El enigma Varane
Madrid, AS
Pocas noches serán más aciagas para Raphäel Varane como la que vivió ayer en el Etihad Stadium. El central, fortalecido por un final de temporada espectacular, tuvo la actuación más desafortunada desde que fichara por el Real Madrid. Estuvo implicado directamente en los dos goles del Manchester City y añoró no tener a Sergio Ramos a su lado. No obstante, el ex del Lens ha sabido demostrar fuera de la casa blanca que no depende del Camero para ser uno de los mejores defensas del mundo.
En 2014, Raphäel Varane se convertía en uno de los jugadores más jóvenes en portar el brazalete de capitán de la selección francesa. Lo hizo con 21 años, mostrando una madurez impropia de un jugador de su edad. El defensa vivió de primera mano la transición de “Les Bleus”, que pasó del pesimismo de Doménech y Blanc a una nueva generación de jóvenes con Deschamps que tenía como cabeza de cartel al central del Real Madrid. Los éxitos de Francia, comenzando por la final de la Eurocopa y culminando con el Mundial de Rusia, no se entienden sin la aportación del nacido en Lila hace 27 años.
Sin Sergio Ramos, la versión de Varane con Francia dista mucho de la del Real Madrid. En el Bernabéu, la responsabilidad que ha tenido el central ha sido mucho menor a la que ha tenido con el combinado galo. Mientras que en la selección francesa es considerado el capitán y el líder del vestuario, en el Real Madrid ha vivido como complemento ideal de Sergio Ramos, al que se ha acostumbrado durante tantos años que sin él se convierte en un central distinto.
En Manchester, Varane no tuvo tiempo ni medios para vestirse del jugador que es en la selección francesa. El contexto, atípico por el coronavirus, impidió ver la mejor versión del que ha sido uno de los mejores defensas de la temporada en Europa. En 2013, Pepe salió muy tocado del Signal Iduna Park tras recibir cuatro goles de Lewandoski y a la postre se convertiría en uno de los mejores defensas del mundo. Las derrotas hacen crecer a los jugadores y Varane, que también supo crecer tras llevarse una de las decepciones de su vida en la final de la Eurocopa de 2016, lo de ayer en el Etihad servirá para hacerle mejor jugador.
Pocas noches serán más aciagas para Raphäel Varane como la que vivió ayer en el Etihad Stadium. El central, fortalecido por un final de temporada espectacular, tuvo la actuación más desafortunada desde que fichara por el Real Madrid. Estuvo implicado directamente en los dos goles del Manchester City y añoró no tener a Sergio Ramos a su lado. No obstante, el ex del Lens ha sabido demostrar fuera de la casa blanca que no depende del Camero para ser uno de los mejores defensas del mundo.
En 2014, Raphäel Varane se convertía en uno de los jugadores más jóvenes en portar el brazalete de capitán de la selección francesa. Lo hizo con 21 años, mostrando una madurez impropia de un jugador de su edad. El defensa vivió de primera mano la transición de “Les Bleus”, que pasó del pesimismo de Doménech y Blanc a una nueva generación de jóvenes con Deschamps que tenía como cabeza de cartel al central del Real Madrid. Los éxitos de Francia, comenzando por la final de la Eurocopa y culminando con el Mundial de Rusia, no se entienden sin la aportación del nacido en Lila hace 27 años.
Sin Sergio Ramos, la versión de Varane con Francia dista mucho de la del Real Madrid. En el Bernabéu, la responsabilidad que ha tenido el central ha sido mucho menor a la que ha tenido con el combinado galo. Mientras que en la selección francesa es considerado el capitán y el líder del vestuario, en el Real Madrid ha vivido como complemento ideal de Sergio Ramos, al que se ha acostumbrado durante tantos años que sin él se convierte en un central distinto.
En Manchester, Varane no tuvo tiempo ni medios para vestirse del jugador que es en la selección francesa. El contexto, atípico por el coronavirus, impidió ver la mejor versión del que ha sido uno de los mejores defensas de la temporada en Europa. En 2013, Pepe salió muy tocado del Signal Iduna Park tras recibir cuatro goles de Lewandoski y a la postre se convertiría en uno de los mejores defensas del mundo. Las derrotas hacen crecer a los jugadores y Varane, que también supo crecer tras llevarse una de las decepciones de su vida en la final de la Eurocopa de 2016, lo de ayer en el Etihad servirá para hacerle mejor jugador.