Nuevo problema a la vista con Bale: su presencia en Gales
El galés volverá a jugar en septiembre con su selección, foco constante de polémicas. En el Madrid temen que se repita alguno de los episodios anteriores.
Mario Cortegana
As
La pretemporada empezará para Bale con un mal trago y un caramelo. Primero, a finales de agosto, tendrá que presentarse en Valdebebas, donde Zidane preferiría no verle porque no cuenta con él. Pero después podrá volver a jugar, con Gales en la Liga de Naciones. La selección de Ryan Giggs abre su camino en la Liga B el 3 y el 6 de septiembre, ante Finlandia, fuera, y contra Bulgaria, en casa. Serán dos grandes oportunidades para Bale, al que le incomoda tanto su rutina en el Madrid como disfruta de las escapadas con su país. Lleva sin disputar un partido de blanco desde el 24 de junio, frente al Mallorca, por lo que su presencia en Finlandia supondrá su reaparición tras 71 días.
Gales siempre ha sido un entorno de alegría para Bale y, a medida que iban complicándosele las cosas en el Bernabéu, de liberación. Ahí, capitán desde 2018, mantiene su gran cartel, el de la estrella que llevó a Los Dragones Rojos a semifinales en su primera Eurocopa, en 2016. Por eso en el club andan algo inquietos con el próximo parón internacional, quizá el más esperado para un futbolista que, hastiado por su papel actual, le pidió a Zidane no ir a Mánchester para la decisiva vuelta de octavos de Champions.
El Madrid teme que se repita alguno de los episodios habituales cuando el de Cardiff viaja con su selección. Nunca han gustado sus declaraciones fuera ("No diría que estoy jugando feliz en el Madrid, pero estoy jugando...", "Ganar un título con tu país es un poco más especial"...). Tampoco que haya priorizado en más de una ocasión forzar con sus compatriotas mientras se reservaba con el equipo por sus recurrentes molestias. Su acto más irritante fue el pasado noviembre, cuando posó con una bandera con el lema "Gales. Golf. Madrid. En este orden" en la celebración del pase a la Euro 2020. Con Gales en el horizonte, el Madrid ve ahora otro potencial problema con Bale.
Mario Cortegana
As
La pretemporada empezará para Bale con un mal trago y un caramelo. Primero, a finales de agosto, tendrá que presentarse en Valdebebas, donde Zidane preferiría no verle porque no cuenta con él. Pero después podrá volver a jugar, con Gales en la Liga de Naciones. La selección de Ryan Giggs abre su camino en la Liga B el 3 y el 6 de septiembre, ante Finlandia, fuera, y contra Bulgaria, en casa. Serán dos grandes oportunidades para Bale, al que le incomoda tanto su rutina en el Madrid como disfruta de las escapadas con su país. Lleva sin disputar un partido de blanco desde el 24 de junio, frente al Mallorca, por lo que su presencia en Finlandia supondrá su reaparición tras 71 días.
Gales siempre ha sido un entorno de alegría para Bale y, a medida que iban complicándosele las cosas en el Bernabéu, de liberación. Ahí, capitán desde 2018, mantiene su gran cartel, el de la estrella que llevó a Los Dragones Rojos a semifinales en su primera Eurocopa, en 2016. Por eso en el club andan algo inquietos con el próximo parón internacional, quizá el más esperado para un futbolista que, hastiado por su papel actual, le pidió a Zidane no ir a Mánchester para la decisiva vuelta de octavos de Champions.
El Madrid teme que se repita alguno de los episodios habituales cuando el de Cardiff viaja con su selección. Nunca han gustado sus declaraciones fuera ("No diría que estoy jugando feliz en el Madrid, pero estoy jugando...", "Ganar un título con tu país es un poco más especial"...). Tampoco que haya priorizado en más de una ocasión forzar con sus compatriotas mientras se reservaba con el equipo por sus recurrentes molestias. Su acto más irritante fue el pasado noviembre, cuando posó con una bandera con el lema "Gales. Golf. Madrid. En este orden" en la celebración del pase a la Euro 2020. Con Gales en el horizonte, el Madrid ve ahora otro potencial problema con Bale.