Red Bull, en dirección contraria

Las evoluciones sobre el RB16 no funcionaron y Verstappen puntualiza que van por el camino equivocado: "Falta agarre, hay sobreviraje, no hay velocidad punta…".

Jesús Balseiro
As
El Red Bull RB16 sacó dos podios de las tres primeras carreras, pero está demasiado lejos de Mercedes como para pensar en el Mundial. El staff aprecia problemas de correlación, "hay algo en la aerodinámica que no funciona como debería", puntualiza Christian Horner, y los pilotos se han encontrado con un monoplaza muy difícil de pilotar. "Todos son difíciles, eso siempre es así porque si no, no sería un Fórmula 1. Puedes bloquear o trompear. Pero en este caso pierdes el tren trasero sin un aviso", apunta Max Verstappen, autor de un segundo puesto en Hungría y un tercero en Estiria. El neerlandés es tercero en la clasificación a 30 puntos de Lewis Hamilton.


¿Qué le falta a su coche? No es un problema de set up: "Si lo fuera, estaría culpando a mi ingeniero. No es algo relacionado con los reglajes". En una entrevista con AS precisaba que falta "velocidad punta y agarre en curvas rápidas". "Falta agarre, hay sobreviraje, no hay velocidad punta. Todo hace que el coche sea más lento. Si entendiéramos el motivo, lo habríamos cambiado o mejorado. Seguimos buscando", puntualiza Verstappen, consciente de que las expectativas del equipo en los test de pretemporada estaban más altas: "Siempre hay algo que se puede hacer mejor, pero entonces no había problemas graves. Quizás otros equipos han dado pasos adelante y puede que nosotros vayamos en la dirección equivocada".

El líder del equipo exonera a Honda: "Mercedes sigue un paso adelante, pero a nosotros no nos han afectado las directivas de la FIA. El motor se siente normal, como siempre. Está correcto". Gasly abandonó en Hungaroring con problemas recurrentes en su unidad de potencia, y el propio Max tuvo un fallo eléctrico en el GP de Austria. Honda tiene ahora el tercer motor en prestaciones puras, por detrás de Mercedes y Renault, pero con mejores puntas que el nuevo Ferrari.

Al otro lado del garaje está Alex Albon, quinto en el Mundial y con cuarto puesto como mejor resultado. El británico de origen tailandés está sufriendo a una vuelta y la diferencia de rendimiento con su compañero de equipo recuerda al caso Gasly del año pasado. "Es más difícil conducir cuando el coche no hace lo que tú quieres que haga. Pero el equipo está trabajando y a pesar de los problemas, estamos haciendo un coche mejor. Los rivales han dado un paso gigante, no hay más que ver a Mercedes, Racing Point o McLaren. Nosotros somos un poco más lentos que el año pasado, no mucho".

La realidad es que Red Bull ha desaprovechado dos circuitos que, históricamente, le han favorecido: ganó en Spielberg tanto en 2018 como en 2019; y el año pasado hizo la pole en Hungría. Entre los motivos, se señala a las piezas incorporadas durante estos fines de semana de competición, "se han llevado mejoras que sólo habían sido probadas en las simulaciones por la situación de confinamiento", decía Albon, y ahora deben volver a la casilla de salida. Hasta ahora, el Mercedes es superior en todas las áreas, aunque en la fábrica de Milton Keynes preparan otro paquete importante de evoluciones (siempre lo hacen entre carreras) que llegarán en Silverstone para recortar esa diferencia. "Y se analizarán todos los datos para intentar desbloquear potencial en el coche", decía Horner, jefe de la escudería.

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