¿Cuánto le sale a Boca jugar en la Bombonera vacía?
El club decidió hace rato no mudarse por más que se juegue sin público y seguir en su estadio a pesar del costo que tiene cada partido de local.
Olé
Quien asiste a la Bombonera primero la ve a la distancia, cuando se acerca caminando por cualquiera de los accesos, gigante, brillante, reluciente sobre el cielo a sus espaldas. Ya más cerca, empieza a sentir el clima, los sonidos y los aromas. Ya en sus escaleras, sus vibraciones y latidos, cómo se mueve debajo de los pies. Y una vez en las tribunas, llega la cuestión esotérica, mística, lo que en definitiva permitió también llamarla templo, santuario, monumento, una de las indiscutidas atracciones de Buenos Aires. Lo que no sabe quien asiste es lo que vale a Boca montar ese show tan maravilloso y abrir sus puertas al público: millones de pesos. Que en tiempos de pandemia no serán compensados con los famosos adicionales que se les cobran a los socios en los partidos de la Copa Libertadores.
Justamente, cuando se fue acercando la vuelta del fútbol, esos millones hicieron que varios clubes pensaran en estos meses de pandemia en mudar su localía e ir a jugar a sus campos de deportes, siempre y cuando estuvieran habilitados por las federaciones correspondientes. Por caso, uno de ellos fue River, que mira con ganas su complejo deportivo para cuando sea el momento de los partidos del campeonato local, porque la Conmebol no permite por reglamento salir de los escenarios autorizados por el organismo.
Lo de sin público, está dicho, no es un detalle menor. Montar todo el show de un partido de local, con gastos de concentración incluidos, suele costarle al club alrededor de 9.000.000 de pesos, una cifra que parece imposible para el ciudadano común pero para Boca no lo es cuando en tiempos normales recauda por los adicionales de la Libertadores algo más de 100 millones de pesos.
Ahora, con las tribunas vacías, se reducirán considerablemente los gastos de personal y operativo policial, que siempre es la mayor parte, pero lejos estará de bajar a cero: al club le costará alrededor de 2.000.000 y 3.000.000 de pesos y no tendrá ingresos por venta de entradas.
Sin embargo, en Boca nunca fue una opción dejar la Bombonera, salvo por alguna circunstancia de fuerza mayor como hubiera sido que el Gobierno no autorizara el Protocolo de Concentración Sanitaria elaborado por la Conmebol debido al alza en los casos de coronavirus en el AMBA. Lo aseguraron Miguel Russo y Jorge Ameal en sus últimas apariciones mediáticas.
"La idea es esa, jugar en la Bombonera. Ojalá no tengamos contratiempos a nivel de salud en Buenos Aires", fue el deseo del DT en la conferencia de prensa del viernes, por más que el estadio xeneize no vaya a ser lo mismo y luzca raro sin público fervoroso en sus tribunas. Cueste lo que cueste...
Después de presentarse el 17 de septiembre ante Libertad en Paraguay y una semana más tarde contra el DIM en Colombia, Boca debe cerrar su participación en el grupo H con dos partidos de local. Primero, el 29/9, recibirá al equipo de Ramón Díaz. Y luego, el 22/19 completará frente al Caracas.
Olé
Quien asiste a la Bombonera primero la ve a la distancia, cuando se acerca caminando por cualquiera de los accesos, gigante, brillante, reluciente sobre el cielo a sus espaldas. Ya más cerca, empieza a sentir el clima, los sonidos y los aromas. Ya en sus escaleras, sus vibraciones y latidos, cómo se mueve debajo de los pies. Y una vez en las tribunas, llega la cuestión esotérica, mística, lo que en definitiva permitió también llamarla templo, santuario, monumento, una de las indiscutidas atracciones de Buenos Aires. Lo que no sabe quien asiste es lo que vale a Boca montar ese show tan maravilloso y abrir sus puertas al público: millones de pesos. Que en tiempos de pandemia no serán compensados con los famosos adicionales que se les cobran a los socios en los partidos de la Copa Libertadores.
Justamente, cuando se fue acercando la vuelta del fútbol, esos millones hicieron que varios clubes pensaran en estos meses de pandemia en mudar su localía e ir a jugar a sus campos de deportes, siempre y cuando estuvieran habilitados por las federaciones correspondientes. Por caso, uno de ellos fue River, que mira con ganas su complejo deportivo para cuando sea el momento de los partidos del campeonato local, porque la Conmebol no permite por reglamento salir de los escenarios autorizados por el organismo.
Lo de sin público, está dicho, no es un detalle menor. Montar todo el show de un partido de local, con gastos de concentración incluidos, suele costarle al club alrededor de 9.000.000 de pesos, una cifra que parece imposible para el ciudadano común pero para Boca no lo es cuando en tiempos normales recauda por los adicionales de la Libertadores algo más de 100 millones de pesos.
Ahora, con las tribunas vacías, se reducirán considerablemente los gastos de personal y operativo policial, que siempre es la mayor parte, pero lejos estará de bajar a cero: al club le costará alrededor de 2.000.000 y 3.000.000 de pesos y no tendrá ingresos por venta de entradas.
Sin embargo, en Boca nunca fue una opción dejar la Bombonera, salvo por alguna circunstancia de fuerza mayor como hubiera sido que el Gobierno no autorizara el Protocolo de Concentración Sanitaria elaborado por la Conmebol debido al alza en los casos de coronavirus en el AMBA. Lo aseguraron Miguel Russo y Jorge Ameal en sus últimas apariciones mediáticas.
"La idea es esa, jugar en la Bombonera. Ojalá no tengamos contratiempos a nivel de salud en Buenos Aires", fue el deseo del DT en la conferencia de prensa del viernes, por más que el estadio xeneize no vaya a ser lo mismo y luzca raro sin público fervoroso en sus tribunas. Cueste lo que cueste...
Después de presentarse el 17 de septiembre ante Libertad en Paraguay y una semana más tarde contra el DIM en Colombia, Boca debe cerrar su participación en el grupo H con dos partidos de local. Primero, el 29/9, recibirá al equipo de Ramón Díaz. Y luego, el 22/19 completará frente al Caracas.