El mejor Kawhi pone fin a la temporada histórica de Doncic
Kawhi tuvo que exprimirse para sentenciar a los texanos, que amenazaron con otra remontada. Adiós a la histórica temporada de un Doncic que se despidió con otro partidazo.
Alberto Clemente
As
No deja de ser irónico que ocurra en Disney, pero se acabó la magia. Al menos en lo que se refiere a Luka Doncic y todos aquellos que han (hemos) disfrutado de una temporada sublime e histórica, una que ha roto barreras y le ha establecido, con 21 años y solo como sophomore, en una estrella adimensional de la mejor Liga del mundo. El esloveno cedió ante la evidencia y esta vez no hubo trucos insólitos e inopinados que rescataran a los Mavericks de un destino que ya estaba escrito pero contra el que se han revuelto hasta el final. Mucho sudor tuvieron que soportar los Clippers, favoritos al anillo, para acabar con la resistencia texana, que alargó la serie demasiado para lo que seguro que le habría gustado a un Kawhi que ha tenido que exprimirse al máximo para no ir a un séptimo partido peligroso, como si de una manera de jugar con fuego demasiado peligrosa se tratase. Kawhi apareció para defender su trono y guió a los Clippers a segunda ronda, donde esperarán a Nuggets o Jazz. Y despidió por el camino a un Doncic que ha hecho una serie, la primera de su carrera, para la historia, con un cuarto partido que entrará en los anales y que, con tiro ganador incluido, tardaremos mucho en olvidar.
El encuentro tuvo de todo, aunque en ningún momento dio la sensación de que pudiera caer del lado de los Mavs. Algo que ya ocurrió en el cuarto, pensarán algunos, pero las cosas mágicas lo son precisamente porque tienen lugar con una frecuencia ínfima, por mucho que Doncic haya hecho que nos acostumbremos a ellas. El esloveno finalizó con 38 puntos, 9 rebotes y 9 asistencias, incluido un excelente 15 de 28 en tiros de campo, con 4 de 9 en triples y un todavía mejorable 4 de 8 en tiros libres. Ha acabado las primeras series de playoffs de su historia con 31+9,8+8,7, la mayor anotación en un debut en la fase final, dos triples-dobles, dos partidos de 40 puntos, un tiro ganador, el tercer triple-doble de la historia de al menos 40-15-10 y siendo el jugador más joven de la historia con un game-winner en este tipo de encuentros. Poco más que añadir para un jovencísimo jugador que tiene el mundo a sus pies y está en la franquicia adecuada para conquistar la NBA, con un directivo de alturas como Mark Cuban, uno de los mejores entrenadores en activo (Rick Carlisle) y una intendencia que mejorará para poder llevar el estilo más allá del spread pick and roll (un jugador conduce, otro bloquea, tres se colocan más allá de la línea de tres) que ya desarrollan a la perfección y tener más armas y más acompañamiento para hacerse temibles.
En el sexto partido ante los Clippers, las cosas funcionaron en un inicio y todo prometía con la expulsión de un Morris que le dio un feo tortazo a Doncic. Sí, el mismo Morris que le pisó en el duelo anterior y que tiene en la parte de atrás de su camiseta un lema, reforma educativa, que no sabemos si se ha aplicado a sí mismo. La primera parte estuvo llena de alternativas, con un Paul George (15+9+7) que empezó bien pero se acabó diluyendo (no es la primera vez) y un Kawhi que llevó la dinámica contraria. De hecho, debió pensar en el descanso (51-57 para os Clippers) que ya había tenido suficiente; los angelinos pusieron la directa, aprovecharon la crisis en ataque d eun rival que llegó a fallar tres triples consecutivos y se fueron 20 arriba. Parecía la sentencia, pero con casi siete minutos para el final, un triple de Luka Doncic ponía a los texanos 82-88. El tiempo muerto de Doc Rivers se materializó en el que ha acabado siendo el mayor argumento de un equipo con mucho talento pero poca capacidad de colaboración: balones a Kawhi. Fue el que resolvió con tiros en suspensión para sentenciar y mandar a casa a los Mavs. Con ayuda de, eso sí, de un Reggie Jackson que anotó 14 puntos, 12 en el último periodo y todos en forma de triples. Esa especie de base unidimensional que solo sabía jugar de una forma en los Pistons ha encontrado su sitio a las órdenes de un entrenador inteligente como el complemento que siempre debería haber sido.
Kawhi finalizó con 33 puntos, 14 rebotes, 7 asistencias y 5 robos, haciendo a veces de facilitador (igual que Paul George), algo necesario en un equipo que carece de esa figura y de lo que se aprovechó gente como Zubac, que finalizó con 15+11 y un +33 con él en pista. En los Mavs, solo Finney-Smith (16) y Hardaway (10) pasaron de la decena, pero seguro que Carlisle está contento. En el inicio del proyecto, llegar a playoffs, pelear sin Porzingis y su maltrecha rodilla ante los favoritos y contar con lo que ya es una estrella consolidada llena de optimismo el futuro de un equipo que ha sustituido a Dirk Nowitzki con una presteza envidiable y ha puesto la directa a lo que puede ser una era dominada por un jugador excepcional. De momento, la temporada termina para un Doncic que sucumbe, nada menos, ante Kawhi. Pero es solo un capítulo dentro de una carrera llena de promesas y una NBA que espera el dominio de ese chico de 21 años que ya enamora a todo el mundo. Kawhi se queda. Y Doncic se va... Pero volverá. Ya lo ha dicho Nowitzki al acabar: "Mucho por lo que estar orgullosos. Y mucho que esperar".
Alberto Clemente
As
No deja de ser irónico que ocurra en Disney, pero se acabó la magia. Al menos en lo que se refiere a Luka Doncic y todos aquellos que han (hemos) disfrutado de una temporada sublime e histórica, una que ha roto barreras y le ha establecido, con 21 años y solo como sophomore, en una estrella adimensional de la mejor Liga del mundo. El esloveno cedió ante la evidencia y esta vez no hubo trucos insólitos e inopinados que rescataran a los Mavericks de un destino que ya estaba escrito pero contra el que se han revuelto hasta el final. Mucho sudor tuvieron que soportar los Clippers, favoritos al anillo, para acabar con la resistencia texana, que alargó la serie demasiado para lo que seguro que le habría gustado a un Kawhi que ha tenido que exprimirse al máximo para no ir a un séptimo partido peligroso, como si de una manera de jugar con fuego demasiado peligrosa se tratase. Kawhi apareció para defender su trono y guió a los Clippers a segunda ronda, donde esperarán a Nuggets o Jazz. Y despidió por el camino a un Doncic que ha hecho una serie, la primera de su carrera, para la historia, con un cuarto partido que entrará en los anales y que, con tiro ganador incluido, tardaremos mucho en olvidar.
El encuentro tuvo de todo, aunque en ningún momento dio la sensación de que pudiera caer del lado de los Mavs. Algo que ya ocurrió en el cuarto, pensarán algunos, pero las cosas mágicas lo son precisamente porque tienen lugar con una frecuencia ínfima, por mucho que Doncic haya hecho que nos acostumbremos a ellas. El esloveno finalizó con 38 puntos, 9 rebotes y 9 asistencias, incluido un excelente 15 de 28 en tiros de campo, con 4 de 9 en triples y un todavía mejorable 4 de 8 en tiros libres. Ha acabado las primeras series de playoffs de su historia con 31+9,8+8,7, la mayor anotación en un debut en la fase final, dos triples-dobles, dos partidos de 40 puntos, un tiro ganador, el tercer triple-doble de la historia de al menos 40-15-10 y siendo el jugador más joven de la historia con un game-winner en este tipo de encuentros. Poco más que añadir para un jovencísimo jugador que tiene el mundo a sus pies y está en la franquicia adecuada para conquistar la NBA, con un directivo de alturas como Mark Cuban, uno de los mejores entrenadores en activo (Rick Carlisle) y una intendencia que mejorará para poder llevar el estilo más allá del spread pick and roll (un jugador conduce, otro bloquea, tres se colocan más allá de la línea de tres) que ya desarrollan a la perfección y tener más armas y más acompañamiento para hacerse temibles.
En el sexto partido ante los Clippers, las cosas funcionaron en un inicio y todo prometía con la expulsión de un Morris que le dio un feo tortazo a Doncic. Sí, el mismo Morris que le pisó en el duelo anterior y que tiene en la parte de atrás de su camiseta un lema, reforma educativa, que no sabemos si se ha aplicado a sí mismo. La primera parte estuvo llena de alternativas, con un Paul George (15+9+7) que empezó bien pero se acabó diluyendo (no es la primera vez) y un Kawhi que llevó la dinámica contraria. De hecho, debió pensar en el descanso (51-57 para os Clippers) que ya había tenido suficiente; los angelinos pusieron la directa, aprovecharon la crisis en ataque d eun rival que llegó a fallar tres triples consecutivos y se fueron 20 arriba. Parecía la sentencia, pero con casi siete minutos para el final, un triple de Luka Doncic ponía a los texanos 82-88. El tiempo muerto de Doc Rivers se materializó en el que ha acabado siendo el mayor argumento de un equipo con mucho talento pero poca capacidad de colaboración: balones a Kawhi. Fue el que resolvió con tiros en suspensión para sentenciar y mandar a casa a los Mavs. Con ayuda de, eso sí, de un Reggie Jackson que anotó 14 puntos, 12 en el último periodo y todos en forma de triples. Esa especie de base unidimensional que solo sabía jugar de una forma en los Pistons ha encontrado su sitio a las órdenes de un entrenador inteligente como el complemento que siempre debería haber sido.
Kawhi finalizó con 33 puntos, 14 rebotes, 7 asistencias y 5 robos, haciendo a veces de facilitador (igual que Paul George), algo necesario en un equipo que carece de esa figura y de lo que se aprovechó gente como Zubac, que finalizó con 15+11 y un +33 con él en pista. En los Mavs, solo Finney-Smith (16) y Hardaway (10) pasaron de la decena, pero seguro que Carlisle está contento. En el inicio del proyecto, llegar a playoffs, pelear sin Porzingis y su maltrecha rodilla ante los favoritos y contar con lo que ya es una estrella consolidada llena de optimismo el futuro de un equipo que ha sustituido a Dirk Nowitzki con una presteza envidiable y ha puesto la directa a lo que puede ser una era dominada por un jugador excepcional. De momento, la temporada termina para un Doncic que sucumbe, nada menos, ante Kawhi. Pero es solo un capítulo dentro de una carrera llena de promesas y una NBA que espera el dominio de ese chico de 21 años que ya enamora a todo el mundo. Kawhi se queda. Y Doncic se va... Pero volverá. Ya lo ha dicho Nowitzki al acabar: "Mucho por lo que estar orgullosos. Y mucho que esperar".