COPA LIBERTADORES: El arquero de Bolívar fue demasiado para Tigre
En un final apasionante, Rojas le tapó un penal a Magnin en tiempo de descuento, un rato después de descolgar de un ángulo un cabezazo imposible. Mejoró el Matador con el ingreso de Melivillo, pero no le alcanzó y se quedó con un empate que lo dejó virtualmente afuera de octavos.
Voló sobre su izquierda. Tanto que pareció Superman. Se
suspendió en el aire, tocó la pelota con la punta de los dedos de su mano
derecha, ella dio en el travesaño y salió. Un rato después, volvió a lanzarse
sobre su izquierda, esta vez abajo, para taparle un penal a Magnin. Javier
Rojas, en tiempo de descuento, le cerraba definitivamente las puertas a Tigre.
Figura absoluta, fue el máximo responsable del empate que dejó al Matador
virtualmente sin chances de acceder a octavos de final. Una parda que, además,
tampoco le sirvió de mucho a Bolívar. Mucho menos luego de haber hecho méritos
para meter algún tanto más.
Nacido en Don Torcuato, allá por 2006, Juan Román Riquelme
confesó un amor por Tigre. Una noche, además de un arquero infranqueable, hubo
otro Riquelme, en este caso Marcos. También argentino, estuvo en boca del
Matador pero no justamente de buena manera... Porque el hombre resultó otra
pieza influyente en los dolores de cabeza del local. Primero, al aprovechar el
blooper de Marinelli en la salida. Y luego, por generarle otros sustos al dueño
de casa. Si el Pelado y sus compañeros no fueron más lejos en la chapa, se
debió a que Marinelli, protagonista del error grosero, también tuvo atajadas
importantes.
Los dos equipos tuvieron sus momentos para desnivelar. El
conjunto boliviano no especuló pese a su condición de visitante y mostró una
superioridad marcada en el primer tiempo; estrelló dos tiros en los palos y se
puso mano a mano con el arquero de enfrente. Cuando aceleraba, destapaba
fragilidades defensivas desde los pies de Rey, Arce, Saavedra y el mencionado
Riquelme. Equipo directo, con facilidades sobre su izquierda en los ataques, la
falta de efectividad lo privó de llevarse algo más de la Argentina.
Tigre mejoró después del descanso. El ingreso de Melivillo
le dio frescura agresividad ofensiva. Los de Gorosito se soltaron, encontraron
profundidad y estuvieron a punto de ponerse en ventaja. Nada alcanzó porque
Rojas, el mismo que había dado rebote en el gol de Magnin, se hizo
impenetrable.
Se fueron con un punto que no les sacó una sonrisa. Tejieron
acciones interesantes en un duelo entretenido, aunque sin obtener réditos en el
marcador.