Neymar y el valor de los ganapartidos
No se enfrascó en sus propios errores en el partido, se hizo cargo y terminó siendo clave para que el PSG lo diera vuelta. El verdadero rol y valor de los cracks.
Olé
Muchas veces los equipos pagan cifras hasta obscenas por un jugador de fútbol que luego el día a día de la competencia no lo justifica. Neymar era la cara de la nueva derrota del PSG. Otra vez, los millones de euros pagados por tantas estrellas no llegaban a semifinales de Champions.
El brasileño había desperdiciado dos jugadas de esas que cualquier “normal” está en condiciones de resolver bien. Y él, que es de los diferentes, no lo había conseguido, y una había sido insólita. La clave o el valor de estos cracks es que igual siguen en partido para poder convertir esa bronca por el error grueso en motivación para darlo vuelta.
Cuando muchos se asombran o creen que Messi insistió o insiste para volver a tenerlo a su lado sólo po su gran relación con Ney, habría que repetirles este partido. La persistencia y calidad de un jugador que venía para peor de la cancha puede ser capaz de darle color a un día gris del PSG. Los cracks no valen sólo por el promedio de lo que hacen. Los que suman ceros y más ceros a sus cotizaciones se recotizan cuando no desaparecen en la adversidad.
Aquellos que el traje de ganapartidos le sienta bien. Y ahí tenés entonces a Neymar que lejos de enfrascarse en los errores, siguió pidiendo la pelota, continuó siendo “el” jugador, con ese convencimiento y solidez de los que se saben buenos. Y así llegó la asistencia a Marquinhos para el empate y el pase delicioso para Mbappé en el arranque del gol definitorio sobre el Atalanta.
Esa virtud de Neymar, que destruye muchas veces la lógica previa, es el espejo en el que espera reflejarse el Barcelona. A priori hoy, a nivel juego colectivo, un escalón debajo del Bayern Munich. Pero juega Messi, acostumbrado a ocupar ese rol de ganapartidos y todo es posible. Como fue para Neymar, que estuvo a cinco minutos de ser el ojo de la tormenta y terminó siendo el crack que lo puso en semis. Por eso valen millones.
Muchas veces los equipos pagan cifras hasta obscenas por un jugador de fútbol que luego el día a día de la competencia no lo justifica. Neymar era la cara de la nueva derrota del PSG. Otra vez, los millones de euros pagados por tantas estrellas no llegaban a semifinales de Champions.
El brasileño había desperdiciado dos jugadas de esas que cualquier “normal” está en condiciones de resolver bien. Y él, que es de los diferentes, no lo había conseguido, y una había sido insólita. La clave o el valor de estos cracks es que igual siguen en partido para poder convertir esa bronca por el error grueso en motivación para darlo vuelta.
Cuando muchos se asombran o creen que Messi insistió o insiste para volver a tenerlo a su lado sólo po su gran relación con Ney, habría que repetirles este partido. La persistencia y calidad de un jugador que venía para peor de la cancha puede ser capaz de darle color a un día gris del PSG. Los cracks no valen sólo por el promedio de lo que hacen. Los que suman ceros y más ceros a sus cotizaciones se recotizan cuando no desaparecen en la adversidad.
Aquellos que el traje de ganapartidos le sienta bien. Y ahí tenés entonces a Neymar que lejos de enfrascarse en los errores, siguió pidiendo la pelota, continuó siendo “el” jugador, con ese convencimiento y solidez de los que se saben buenos. Y así llegó la asistencia a Marquinhos para el empate y el pase delicioso para Mbappé en el arranque del gol definitorio sobre el Atalanta.
Esa virtud de Neymar, que destruye muchas veces la lógica previa, es el espejo en el que espera reflejarse el Barcelona. A priori hoy, a nivel juego colectivo, un escalón debajo del Bayern Munich. Pero juega Messi, acostumbrado a ocupar ese rol de ganapartidos y todo es posible. Como fue para Neymar, que estuvo a cinco minutos de ser el ojo de la tormenta y terminó siendo el crack que lo puso en semis. Por eso valen millones.
