Alejandro Entrambasaguas: “El ‘caso Noemí’ no ha hecho nada más que empezar”
Cochabamba, Los Tiempos
El periodista español Alejandro Entrambasaguas realizó tres sonados destapes políticos este año en Bolivia. Esta semana conversó con OH! sobre las razones de su trabajo y su actual labor.
-Se ha vuelto un rostro conocido en Bolivia. ¿Puede darnos sus datos generales y contarnos algo acerca de tu vida previa a la visita a nuestro país?
-Yo soy periodista de investigación por vocación. Y eso lo he combinado con la formación en derecho. Quienes nos dedicamos a destapar tramas de corrupción, fraude en la administración pública y acciones y comportamientos irregulares en general, debemos tener un conocimiento completo de la ley y todos sus engranajes. Mi casa ha sido y es, esencialmente, OKDiario, uno de los periódicos más influyentes de España.
-Ya en su vida periodística, ¿qué experiencia había acumulado. ¿En qué otros reportajes de investigación trabajó?
-Justo antes de viajar a Bolivia publiqué una investigación sobre una ministra del expresidente socialista, (José Luis Rodríguez) Zapatero. Esta señora compaginó en secreto su labor en el Gobierno con la administración de una empresa offshore en el paraíso fiscal de Panamá, a la que adjudicó 10,8 millones de euros desde su Ministerio.
Recientemente he publicado junto al prestigioso periodista Manuel Cerdán, adjunto al director de mi periódico, otra investigación sobre el paradero de dos coches de lujo de la marca Ferrari que el jeque de Emiratos Árabes regaló al Rey Juan Carlos I, hoy bajo sospecha por negocios turbios. Los servicios secretos españoles hicieron desaparecer esos vehículos y nosotros los hemos encontrado.
En fin, son sólo dos ejemplos de las decenas de tramas que, con el magnífico equipo de compañeros que tengo en OKDiario, he podido desvelar en los últimos años, con gran impacto en la opinión pública y en la propia escena política.
-Entiendo que su llegada a Bolivia se produce para seguir el hilo de las relaciones internacionales del partido Podemos, entonces, flamante aliado del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) en el poder. ¿Puede contarnos el contexto de esa extraña irrupción de fuerzas especiales españolas en la Embajada de México en Bolivia?
-España diseñó una operación policial secreta para evitar que Podemos se viera inmerso en un escándalo de dimensiones estratosféricas. En ese momento, el Gobierno español estaba conformando una coalición con Pablo Iglesias. A finales de 2019, varios exministros de Evo Morales asilados en la residencia diplomática de México amenazaron con revelar todo el dinero sucio que Pablo Iglesias había cobrado ilegalmente de Bolivia. Cualquier información negativa sobre el líder de Podemos habría dinamitado la coalición política.
El objetivo de aquella operación, donde participaron seis agentes policiales españoles armados y encapuchados, era liberar a Juan Ramón Quintana y otros mandatarios a través de los maleteros de los coches diplomáticos españoles. Esto puede parecer de película, pero era la única manera que tenían de escapar sin ser detectados. Un vehículo diplomático es invulnerable, está protegido y tiene inmunidad, como es sabido. Nadie puede registrarlo. Tampoco la Policía en circunstancias normales. Tenían pensado salir de La Rinconada en dirección a Yacuiba, la frontera con Argentina. Como recordarán, la primera exclusiva que publiqué durante mi estadía en Bolivia fue cómo aquellos agentes españoles huyeron del país a las 3:00 a través del Aeropuerto de El Alto.
-¿Cómo y con quiénes se articula el eje internacional del frente PSOE –Podemos– con foros de Puebla y Sao Paulo? ¿Hacia dónde se amplían esas relaciones?
-Tanto el Foro de Sao Paulo como Puebla son los hilos conductores de partidos como Podemos en España o el MAS en Bolivia. Son ellos mismos quienes reconocen seguir las directrices de todo lo que ahí se pacta y, a escala internacional, se esparce ideológicamente. En la fundación de ambas instituciones están variantes que el Partido Comunista tiene en Latinoamérica. El comunismo es corrupción, tiranía y pobreza. No es mi juicio, es el que le hizo la historia con la caída del muro de Berlín.
En Puebla hay dos políticos españoles, Irene Montero, ministra de Igualdad y pareja de Pablo Iglesias, y José Luis Rodríguez Zapatero, expresidente del Gobierno de España. También se encuentran integrados Evo Morales y Álvaro García Linera.
Pero por mucha ideología de izquierda, incluso extrema, que se predique, finalmente cualquier proyecto demanda de financiación. El pagador de esta corriente mundial que está provocando inestabilidad y formidables estragos geopolíticos es el magnate George Soros, un multimillonario que utiliza el paraguas aparentemente inocuo de la Open Society Foundation.
-¿Puede describirnos la figura de Pablo Iglesias? Vi versiones que lo relacionaban con propósitos radicales, un progenitor ligado al terrorismo y cosas así. No sé si son exageradas.
-Antes de que se hiciera conocido, gracias a varios programas de televisión en 2014, Pablo Iglesias era un novato profesor universitario que viajaba a países como Bolivia, Venezuela o Nicaragua ofertando servicios de asesoría política y después cobraba ingentes cantidades de dinero. No por sus conocimientos, experiencia, contactos o éxitos contrastados, sino por una estricta cuestión de sectarismo ideológico. Posteriormente, fundó Podemos.
Iglesias se forjó en la “nueva política” española como el adalid contra la corrupción. Sin embargo, hoy Podemos está siendo investigado por la justicia española por tener una contabilidad económica paralela y recibir pagos del extranjero presuntamente ilegales.
Siempre digo que el peor enemigo de Pablo Iglesias es su hemeroteca. Durante años aseveró que, si llegaba al Gobierno, jamás se mudaría de Vallecas, un barrio humilde de Madrid. No sólo lo abandonó, sino que lo hizo un año antes de formar parte del Gobierno. Él y su pareja se gastaron más de medio millón de euros en una mansión de 2.352 metros cuadrados en Galapagar, al norte de Madrid, donde famosos y millonarios tienen sus mansiones. Ahí viven hoy custodiados por una veintena de policías.
No pienso que sean exageradas las versiones que dicen que el padre de Pablo Iglesias esté ligado al terrorismo. Todo lo contrario. El propio Iglesias escribió en Twitter en 2013 que su padre había pertenecido al FRAP. Y no sólo perteneció, sino que fue detenido y estuvo encarcelado. El FRAP fue una banda terrorista armada creada en España en 1973, hace muchos años extinguida.
-¿Cómo se complicaron las cosas para Podemos tras el cambio de gobierno en Bolivia? ¿Qué roles jugaban personalidades como el exministro Carlos Romero y gente ligada al exvicepresidente Álvaro García?
-Pablo Iglesias, sin Evo Morales en el Gobierno de Bolivia, está en una posición muy vulnerable. Sobre todo ahora que la Fiscalía de Bolivia ha citado a declarar a los fundadores de Podemos por los pagos que le hizo Evo Morales.
Me consta que ha habido llamadas cargadas de nerviosismo entre altas autoridades españolas y bolivianas en las últimas semanas para preguntar en qué momento procesal se encontraba el caso. En el Gobierno de España están preocupados porque saben que si finalmente se constata que Pablo Iglesias cobró dinero ilegal del extranjero, tendrá que dimitir y, por ende, podría hacer que caiga el Gobierno entero.
-Una vez que ubica a Romero y su vida se le complica, vi que se le abren diversas vetas sobre la vida oscura de varias personalidades masistas. Recuerdo el caso de una señora Lorgia, orgías, robos y crímenes de por medio. ¿En qué estado quedó ese caso?
-Encontrar a Carlos Romero fue una tarea muy difícil porque nadie sabía dónde estaba desde que Evo Morales huyó de Bolivia. No se sabía si se encontraba en México, Argentina o perdido en alguna isla paradisiaca del Caribe. Yo decidí buscarlo porque la Fiscalía lo señalaba como el presunto pagador de Pablo Iglesias. Es decir, el nexo entre Evo Morales y Podemos.
Después de procesar mucha información, reunirme con decenas de fuentes y recorrerme varias ciudades del país, lo hallé escondido en un departamento del barrio de Sopocachi de La Paz. Llevaba una vida clandestina. No salía de su casa. Tenía un miedo atroz. Convivía con su hermana, que cada día salía al supermercado para comprar latas de comida.
Lo localicé y lo publicamos en OKDiario. A las pocas horas fue detenido. A partir de ese momento, me empezó a llegar mucha información sobre él. De ahí nace lo que posteriormente se bautizó como el ‘caso Lorgia’. En OKDiario revelamos que Carlos Romero tenía una amante, llamada Lorgia Fuentes Betancour, que trabajaba como directiva en la empresa CAMC. Y que, al igual que Gabriela Zapata, se benefició de los contratos que el Gobierno de Evo Morales adjudicó a la compañía: la friolera de 500 millones de dólares. En la actualidad, Lorgia Fuentes se encuentra en arresto domiciliario a la espera de juicio. Está acusada de un delito de legitimación de ganancias ilícitas.
-Luego destapó la relación de Evo Morales con una menor. Grosso modo, ¿cuánto calcula que ya se ha revelado y cuánto queda pendiente de surgir luego de que las autoridades vayan investigando?
-El ‘caso N. M’ no ha hecho nada más que empezar. Judicialmente se encuentra en una fase preliminar. Esta semana hemos publicado en exclusiva en OKDiario la detención del militar condenado por violación, Ruring River Covarrubias García, que sacó a N. M. de Bolivia a través de la frontera y la llevó a Argentina. Hoy, N. M. se encuentra con Evo Morales en Buenos Aires.
Sigo trabajando arduamente en este asunto. A los políticos corruptos se les atribuyen habitualmente delitos económicos, pero no de abuso sexual. La investigación por pedofilia a Evo Morales será su tumba política. Tiempo al tiempo. La repercusión del ‘caso N. M’ está siendo mundial. Ha sido abrir la caja de Pandora. Me consta que hay decenas de casos similares. La gente corriente ya ha perdido el miedo a denunciar. Las mujeres ya no temen represalias. Los nuevos casos de pedofilia de Evo Morales vendrán en cadena. No es una opinión: estoy anticipando hechos indubitados.
-Siempre que nos metemos en un mundo de investigación brotan más y más cabos, ¿cuántos, más o menos, dignos de una buena investigación, le quedaron apuntados en la libreta por si hubiese un retorno a Bolivia?
-Hay decenas de casos. ¡Han sido 14 años de opacidad absoluta! La labor del periodista es publicar lo que el poder quiere mantener oculto. Y 14 años dan para mucho. Yo estoy deseando poder volver a Bolivia. Lamenté mucho tener que regresar a España. Lo hice porque mi periódico consideró, al menos en ese momento, que mi trabajo presencial en el país ya había terminado. A pesar de que me encuentre a 10.000 kilómetros de distancia, seguiré investigando a Evo Morales.
-Varias voces han respondido con críticas al perfil de OKDiario. ¿Cómo define las características del medio en el que está trabajando?
-OKDiario es un periódico que fundó en 2015 el periodista de investigación y directivo de medios Eduardo Inda. Yo me siento orgulloso y privilegiado de trabajar a las órdenes de un comunicador que tiene como único criterio de actuación su propia independencia: sin complejos, aplicándola sin tregua, y desde luego destilando tenacidad y sagacidad. Ahí está su trayectoria. Inda ha destapado los mayores escándalos de la corrupción política española de los últimos 15 años.
-Se les acusa de haberse obsesionado con Podemos. ¿Cómo explican ese aparente sesgo?
- No hay ningún sesgo. Es Iglesias el obsesionado con OKDiario. ¿Por qué? Porque investigamos y publicamos su corrupción. No hay más. Publicamos que Nicolás Maduro pagó 272.000 euros a Iglesias y que éste lo cobró en una cuenta bancaria offshore del Euro Pacific Bank, en el paraíso fiscal de las Islas Granadinas. Nos demandó y la justicia nos dio la razón. Eso ha ocurrido en numerosas ocasiones. Una democracia, y España lo es de manera consolidada, se distingue por ser un régimen de libertad de expresión en el que son los periodistas los que controlan a los políticos, y no al revés.