La Champions tendrá que esperar, Leipzig echó al Atlético

Dani Olmo, el mejor del partido, adelantó al RB Leipzig .. Joao Félix, incomprensiblemente suplente, empató de penalti .. El RB Lepizig fue mejor, pero ganó de rebote en el 87'. Simeone no supo reaccionar


Javier G. Matallanas
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El Atlético cayó de nuevo de forma cruel en Lisboa. Esta vez por un gol de rebote cuando quedaban dos minutos. Había logrado empatar el golazo de Dani Olmo gracias a un gran João Félix (algún día tendrá que explicar Simeone por qué le dejó de suplente en el partido decisivo de la temporada). El RB Leipzig fue mejor que el Atlético. Julian Nagelsmann pegó un repaso táctico a un Simeone que una vez más no supo reaccionar en un partido decisivo. La Champions tendrá que esperar una vez más para el Atlético.


El Atlético de Simeone es como una vajilla de Duralex. Son esos platos, esos vasos verdes o marrones que han estado y siguen estando en todas las casas. No son platos bonitos, más bien al contrario, pero que día a día te sirven para desayunar, comer y cenar. Resisten y resisten. Parece que nunca se rompan. El Atleti no es una vajilla de boda ni una vajilla de Ikea, es una vajilla resistente. Muchas veces piensas en cambiarla por otra más agradable a la vista, pero al final te quedas con ella porque hace su servicio.

En los últimos ocho años, Simeone tiene siempre a punto esa vajilla de Duralex para servir la pizza que cocina. En los cuartos de final de Champions, aunque sean a partido único, no iba a cambiar el menú el Cholo. Esa pizza con su 1-4-4-2 fue la que cocinó ante el RB Leipzig, donde su novel entrenador, Julian Nagelsmann es más de cocina minimalista, de escenificaciones y moderneces.

El Atlético esperó en su campo al RB Leipzig para intentar robar y salir al contraataque. El equipo alemán era el dueño del balón, pero las ocasiones iban cayendo para el Atlético. Después de un remate a las nubes de Halstemberg en el minuto cuatro, todas las oportunidades del primer tiempo fueron para el Atlético salvo una en la prolongación en la que Upamecano remató de cabeza a la salida de un córner al centro a las manos de Oblak.

Entre esas dos ocasiones del RB Leipzig, en el que destacaron los españoles Angeliño y Dani Olmo, el Atlético pudo marcar en el minuto 9 una acción a balón parado, una falta lateral que botó Lodi y cabeceó poderoso Savic y el balón salió como en parábola y le creó problemas a Gulasci que acabó atajando el cuero. Tres minutos después, tras una combinación entre Lodi y Carrasco, el belga tiró con la derecha para que el portero húngaro despejase a córner en una acción de mérito.

El Atlético salía a presionar al Leipzig buscando tenderle una trampa a Upamecano que va sobrado en el inicio de juego. Los ataques colchoneros se producían más por la banda izquierda con Lodi y Carrasco que por la izquierda con Trippier y Koke. El lateral inglés apenas se incorporó al ataque porque las incorporaciones permanentes de Angeliño le obligaban a mantener su rol defensivo.

Marcos Llorente no recibió ni un balón. Aguantó su posición de segundo delantero, pero hasta el minuto 39, en el que cayó a banda izquierda y retó en una carrera a Upamecano, no apareció el futbolista madrileño. Igual que Diego Costa, que apenas participó en esa primera parte. El Atlético no sufrió en la primera mitad y mandó en las dos áreas, pero le volvió a faltar tener mecanizada la fase ofensiva como tiene la defensiva. Savic y Giménez fueron dos bastiones ante las embestidas del equipo de Red Bull, que buscaba sus opciones a la espalda de Lodi y Trippier y de Héctor Herrera, con esa línea de tres medias puntas liderada por un Dani Olmo imperial y un Nkunku desbordante.

Tras el descanso, Simeone no movió sus piezas y mantuvo el plan de aguardar sus opciones a la contra. El RB Leipzig aumentó su velocidad en el juego y en una jugada de manual de ataque estático a defensa en repliegue intensivo, circulando de una banda a otra, llegó el gol de Dani Olmo, que a su fútbol combinativo, su lucha, su calidad, añade siempre su llegada. Dani Olmo tenía ganas al Atleti porque su deseo era jugar de rojiblanco y una de las dos partes no cumplió el acuerdo.

Como tantas veces, el gol en contra hizo que el Atlético adelantara líneas. Simeone al fino sacó a Joao Félix al césped. Y cada vez que tocaba el balón el portugués se entendía menos su suplencia. El Leipzig estaba siendo superior, pero 'hueveaba' cada vez que llegaba al área y siempre le sobraba un pase. En esas Diego Costa hizo su única acción buena de la noche y devolvió una pared a João Félix que fue cazado cuando iba a rematar. El Menino de Ouro dijo que el penalti lo tiraba él y anotó el empate.

El Atlético parecía más cerca del triunfo, pero el Leipzig siguió a la suya. Simeone cambió hombre por hombre a Costa por Morata y poco más aportó para buscar el triunfo, salvo sacar a Felipe por Koke para poner un central arriba a lo Alexanko para intentar igualar el cruel gol que el Leipzig marcó con el tiro de Adams que rebotó en Savic en el minuto 88, cuando el partido se iba a la prórroga. El año que viene lo volverá a intentar el Atlético. Como Sísifo.

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