¿Qué cosas le modificaría al VAR Javier Castrilli?
El ex árbitro sienta posición con respecto a esta nueva herramienta: apoya su uso, pero con cambios. Dice que el arbitraje argentino está en su peor momento y que se premia a los malos. Su paso por la política y su presente: estuvo a punto de poner una pinturería y da seminarios...
Olé
De un lado, los defensores del VAR; mientras que, en la otra vereda, se encuentran aquellos que no quieren saber nada con esta nueva modalidad. Pero, claro, al ser tantos los puntos de diferencia que genera esta herramienta, en el medio también se encuentran aquellos que lo quieren, pero distinto, con algunas modificaciones.
Y, ahí, justo de ese lado, se encuentra Javier Castrilli. El ex árbitro argentino, recordado por su sello distintivo a la hora de dirigir, afirma que “con el VAR cambió todo y el fútbol ya no volverá a ser igual”. Pero lejos de mostrarse en contra, Castrilli, que se retiró en 1998, le cuenta a Olé su presente a los 63 años, marca precisamente su posición sobre el VAR y aporta las modificaciones que, desde su conocimiento, le hacen falta.
-¿En qué andás?
-Estaba planificando, junto a un socio, la apertura de un local para vender pinturas, pero lamentablemente con todo esto de la pandemia se tuvo que parar momentáneamente. Más allá de eso, me encuentro dando charlas y diferentes seminarios sobre arbitraje.
-¿Qué pasó que te bajaste de la política? (NdeR: en 2013 fue candidato a concejal en La Matanza por el PRO y en 2001 se había postulado para Jefe de Gobierno por el partido Acción Ciudadana)
-Incursioné en varios lados. Pero en muchos casos uno se ha sentido frustrado por ver a aquellas personas en las que uno depositó el voto de confianza y terminaron haciendo cosas diametralmente opuestas a las prometidas. Hay un sistema de ideas y valores a los que uno no está dispuesto a renunciar.
-¿Cómo notás al VAR?
-Estamos atravesando un espacio de transición con un período de cambios profundos, sobre todo estructurales, en el fútbol. El fútbol nunca más será como era, desde la aparición del VAR. Cambió todo. El árbitro, más temprano que tarde, se convertirá en un simple ejecutor de decisiones remotas.
-¿Qué es lo que cambió?
-Generó un impacto en la conducta del árbitro. Antes, en mi época, las posiciones adelantadas tenían una respuesta de los asistentes, que era escandalosa. En los vestuarios, a los jueces de línea les decían que levantaran las banderas. Eran épocas en que levantaban la bandera por el solo hecho de que cuando llegaba la pelota el jugador estaba adelantado. Se cometían soberanas injusticias. Entonces, con el peso de la repetición y la opinión pública, esas conductas fueron cambiando.
-¿Cuál es tu crítica al VAR?
-Siempre fui crítico de la mano humana o, mejor dicho, de la mente humana. El protocolo en el VAR me parece que está equivocado, ese diseño del protocolo. No de la tecnología, la culpa no está ahí. Y los resultados que hasta el momento está dando el VAR me dan la razón.
-Entonces, ¿qué le modificarías?
-Yo haría dos grandes modificaciones. Primero, tiene que ser una instancia superadora, de apelación. Comparado con la justicia ordinaria, sería una especie de tribunal de casación. Un espacio para las equivocaciones que cometen los árbitros centrales.
Si estamos hablando de que el VAR tiene que ser una instancia jerárquicamente superior al árbitro central, reparadora de las equivocaciones, transformaría al árbitro del VAR en la última palabra. Esta herramienta no tiene que venir a ayudar a los árbitros, tiene que venir a ayudar al fútbol. O sea, ayudar a sus protagonistas. Quiero decir: con esto, le quitaría al árbitro la posibilidad de esa sensación despótica y autoritaria de rechazar al VAR, como ha ocurrido en el partido de Brasil y Argentina en la última Copa América. Sería todo menos engorroso en cuanto a la demora.
-Entonces, ¿cómo sería?
-Les daría autorización a los jugadores y DT para pedirlo. Me parece absurdo tener la tecnología sin que los jugadores y los técnicos, que son los que sufren las equivocaciones de los árbitros, tengan posibilidad de pedirla.
-Estás a favor del VAR entonces...
-Nunca voy a estar de acuerdo en que se ganen partidos con goles viciados de nulidad. Nunca puedo permitir que las limitaciones humanas, plasmadas en los errores de los árbitros, alteren el desarrollo del juego. Yo quiero lo mejor para el fútbol, y eso es que los jugadores crean que las reglas se van a cumplir al 100%. La tecnología tiene que venir a eso.
-¿Qué te parece la actualidad del arbitraje argentino?
-Está pasando uno de los peores momentos de su historia. Lo veo muy mal. No sólo por las irregularidades institucionales, sino también por la lectura que hay del arbitraje; los errores. Incluso, el sistema de premios y castigos está muy mal. Muchos ocupan lugares que no deberían ocupar.
-¿Y dónde está el problema?
-Uno es en los instructores, pero no sólo en Argentina, sino que a nivel sudamericano: hay un sistema de premios y castigos alterados. Los que más se equivocan son beneficiados. Y se han dado partidos escandalosos, donde jugadores se sentaron en el piso por disconformidad. (Andrés) Merlos fue ascendido de categoría. Esto es un ejemplo pernicioso para los que vienen atrás. Me parece lamentable.
-¿Se volverá a ver a un árbitro que tenga un estilo similar al que ejercías?
-Depende del instructor. A mí me formaron con el espíritu de cumplir las reglas. Ese era nuestro honor.
Olé
De un lado, los defensores del VAR; mientras que, en la otra vereda, se encuentran aquellos que no quieren saber nada con esta nueva modalidad. Pero, claro, al ser tantos los puntos de diferencia que genera esta herramienta, en el medio también se encuentran aquellos que lo quieren, pero distinto, con algunas modificaciones.
Y, ahí, justo de ese lado, se encuentra Javier Castrilli. El ex árbitro argentino, recordado por su sello distintivo a la hora de dirigir, afirma que “con el VAR cambió todo y el fútbol ya no volverá a ser igual”. Pero lejos de mostrarse en contra, Castrilli, que se retiró en 1998, le cuenta a Olé su presente a los 63 años, marca precisamente su posición sobre el VAR y aporta las modificaciones que, desde su conocimiento, le hacen falta.
-¿En qué andás?
-Estaba planificando, junto a un socio, la apertura de un local para vender pinturas, pero lamentablemente con todo esto de la pandemia se tuvo que parar momentáneamente. Más allá de eso, me encuentro dando charlas y diferentes seminarios sobre arbitraje.
-¿Qué pasó que te bajaste de la política? (NdeR: en 2013 fue candidato a concejal en La Matanza por el PRO y en 2001 se había postulado para Jefe de Gobierno por el partido Acción Ciudadana)
-Incursioné en varios lados. Pero en muchos casos uno se ha sentido frustrado por ver a aquellas personas en las que uno depositó el voto de confianza y terminaron haciendo cosas diametralmente opuestas a las prometidas. Hay un sistema de ideas y valores a los que uno no está dispuesto a renunciar.
-¿Cómo notás al VAR?
-Estamos atravesando un espacio de transición con un período de cambios profundos, sobre todo estructurales, en el fútbol. El fútbol nunca más será como era, desde la aparición del VAR. Cambió todo. El árbitro, más temprano que tarde, se convertirá en un simple ejecutor de decisiones remotas.
-¿Qué es lo que cambió?
-Generó un impacto en la conducta del árbitro. Antes, en mi época, las posiciones adelantadas tenían una respuesta de los asistentes, que era escandalosa. En los vestuarios, a los jueces de línea les decían que levantaran las banderas. Eran épocas en que levantaban la bandera por el solo hecho de que cuando llegaba la pelota el jugador estaba adelantado. Se cometían soberanas injusticias. Entonces, con el peso de la repetición y la opinión pública, esas conductas fueron cambiando.
-¿Cuál es tu crítica al VAR?
-Siempre fui crítico de la mano humana o, mejor dicho, de la mente humana. El protocolo en el VAR me parece que está equivocado, ese diseño del protocolo. No de la tecnología, la culpa no está ahí. Y los resultados que hasta el momento está dando el VAR me dan la razón.
-Entonces, ¿qué le modificarías?
-Yo haría dos grandes modificaciones. Primero, tiene que ser una instancia superadora, de apelación. Comparado con la justicia ordinaria, sería una especie de tribunal de casación. Un espacio para las equivocaciones que cometen los árbitros centrales.
Si estamos hablando de que el VAR tiene que ser una instancia jerárquicamente superior al árbitro central, reparadora de las equivocaciones, transformaría al árbitro del VAR en la última palabra. Esta herramienta no tiene que venir a ayudar a los árbitros, tiene que venir a ayudar al fútbol. O sea, ayudar a sus protagonistas. Quiero decir: con esto, le quitaría al árbitro la posibilidad de esa sensación despótica y autoritaria de rechazar al VAR, como ha ocurrido en el partido de Brasil y Argentina en la última Copa América. Sería todo menos engorroso en cuanto a la demora.
-Entonces, ¿cómo sería?
-Les daría autorización a los jugadores y DT para pedirlo. Me parece absurdo tener la tecnología sin que los jugadores y los técnicos, que son los que sufren las equivocaciones de los árbitros, tengan posibilidad de pedirla.
-Estás a favor del VAR entonces...
-Nunca voy a estar de acuerdo en que se ganen partidos con goles viciados de nulidad. Nunca puedo permitir que las limitaciones humanas, plasmadas en los errores de los árbitros, alteren el desarrollo del juego. Yo quiero lo mejor para el fútbol, y eso es que los jugadores crean que las reglas se van a cumplir al 100%. La tecnología tiene que venir a eso.
-¿Qué te parece la actualidad del arbitraje argentino?
-Está pasando uno de los peores momentos de su historia. Lo veo muy mal. No sólo por las irregularidades institucionales, sino también por la lectura que hay del arbitraje; los errores. Incluso, el sistema de premios y castigos está muy mal. Muchos ocupan lugares que no deberían ocupar.
-¿Y dónde está el problema?
-Uno es en los instructores, pero no sólo en Argentina, sino que a nivel sudamericano: hay un sistema de premios y castigos alterados. Los que más se equivocan son beneficiados. Y se han dado partidos escandalosos, donde jugadores se sentaron en el piso por disconformidad. (Andrés) Merlos fue ascendido de categoría. Esto es un ejemplo pernicioso para los que vienen atrás. Me parece lamentable.
-¿Se volverá a ver a un árbitro que tenga un estilo similar al que ejercías?
-Depende del instructor. A mí me formaron con el espíritu de cumplir las reglas. Ese era nuestro honor.