COPA LIBERTADORES / Racing corazón: ¡primero y a octavos!

La Academia le ganó a Nacional y se vuelve de Montevideo con premio doble. Se aseguró el pase de ronda y alcanzó a los uruguayos en lo más alto del grupo. Reniero y Fértoli, los goles.

Olé

Racing se llevó el premio doble que fue a buscar a Montevideo. No era sólo sumar y asegurar la clasificación a octavos de final. La Academia tenía que ganar para alcanzar a Nacional en lo más alto del Grupo F y quedar bien perfilado para evitar a los más poderosos en la próxima fase. Dependerá de sí mismo, entonces, para ganarle en casa a Estudiantes de Mérida y terminar primero en la zona. Lo hizo afianzando un estilo y también repitiendo los mismos errores que todavía no lo hacen un candidato a ganar la Libertadores, tal como el propio Beccacece dijo en la previa.


Ante un rival que salió a la cancha con ocho juveniles pensando en el torneo local -está cerca de consagrarse-, Racing impuso condiciones desde el principio. Como había pasado hace una semana en Lima, aunque esta vez sin tantas chances de gol, fue el equipo argentino el que se paró en campo contrario y llevó el protagonismo del partido. Reniero se lo perdió en la primera y en la segunda no perdonó. Aprovechó un grosero error en la salida de Martínez y definió cruzado para poner el 1-0. El Príncipe, que había fallado un penal en Perú, se redimió siendo el mejor de la cancha.

Más allá del gol y de fallar un cabezazo claro, el ex San Lorenzo fue importantísimo también en el juego aéreo defensivo. Anuló con sus testazos la principal capacidad de daño de los uruguayos. Ganó todas en un Racing que no se destaca por la altura de sus jugadores. El primero tiempo debió haber mostrado una Academia con al menos otro gol de diferencia. Padeció la falta de eficacia y otra vez...

Cuando parecía que era una noche tranquila, Racing sufrió. Beccacece volvió a confundir al equipo con sus cambios en el entretiempo. Siempre una de más, si de un jugador se tratarse. Si Marcelo Díaz se retiró por un problema muscular, con retrasar a Miranda y poner a Solari de interno era suficiente. Pero no. El DT también sacó a Montoya, de discreto partido, y metió al pibe Banega. Conclusión: la Academia no fue tan ancho como en el primer tiempo y se tranformó en un equipo más largo, con un mediocampo sin un conector para los de arriba (Miranda lo había hecho bárbaro en el primer tiempo).

El empate de Nacional, de todas maneras, llegó por un blooper. Alexis Soto, quien tiene una cara cuando ataca y otra cuando defiende, perdió la referencia tras un rechazo y la metió en contra. No sería la única del lateral que extrañamente le ganó el puesto al regular Eugenio Mena. Sobre la hora, en la última del partido, la pisó en mitad de cancha, la perdió y generó el último ataque de Nacional.

Lo ganó Racing porque, en medio de un partido que se había trabado en los últimos 20 minutos, porque el arquero Rochet salió a destiempo, se llevó puesto a Sigali y Fértoli la metió de penal. Fue merecido. Con el ticket a octavos en el bolsillo, la Acadé ahora deberá transformarse en un equipo más inteligente y letal.

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