Vinicius: ahora o nunca

El brasileño se machaca en vacaciones para volver a tope y terminar de ganarse a Zidane. Tanto el club como él ven este curso como crucial para su carrera.

Mario Cortegana
As
Cuesta distinguir por las redes sociales de Vinicius (20 años) si se trata de un futbolista de vacaciones o alguien preparándose para un Ironman. Hay en ellas playas, amigos y amigas, pero siempre acompañadas de ejercicios físicos: carreras por la arena, pesas en un barco, flexiones en una terraza. El brasileño, consciente de que esta próxima temporada marcará un punto de inflexión en su carrera, está fino y definido, no le cabe un abdominal más.


No extraña eso en Valdebebas, donde una de las cualidades que más destacan de él es su privilegiado físico. Tiene unas condiciones innatas y, además, se emplea a conciencia sobre esa base. En las tres semanas veraniegas que ha concedido Zidane a la plantilla, Vinicius no sólo ha cumplido con el plan de ejercicios de Dupont, sino que ha continuado, como durante la competición, con trabajos extra diseñados por Thiago Lobo, su fisioterapeuta personal. Primero en Marbella, luego en Cerdeña y por último en Mallorca, hasta donde se desplazó Lobo, el carioca no ha parado. La fórmula ya le dio resultado tras el confinamiento, del que volvió como un tiro. Zizou, que lo vio, le dio minutos y la titularidad ante Real Sociedad (provocó el penalti clave) y Mallorca (anotó el 1-0). Luego el francés le fue reduciendo las oportunidades...

La 2019-20 acabó para Vinicius de la peor forma posible, sin moverse del banquillo mientras veía cómo el Madrid caía eliminado en la Champions con el Manchester City. En la ida, en febrero, había sido el mejor y asistido a Isco en el 1-0. A continuación fue sustituido y el partido terminó 1-2. El parcial de la eliminatoria con él en el campo fue 1-0; sin él, 1-4. Por eso su nombre fue tendencia el 7 de agosto en Twitter, donde nadie entendía por qué ni había calentado, y en la rueda de prensa del Etihad, donde los periodistas le preguntaron por la situación a Zidane. Lejos de venirse abajo, el ex de Flamengo ha reaccionado redoblando esfuerzos.

En la dirección deportiva del Madrid no hay dudas: Vinicius va a triunfar en el Bernabéu. Es el niño, junto con Take Kubo, que más ilusiona en la planta noble. Por eso no gustó la gestión de Zizou con él en Mánchester y no se concibe que salga, ya sea cedido o vendido. Se señala este curso que comienza el domingo con los test del coronavirus como decisivo para él. En el primero disfrutó de 1.742 minutos: empezó en el Castilla, tiró la puerta de los mayores y una grave lesión le paró cuando hacía las delicias del Bernabéu, que desde entonces le adora; en el segundo apenas ha crecido en protagonismo, con 1.817 minutos. Se ha quedado a medias en la última temporada y, con 20 años, la tercera se entiende como la de su salto definitivo. No será fácil porque su rival por un hueco en el once es Hazard y porque ZZ, salvo en pocas excepciones, es amigo de las rotaciones.

Después de lo ocurrido en el Etihad, Vinicius le mandó el mismo mensaje de siempre a sus agentes: "No escuchéis ofertas". El Chelsea hizo un sondeo en noviembre de 2019 y el PSG preguntó por él al Madrid hasta en tres ocasiones el verano pasado, siempre encontrándose en todo momento con una negativa por respuesta. Vini ha demostrado que no le pesa la presión, que cuando juega siempre lo intenta. Además de en la ida frente al City, en la 2019-20 ha destacado en citas tan importantes como el derbi del Bernabéu (inicio la jugada del tanto del triunfo) o el Clásico en Concha Espina (anotó el 1-0 que daba el liderato y el golaveraje, convirtiéndose en el jugador más joven en marcar en un Clásico en este siglo, un récord que era propiedad de Messi). Y con la moral de esos indicios de algo grande ha de afrontar su gran desafío de aquí a un mes.

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