El Mercedes minimiza al mejor Hamilton de todos los tiempos

El británico se sintió "en la perfección" mientras doblaba a casi toda la parrilla. El Mercedes no tiene rivales y la FIA prohibirá el 'modo fiesta'.

Jesús Balseiro
As
Ayrton Senna veía a Dios cuando pilotaba y este domingo, en Barcelona, Lewis Hamilton confiesa que se sintió imbatible, "perfecto", "en éxtasis". El seis veces campeón explicó en frío: "No es una experiencia física, simplemente me siento en mi mejor nivel corporal. Tenemos una capacidad limitada y me sentí que estaba en la zona más alta que puedo llegar y mantenerme, durante mucho, mucho tiempo. Tengo que evaluar cómo lo alcancé, porque es evidente. He tenido algunas carreras perfectas y esta ha sido una de ellas". "Por la razón que fuera, no sé decir por qué, sentí que estaba ahí arriba, pilotando con la máxima claridad. Ni siquiera fui consciente de cuando entramos en la última vuelta", ilustra. Su GP de España fue apabullante, dobló a todos los pilotos hasta el cuarto puesto. Ahora lo define como una experiencia religiosa.


El piloto británico, de 35 años, suma más poles y podios que nadie en toda la historia de la Fórmula 1 y se queda a tres triunfos de igualar los 91 de Michael Schumacher. Lo superará esta temporada, salvo catástrofe. Igualará los siete títulos Mundiales del Kaiser, salvo sorpresa. Se convertirá en el piloto más exitoso de todos los tiempos y la reverencia del resto será aún mayor. Lewis quiere ser icono del deporte, pero también de las causas sociales. Del antirracismo, del ecologismo, de la sostenibilidad, del veganismo. No cabe duda, trascenderá como deportista.

La única mancha en su palmarés radica en la naturaleza de su especialidad, que combina el talento del hombre al volante con el ingenio del grupo en una máquina. Mercedes ha arrasado en la era híbrida de la F1, desde 2014, pero cada año se superan. Y el W11 es, si cabe, más dominante que todos sus antecesores, con ocho décimas cómodas de ventaja a una vuelta y un ritmo imbatible que sólo Red Bull, de forma remota, puede imitar. El mérito de Brackley es enorme, son el mejor equipo y fabrican el mejor coche con las mejores ideas (DAS incluido). El demérito del resto, también: los energéticos y Ferrari han dado un paso atrás en 2020. El problema es que Hamilton corre contra sí mismo en la pista, en modo zen, cuando hay 19 pilotos más en la parrilla. Su ventaja en la clasificación es de 37 puntos sobre Verstappen. Parece poco, visto lo visto en los seis primeros grandes premios del año, con cuatro victorias de Hamilton.

En Barcelona se hizo evidente la falta de alternativas, lo que se traduce en poca emoción durante las carreras. La FIA va a tomar medidas y prohibirá a mitad de la temporada, desde Spa, el modo de máxima potencia de clasificación de todos los motores. Parece un favor a Ferrari tras mermar las capacidades de su unidad, y afectará a Mercedes porque su ‘modo fiesta’ implica tres o cuatro décimas de mejora explosiva. El problema, dicen fuentes del paddock, es que así podrán equilibrar sus mapas a una vuelta y en carrera, y puede que guarden todavía más prestaciones para desempolvar el domingo. Que nadie espere un paso atrás de Mercedes.
"Un viaje solitario"

"Independientemente, somos el mejor equipo. Vamos a superar todo como profesionales. Seguiremos haciendo el mejor trabajo, cambien lo que cambien. Rendiremos al máximo nivel. No es una preocupación, seguiré preparado", concluye Lewis, que está viviendo un año extraordinario: "Este viaje de piloto de F1 que lucha por el Mundial parece un viaje solitario y eso se magnifica este año, cuando tienes que limitar a las personas que acceden a tu burbuja. Estar con amigos, encontrar un equilibrio es mucho más duro ahora. Es un test psicológico, no veo a mi familia. Pero estoy centrado y pilotando mejor que nunca. Es una maratón, no un sprint. Pero ya disfrutaré al final del año, cuando no haya riesgos".

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