Bergwijn le da a Lodeweges su primer triunfo con Holanda
El nuevo seleccionador de la oranje debutó con victoria en la Liga de Naciones ante Polonia. Gran partido de Depay, Bergwijn y De Jong.
Ignacio Camacho
As
La marcha de Koeman no ha afectado lo más mínimo al funcionamiento de la selección holandesa, que ha empezado su andadura por esta Liga de Naciones con las mimas buenas sensaciones que transmitía cuando el nuevo entrenador del Barça dirigía a la oranje. Anoche venció a Polonia con un marcador poco abultado (1-0) pero con un dominio abrumador sobre su rival.
No había más que ver los onces para saber qué partido se vería. Lodeweges, que se estrenaba en el cargo, mantuvo el 4-3-3 que tan bien le ha funcionado a Koeman en los últimos años, con una defensa muy adelantada que facilita la presión en campo contrario. Por su parte, Brzeczek sacó un sólo punta, Piatek (a falta de Lewandowski), y le dio la posesión a Holanda con la esperanza de que la torre polaca cazara algún balón largo, lo retuviera y lo diera de cara a la segunda línea de centrocampistas. El orden táctico de Polonia hizo que a pesar de que la oranje tuviera el control, apenas creara peligro en la primera parte. Sí lo hizo Piatek, que probó un par de veces los reflejos de Cillessen, cuyo futuro es una incógnita. A pesar de ello, la más clara del primer tiempo la tuvo De Jong . El azulgrana, bastante perdido como organizador, se olvidó por una vez del papel que le habían encomendado para llegar al área como volante, donde mejor rinde, y rematar al poste un gran pase picado de Depay, el mejor del partido.
El delantero holandés estuvo omnipresente por todo el frente de ataque, indetectable para la defensa polaca, que sólo pudo deternerlo a base de faltas. Si no marcó ayer fue porque la suerte no estuvo de su lado. Junto a Depay, Holanda fue creciéndo poco a poco hasta que De Jong, ya más cerca del área que de los centrales, metió un balón a la espalda de la defensa para que Hateboer, que llegaba desde el lateral, asistiera a Bergwijn, que hizo el 1-0 en el área pequeña. Aquello fue un puñal para Polonia que no pudo remontar el vuelo y se dedicó el resto del partido a defender y a evitar que le cayeran más goles, algo vital en este formato tan corto de la Liga de Naciones.
Ignacio Camacho
As
La marcha de Koeman no ha afectado lo más mínimo al funcionamiento de la selección holandesa, que ha empezado su andadura por esta Liga de Naciones con las mimas buenas sensaciones que transmitía cuando el nuevo entrenador del Barça dirigía a la oranje. Anoche venció a Polonia con un marcador poco abultado (1-0) pero con un dominio abrumador sobre su rival.
No había más que ver los onces para saber qué partido se vería. Lodeweges, que se estrenaba en el cargo, mantuvo el 4-3-3 que tan bien le ha funcionado a Koeman en los últimos años, con una defensa muy adelantada que facilita la presión en campo contrario. Por su parte, Brzeczek sacó un sólo punta, Piatek (a falta de Lewandowski), y le dio la posesión a Holanda con la esperanza de que la torre polaca cazara algún balón largo, lo retuviera y lo diera de cara a la segunda línea de centrocampistas. El orden táctico de Polonia hizo que a pesar de que la oranje tuviera el control, apenas creara peligro en la primera parte. Sí lo hizo Piatek, que probó un par de veces los reflejos de Cillessen, cuyo futuro es una incógnita. A pesar de ello, la más clara del primer tiempo la tuvo De Jong . El azulgrana, bastante perdido como organizador, se olvidó por una vez del papel que le habían encomendado para llegar al área como volante, donde mejor rinde, y rematar al poste un gran pase picado de Depay, el mejor del partido.
El delantero holandés estuvo omnipresente por todo el frente de ataque, indetectable para la defensa polaca, que sólo pudo deternerlo a base de faltas. Si no marcó ayer fue porque la suerte no estuvo de su lado. Junto a Depay, Holanda fue creciéndo poco a poco hasta que De Jong, ya más cerca del área que de los centrales, metió un balón a la espalda de la defensa para que Hateboer, que llegaba desde el lateral, asistiera a Bergwijn, que hizo el 1-0 en el área pequeña. Aquello fue un puñal para Polonia que no pudo remontar el vuelo y se dedicó el resto del partido a defender y a evitar que le cayeran más goles, algo vital en este formato tan corto de la Liga de Naciones.