Boca: Wanchope desgarrado

Abila sufrió una lesión muscular grado 2 en el recto anterior del muslo izquierdo y se pierde, como mínimo, el partido de este jueves con Libertad y el del 24/9 frente al DIM. ¿Justo ahora, Wancho?

Olé
Se sabía que podía pasar. Que tarde o temprano, después de cinco meses de inactividad por la pandemia, algún jugador se iba a lesionar. El tema era cuándo. Luego de superar la ola de contagios por coronavirus dentro de la burbuja de Ezeiza, Miguel Ángel Russo creía contar con todo su plantel a disposición para afrontar el partido de este jueves ante Libertad en Paraguay, en el reestreno en la Copa Libertadores. Sin embargo, cinco días antes de subirse al avión con destino Asunción se confirmó que Ramón Ábila padece un desgarro y estará fuera de las canchas alrededor de tres semanas.


El departamento médico del fútbol profesional del club, a cargo del doctor Ruben Argemi, informó ayer por la tarde que Wanchope sufrió una “lesión muscular grado 2 en el recto anterior del muslo izquierdo”. Y si bien el informe no habla de plazos estimados para su recuperación, es un hecho que se perderá, como mínimo, los próximos dos encuentros del Xeneize por la Copa: el del 17/9 frente al equipo de Ramón Díaz en la Nueva Olla y el del 24/9 ante el DIM en Medellín.

¿Cuándo podría reaparecer el goleador? Una posibilidad es que regrese el 29/9 contra el Gumarelo en la Bombonera, ya por la cuarta fecha del Grupo H de la Libertadores, aunque habrá que ver cómo evoluciona con el correr de las semanas y si está en condiciones de jugar a 18 días de haber sufrido la lesión, cuando los kinesiólogos aconsejan parar 21. “Con Libertad acá podría llegar pero muy con lo justo”, le confió a Olé un médico especializado en deportes.

Ábila venía haciendo un gran trabajo físico desde la llegada de Russo. Había iniciado una dieta estricta que le permitió bajar varios kilos y durante la pandemia se entrenó full para llegar al comienzo de la competencia de la mejor manera posible. Pero el karma de las lesiones no dejan de perseguirlo y ahora deberá arrancar otra vez de cero.

El cordobés, de hecho, llegó desgarrado a Boca a fines del 2017, proveniente de Huracán. Se recuperó y tras la Supercopa contra River en Mendoza se entrenó aparte por una “molestia” en el aductor. En septiembre de ese mismo año padeció una lesión grado 2 en el sóleo derecho que lo tuvo casi un mes afuera, por lo que se perdió el clásico que ganó el Millo 2-0 en la Bombonera. En 2018, en la previa del viaje a Madrid, sufrió un nuevo desgarro que nunca se informó oficialmente pero que le fue imposible de disimular. Y en 2019 tuvo otras tres lesiones: en marzo, en mayo y, una avulsión en agosto ante Liga de Quito.

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