Quintero se marcha de River
Quintero se prepara para irse al Shenzhen FC de China. Pese a que en River mantienen la prudencia, la oficialización del pase es inminente. Incluso, el 10 se podría despedir el sábado de Gallardo y sus compañeros.
Olé
Está en la mitología. Una crisálida flotando en una taza de té. Una emperatriz que tres milenios atrás la desmembra, la teje y descubre así uno de los productos más representativos de China: la seda. El secreto artesanal de esta tela es tan codiciado como el propio material. Y se desconoce, a ciencia cierta, por qué sólo la mejor calidad se consigue en Oriente…
Está en la mitología. Una pelota flotando en Madrid. Un arquero que elástico se estira pero no llega. Un grito que vale gloria. Gana River. Boca pierde 2-1. Juan Fernando Quintero entra en la épica riverplatense. Y en YouTube: su golazo trasciende fronteras y genera clicks. Se vuelve ícono. Marcelo Gallardo lo ungiría posteriormente con la 10. Y él aportaría perlas incluso nominadas al Puskás. Imágenes retro que la historia devuelve pero que asoman cada vez más lejanas. Porque el colombiano, que durante un tiempo guardó su secreto tan íntimamente como los asiáticos al de la más fina tela, ya empieza a preparar las valijas.
Los indicios de su decisión -likes en Twitter a hinchas que bendecían su eventual partida o emoticones que deslizaban nostalgia- se empezaron a convertir en hechos. En uno y otro caso, Juanfer no hizo más que ir revelando lo que en los próximos días va a pasar: su partida del club que alguna vez supo ser su "lugar en el fútbol" para mudarse a China.
Quintero ya se ve en Shenzhen. Y aunque en el entrenamiento de este viernes no se despidió del técnico ni de sus compañeros, todos entendieron que está atravesando sus últimas horas en el plantel. Con cuestiones burocráticas por resolver tras la reunión que Rodolfo D’Onofrio mantuvo con sus representantes, la transferencia está avanzada por más que los dirigentes pretendan mostrarse prudentes hasta su oficialización, que llegaría en los primeros días de la próxima semana.
Mientras tanto, desde China ya comenzaron a arropar a JFQ. El medellinense tiene empatía con uno de los dueños del club comprador -ligado al holding Kaisa-, quien lo había tentado hace dos años aunque infructuosamente porque decidió quedarse para ser entrenado por Gallardo. Al Muñeco, en el transcurso de esta semana, le comunicó su deseo de dejar River. A los 27 años, el colombiano eligió mudarse a un fútbol de escasa jerarquía y visibilidad en Occidente aunque económicamente robusto, lo que le garantizará hacer una diferencia de caja antes de los 30. En el Shenzhen, su salario anual durante las próximas tres temporadas estaría cerca del valor tope estipulado por la Asociación China de Fútbol para los extranjeros (€ 3.000.000) y lo cobraría al valor real de la moneda. Una sustancial diferencia respecto de lo que ocurre en la Argentina, donde se paga espaciado, en pesos y con las dificultades cambiarias que se arrastran hace años.
El plan de Quintero incluye unas vacaciones en Miami, a fin de la próxima semana. Será la escala previa a su planeada mudanza a Shenzhen, lo que le permitirá tener un descanso ya que el mercado de transferencias chino reabre el 1º de septiembre y cierra el 30. Recién después se sumará al equipo que desde hace unos días es dirigido por Jordi Cruyff, y viene de cortar una racha de derrotas al ganarle al Dalian Professional.
La voluntad del jugador es clara, y la dirigencia la comprendió. En Núñez saben que la venta de Juanfer, más allá de la obvia añoranza que generará en el hincha, implicará un alivio financiero. Y en esa búsqueda aspiraron a hacer el mejor negocio posible. Por eso, además de los u$s 7,8 millones limpios que le entrarían por el pase (River es dueño del 100% de los derechos económicos del 10), según fuentes muy cercanas a la negociación el club propuso anabolizar la cifra de salida con la condonación de una deuda salarial de u$s 1,5 millones, a la que Juanfer habría accedido. Cuando se terminen de limar los últimos flecos pendientes respecto de los porcentajes que les corresponden a los participantes, se sabrá finalmente cuán cerca de los 10 millones de dólares estará el número final.
Está en la mitología. Una crisálida flotando en una taza de té. Una emperatriz que tres milenios atrás la desmembra, la teje y descubre así uno de los productos más representativos de China: la seda. El secreto artesanal de esta tela es tan codiciado como el propio material. Y se desconoce, a ciencia cierta, por qué sólo la mejor calidad se consigue en Oriente…
Está en la mitología. Una pelota flotando en Madrid. Un arquero que elástico se estira pero no llega. Un grito que vale gloria. Gana River. Boca pierde 2-1. Juan Fernando Quintero entra en la épica riverplatense. Y en YouTube: su golazo trasciende fronteras y genera clicks. Se vuelve ícono. Marcelo Gallardo lo ungiría posteriormente con la 10. Y él aportaría perlas incluso nominadas al Puskás. Imágenes retro que la historia devuelve pero que asoman cada vez más lejanas. Porque el colombiano, que durante un tiempo guardó su secreto tan íntimamente como los asiáticos al de la más fina tela, ya empieza a preparar las valijas.
Los indicios de su decisión -likes en Twitter a hinchas que bendecían su eventual partida o emoticones que deslizaban nostalgia- se empezaron a convertir en hechos. En uno y otro caso, Juanfer no hizo más que ir revelando lo que en los próximos días va a pasar: su partida del club que alguna vez supo ser su "lugar en el fútbol" para mudarse a China.
Quintero ya se ve en Shenzhen. Y aunque en el entrenamiento de este viernes no se despidió del técnico ni de sus compañeros, todos entendieron que está atravesando sus últimas horas en el plantel. Con cuestiones burocráticas por resolver tras la reunión que Rodolfo D’Onofrio mantuvo con sus representantes, la transferencia está avanzada por más que los dirigentes pretendan mostrarse prudentes hasta su oficialización, que llegaría en los primeros días de la próxima semana.
Mientras tanto, desde China ya comenzaron a arropar a JFQ. El medellinense tiene empatía con uno de los dueños del club comprador -ligado al holding Kaisa-, quien lo había tentado hace dos años aunque infructuosamente porque decidió quedarse para ser entrenado por Gallardo. Al Muñeco, en el transcurso de esta semana, le comunicó su deseo de dejar River. A los 27 años, el colombiano eligió mudarse a un fútbol de escasa jerarquía y visibilidad en Occidente aunque económicamente robusto, lo que le garantizará hacer una diferencia de caja antes de los 30. En el Shenzhen, su salario anual durante las próximas tres temporadas estaría cerca del valor tope estipulado por la Asociación China de Fútbol para los extranjeros (€ 3.000.000) y lo cobraría al valor real de la moneda. Una sustancial diferencia respecto de lo que ocurre en la Argentina, donde se paga espaciado, en pesos y con las dificultades cambiarias que se arrastran hace años.
El plan de Quintero incluye unas vacaciones en Miami, a fin de la próxima semana. Será la escala previa a su planeada mudanza a Shenzhen, lo que le permitirá tener un descanso ya que el mercado de transferencias chino reabre el 1º de septiembre y cierra el 30. Recién después se sumará al equipo que desde hace unos días es dirigido por Jordi Cruyff, y viene de cortar una racha de derrotas al ganarle al Dalian Professional.
La voluntad del jugador es clara, y la dirigencia la comprendió. En Núñez saben que la venta de Juanfer, más allá de la obvia añoranza que generará en el hincha, implicará un alivio financiero. Y en esa búsqueda aspiraron a hacer el mejor negocio posible. Por eso, además de los u$s 7,8 millones limpios que le entrarían por el pase (River es dueño del 100% de los derechos económicos del 10), según fuentes muy cercanas a la negociación el club propuso anabolizar la cifra de salida con la condonación de una deuda salarial de u$s 1,5 millones, a la que Juanfer habría accedido. Cuando se terminen de limar los últimos flecos pendientes respecto de los porcentajes que les corresponden a los participantes, se sabrá finalmente cuán cerca de los 10 millones de dólares estará el número final.
