Premier, la mejor opción
Inglaterra es hoy la liga top del mundo, un gran desafío para el espíritu competitivo de Messi. Allí lo espera Guardiola.
Olé
Los varios episodios por los que Messi se fue sintiendo destratado en el Barcelona (el cruce con el director deportivo Abidal cuando culpó a los jugadores de la salida del DT Valverde; el confuso capítulo de los trolls para deteriorar la imagen del plantel culé; las políticas de refuerzos que debilitaron al equipo; el despido de Lucho Suárez en cinco minutos de charla) acaso no tengan en la decisión de la Pulga tanto peso como el catastrófico 8-2 que le infligió el Bayern. No otra eliminación de la Champions: una humillación en lo más hondo de un corazón competitivo.
Y si es la ambición de competir por los máximos desafíos lo que lo hizo volver a la Selección cuando había llegado a un punto de bajar la guardia, ese deseo de mantenerse en la elite de la elite que ya no le cumplen los catalanes parece el motor de la próxima etapa. Nadie lo ve como alguien que iría a un destino donde le ofrezcan millones y confort en una liga de tercero o cuarto nivel. No será el 10 de un equipo de Arabia, China o Estados Unidos.
De los que tienen billetera en las grandes ligas, tres opciones que emergen son el City, el PSG y el Inter. Y la mejor para esta encrucijada de Leo es ir a la Premier. Además de que hoy es la mejor liga del mundo, más allá de un formidable momento del Liverpool allí hay pelea con varios más: el United, el Arsenal, el Chelsea, el Tottenham. ¿No sería fantástico para el futbolero ver cómo se inserta Messi en un fútbol con otra dinámica y otra intensidad que el español? Como desafío, parece el mayor de los mayores.
Es, además, la chance de que se vuelva a encontrar con Guardiola, el gran titiritero que desde fuera del escenario armó el equipo de los sueños con Leo como protagonista principal. Y Pep, por encima de sus gustos estéticos y casi artísticos del fútbol, es otro competidor feroz. Que siguió armando grandes equipos, pero nunca pudo volver a ganar la Champions desde que se separó de Leo.
Olé
Los varios episodios por los que Messi se fue sintiendo destratado en el Barcelona (el cruce con el director deportivo Abidal cuando culpó a los jugadores de la salida del DT Valverde; el confuso capítulo de los trolls para deteriorar la imagen del plantel culé; las políticas de refuerzos que debilitaron al equipo; el despido de Lucho Suárez en cinco minutos de charla) acaso no tengan en la decisión de la Pulga tanto peso como el catastrófico 8-2 que le infligió el Bayern. No otra eliminación de la Champions: una humillación en lo más hondo de un corazón competitivo.
Y si es la ambición de competir por los máximos desafíos lo que lo hizo volver a la Selección cuando había llegado a un punto de bajar la guardia, ese deseo de mantenerse en la elite de la elite que ya no le cumplen los catalanes parece el motor de la próxima etapa. Nadie lo ve como alguien que iría a un destino donde le ofrezcan millones y confort en una liga de tercero o cuarto nivel. No será el 10 de un equipo de Arabia, China o Estados Unidos.
De los que tienen billetera en las grandes ligas, tres opciones que emergen son el City, el PSG y el Inter. Y la mejor para esta encrucijada de Leo es ir a la Premier. Además de que hoy es la mejor liga del mundo, más allá de un formidable momento del Liverpool allí hay pelea con varios más: el United, el Arsenal, el Chelsea, el Tottenham. ¿No sería fantástico para el futbolero ver cómo se inserta Messi en un fútbol con otra dinámica y otra intensidad que el español? Como desafío, parece el mayor de los mayores.
Es, además, la chance de que se vuelva a encontrar con Guardiola, el gran titiritero que desde fuera del escenario armó el equipo de los sueños con Leo como protagonista principal. Y Pep, por encima de sus gustos estéticos y casi artísticos del fútbol, es otro competidor feroz. Que siguió armando grandes equipos, pero nunca pudo volver a ganar la Champions desde que se separó de Leo.