ahí cometió el error que provocó la sanción. De nada sirvió que se interesara por la jueza ni que diera explicaciones al oficial (no las dio en rueda de prensa porque dejó el recinto de inmediato) para intentar revocar la decisión. No se castigaba la voluntariedad, sino el hecho de ejecutar un golpe en una acción al margen del juego y dañar a un auxiliar, elemento intocable. En 2017, Shapovalov perdió un partido de Copa Davis con Canadá y fue apartado del torneo cuando le pegó un pelotazo en el ojo al juez de silla. Y en 2012, David Nalbadian perdió los papeles en la final de Queens y se fue a la calle por darle patadas a una caja en la que estaba sentado un línea. Hacía 20 años que ningún tenista era excluido de un Grand Slam por una conducta antideportiva. Fue en Roland Garros 2000, cuando el austriaco Stefan Koubek le propinó un bolazo a un recogepelotas en su partido de segunda ronda contra el húngaro Atila Savolt.

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