¿Cómo puede gastar tanto el Chelsea en plena pandemia?
Todo apunta que tras Chilwell (56 M€), Werner (60) y Ziyech (40), Havertz será el próximo en llegar a Londres. Un gasto superlativo en plena crisis.
Londres, AS
El Chelsea tenía un plan de ruta, formar un superequipo en el verano de 2020 tras la sequía provocada por la sanción de la FIFA que no les permitía inscribir jugadores durante dos ventanas. Una vez revocada la prohibición, los de Roman Abramovich ha aterrizado en el mercado cual elefante en cacharrería, haciendo mucho ruido. Primero fue Hakim Ziyech, 40 millones de euros al Ajax mediante, luego Timo Werner, a quien 60 millones de razones le sacaron del Leipzig, y ahora el deseado Ben Chilwell. Además, la inversión no queda ahí, a los 56 M€ depositados en las arcas del Leicester por el lateral le seguirá otro fuerte desembolso, el que se realizará, a priori, por Kai Havertz (80+20). Pero, ¿cómo es posible que los de Lampard se puedan permitir semejante gasto en un mercado marcado por los recortes y el coronavirus? Un informe de The Athletic lo explica.
Roman Abramovich
La primera y más importante razón llegó a Londres hace 17 años, Roman Abramovich. El magnate ruso cambió la historia del Chelsea con su llegada a la capital y su fortuna sigue respaldando el proyecto blue. No obstante, la 152ª persona más rica del mundo, según Forbes, aportó más de 270 millones de euros de su bolsillo durante el ejercicio 2018-19 para ayudar a financiar costes del equipo (el Chelsea anunció pérdidas de más de 110 M€ durante ese curso). Por tanto, la crisis financiera llegada de la mano de la COVID-19 no ha afectado tanto en Stamford Bridge.
Sin problemas con el Fair Play financiero
Las pérdidas de la 2018-19, aún siendo sufragadas por Abramovich, supondrían un problema para cumplir con el Fair Play financiero. Sin embargo, el dinero ingresado en la 2019-20 correspondiente a las ventas de Eden Hazard y Álvaro Morata, a Madrid y Atleti, respectivamente, les aseguró casi 130 M€, apartando, de esta manera, el yugo de la FIFA. Además, todos los fichajes realizados en el presente estarán incluidos en las cuentas de la temporada 2020-21 en adelante. De hecho, una práctica habitual es dividir los pagos a lo largo de los años, como el de Timo Werner, que está dividido a partes iguales durante cinco años, aflojando la presión de gasto anual.
Problemas del resto
Por último, la tercera clave de este fuerte desembolso va de la mano de la primera, el músculo financiero del dueño del Chelsea. Con el resto de clubes acuciados por los problemas financieros, véanse los despidos del Arsenal, el organigrama blue no está sufriendo presión alguna por parte del club. Todo ello está ayudando a evitar guerras de pujas, como la que podrían haber vivido con Chilwell, quien ha terminado saliendo por 56 M€, en lugar de los más de 80 con los que se descolgaban en Leicester. Un año atrás, sin ir más lejos, el United hubo de pagar esa cantidad para fichar a Harry Maguire.
Mismo caso que con Havertz. A pesar de que los 80+20 millones son una fuerte cantidad, el Leverkusen pedía más de 100 sin variables, en un principio, y han terminado cediendo ante la ausencia de competencia en la guerra por su todavía jugador. Es decir, el Chelsea está aprovechando los problemas del resto para dar a Lampard una plantilla que pueda pelear de tú a tú con City y Liverpool en Inglaterra y con el resto de gigante europeos en la Champions. Lugar y momento adecuado, que dicen. Y dinero, mucho dinero.
Londres, AS
El Chelsea tenía un plan de ruta, formar un superequipo en el verano de 2020 tras la sequía provocada por la sanción de la FIFA que no les permitía inscribir jugadores durante dos ventanas. Una vez revocada la prohibición, los de Roman Abramovich ha aterrizado en el mercado cual elefante en cacharrería, haciendo mucho ruido. Primero fue Hakim Ziyech, 40 millones de euros al Ajax mediante, luego Timo Werner, a quien 60 millones de razones le sacaron del Leipzig, y ahora el deseado Ben Chilwell. Además, la inversión no queda ahí, a los 56 M€ depositados en las arcas del Leicester por el lateral le seguirá otro fuerte desembolso, el que se realizará, a priori, por Kai Havertz (80+20). Pero, ¿cómo es posible que los de Lampard se puedan permitir semejante gasto en un mercado marcado por los recortes y el coronavirus? Un informe de The Athletic lo explica.
Roman Abramovich
La primera y más importante razón llegó a Londres hace 17 años, Roman Abramovich. El magnate ruso cambió la historia del Chelsea con su llegada a la capital y su fortuna sigue respaldando el proyecto blue. No obstante, la 152ª persona más rica del mundo, según Forbes, aportó más de 270 millones de euros de su bolsillo durante el ejercicio 2018-19 para ayudar a financiar costes del equipo (el Chelsea anunció pérdidas de más de 110 M€ durante ese curso). Por tanto, la crisis financiera llegada de la mano de la COVID-19 no ha afectado tanto en Stamford Bridge.
Sin problemas con el Fair Play financiero
Las pérdidas de la 2018-19, aún siendo sufragadas por Abramovich, supondrían un problema para cumplir con el Fair Play financiero. Sin embargo, el dinero ingresado en la 2019-20 correspondiente a las ventas de Eden Hazard y Álvaro Morata, a Madrid y Atleti, respectivamente, les aseguró casi 130 M€, apartando, de esta manera, el yugo de la FIFA. Además, todos los fichajes realizados en el presente estarán incluidos en las cuentas de la temporada 2020-21 en adelante. De hecho, una práctica habitual es dividir los pagos a lo largo de los años, como el de Timo Werner, que está dividido a partes iguales durante cinco años, aflojando la presión de gasto anual.
Problemas del resto
Por último, la tercera clave de este fuerte desembolso va de la mano de la primera, el músculo financiero del dueño del Chelsea. Con el resto de clubes acuciados por los problemas financieros, véanse los despidos del Arsenal, el organigrama blue no está sufriendo presión alguna por parte del club. Todo ello está ayudando a evitar guerras de pujas, como la que podrían haber vivido con Chilwell, quien ha terminado saliendo por 56 M€, en lugar de los más de 80 con los que se descolgaban en Leicester. Un año atrás, sin ir más lejos, el United hubo de pagar esa cantidad para fichar a Harry Maguire.
Mismo caso que con Havertz. A pesar de que los 80+20 millones son una fuerte cantidad, el Leverkusen pedía más de 100 sin variables, en un principio, y han terminado cediendo ante la ausencia de competencia en la guerra por su todavía jugador. Es decir, el Chelsea está aprovechando los problemas del resto para dar a Lampard una plantilla que pueda pelear de tú a tú con City y Liverpool en Inglaterra y con el resto de gigante europeos en la Champions. Lugar y momento adecuado, que dicen. Y dinero, mucho dinero.