Los bajitos Rockets se hacen grandes ante los Thunder
Dos partidos y dos victorias para los de Houston, con récord de la franquicia de triples intentados en playoffs. Los Thunder y Chris Paul, perdidos.
Fernando Faucha
As
Cuando los Houston Rockets decidieron apostar a mitad de temporada por jugar sin pívots y casi sin jugadores de más de dos metros lo primero que provocaron fue incredulidad, después risas y después curiosidad. Más tarde, según fueron ganando partidos, empezaron a ganarse el beneficio de la duda. Después de los dos primeros encuentros de playoffs están consiguiendo el respeto que muchas veces les ha faltado de puertas para afuera y quizá el inicio del algo parecido al temor. El temor de unos ricvales que seguramente tengan cada vez menos ganas de encontrárselos por el camino.
En un partido en el que fallan 37 de los 56 triples que tiran (y nunca había tirado tanto de tres la franquicia texana en un encuentro de playoffs) pero acaban ganando por dobles dígitos la vieja defición de unos Rockets que lo único que hacen es eso, tirar triples, y que si no los meten no ganan se queda absoleta por completo. Hoy, en plena sangría desde la línea de tres (llegaron a enlazar 15 fallos en la primera parte) les sacó las castañas del fuego el rebote en ataque. Sí, como suena. Los bajitos ganando los balones aéreos. Cogieron 11, 3 más que su rival. Este es un equipo que, salvo excepciones, no suele ser avasallado en el rebote. Tampoco en defensa, donde tiene momentos brillantes con un estilo propio, extraño pero eficaz. Como no tienen una referencia interior clara se dedican a cambiar continuamente de par, les da igual las veces que tengan que hacerlo. Esa táctica acaba por confundir a algunos rivales y es justo lo que le está sucediendo a los Thunder.
De ese equipo que jugaba tan bien como el mejor, que había ganado casi más que cualquiera en 2020 y que se había convertido en un especialista en finales apretados no queda ni la sombra de momento. Este bajón se está cebando especialmente en Chris Paul, que saca un gran provecho en los cambios defensivos cuando se queda con los hombres altos. Pero esta vez no hay hombres altos enfrente a quienes hacerles el lío. Anoche se quedó en 14 puntos (6/15 en tiros de campo, 2/7 en triples), con sólo 2 asistencias y dando el mando de la creación de juego a Shai Gilgeous-Alexander en muchos tramos del encuentro. El jugador de segundo año fue la mejor noticia en los de Oklahoma después de un estreno flojo. Se fue a los 31 puntos y trató de tirar del carro en todo momento, pero ni Gallinari ni Adams ni un Schroder que ha vuelto cuando menos regular de la lesión le acompañaron.
Enfrente, juego coral, delante y detrás, para tapar un mal día de Harden, que no metió su tercera canasta en juego hasta bien entrado el último cuarto. Entonces sí, enlazó 7 puntos que mataron el partido. Todos ellos sobre la defensa de Schroder, quien a esas alturas Billy Donovan había dejado en cancha ante la necesidad de puntos, sacrificando a Luguentz Dort, quien había defendido a la perfección a La Barba hasta ese momento. Acabó finalmente como máximo anotador Harden (21) pero hubo otros seis compañeros que también acabaron en dobles dígitos en un equipo que cuidó el balón al extremo. Quitando el tercer cuarto (6 pérdidas) en el resto del partido sólo cometieron 1. Así que los Rockets, aún sin Westbrook, van con paso firme en la primera ronda de playoffs y están dejando a los Thunder, que llegaban como uno de los grandes Y si... de estas eliminatorias, en muy poca cosa.
Fernando Faucha
As
Cuando los Houston Rockets decidieron apostar a mitad de temporada por jugar sin pívots y casi sin jugadores de más de dos metros lo primero que provocaron fue incredulidad, después risas y después curiosidad. Más tarde, según fueron ganando partidos, empezaron a ganarse el beneficio de la duda. Después de los dos primeros encuentros de playoffs están consiguiendo el respeto que muchas veces les ha faltado de puertas para afuera y quizá el inicio del algo parecido al temor. El temor de unos ricvales que seguramente tengan cada vez menos ganas de encontrárselos por el camino.
En un partido en el que fallan 37 de los 56 triples que tiran (y nunca había tirado tanto de tres la franquicia texana en un encuentro de playoffs) pero acaban ganando por dobles dígitos la vieja defición de unos Rockets que lo único que hacen es eso, tirar triples, y que si no los meten no ganan se queda absoleta por completo. Hoy, en plena sangría desde la línea de tres (llegaron a enlazar 15 fallos en la primera parte) les sacó las castañas del fuego el rebote en ataque. Sí, como suena. Los bajitos ganando los balones aéreos. Cogieron 11, 3 más que su rival. Este es un equipo que, salvo excepciones, no suele ser avasallado en el rebote. Tampoco en defensa, donde tiene momentos brillantes con un estilo propio, extraño pero eficaz. Como no tienen una referencia interior clara se dedican a cambiar continuamente de par, les da igual las veces que tengan que hacerlo. Esa táctica acaba por confundir a algunos rivales y es justo lo que le está sucediendo a los Thunder.
De ese equipo que jugaba tan bien como el mejor, que había ganado casi más que cualquiera en 2020 y que se había convertido en un especialista en finales apretados no queda ni la sombra de momento. Este bajón se está cebando especialmente en Chris Paul, que saca un gran provecho en los cambios defensivos cuando se queda con los hombres altos. Pero esta vez no hay hombres altos enfrente a quienes hacerles el lío. Anoche se quedó en 14 puntos (6/15 en tiros de campo, 2/7 en triples), con sólo 2 asistencias y dando el mando de la creación de juego a Shai Gilgeous-Alexander en muchos tramos del encuentro. El jugador de segundo año fue la mejor noticia en los de Oklahoma después de un estreno flojo. Se fue a los 31 puntos y trató de tirar del carro en todo momento, pero ni Gallinari ni Adams ni un Schroder que ha vuelto cuando menos regular de la lesión le acompañaron.
Enfrente, juego coral, delante y detrás, para tapar un mal día de Harden, que no metió su tercera canasta en juego hasta bien entrado el último cuarto. Entonces sí, enlazó 7 puntos que mataron el partido. Todos ellos sobre la defensa de Schroder, quien a esas alturas Billy Donovan había dejado en cancha ante la necesidad de puntos, sacrificando a Luguentz Dort, quien había defendido a la perfección a La Barba hasta ese momento. Acabó finalmente como máximo anotador Harden (21) pero hubo otros seis compañeros que también acabaron en dobles dígitos en un equipo que cuidó el balón al extremo. Quitando el tercer cuarto (6 pérdidas) en el resto del partido sólo cometieron 1. Así que los Rockets, aún sin Westbrook, van con paso firme en la primera ronda de playoffs y están dejando a los Thunder, que llegaban como uno de los grandes Y si... de estas eliminatorias, en muy poca cosa.