No hay paz para Luis Suárez
Su flojo partido ante el Atlético de Madrid alimenta al sector crítico, que considera que no debe ser intocable en el Barça y que incluso debe salir ya para que llegue Lautaro.
Juan Jiménez
As
No hay paz para Suárez. Después de aparecer en Vigo con dos goles salvadores que ayudaron al Barça fuera de casa, donde todos se han escondido esta temporada mientras él salvaba los partidos de Leganés, Getafe, Anoeta o Cornellà, su flojo partido ante el Atlético de Madrid provocó la salida en tromba del sector crítico, que considera que el uruguayo ya no debe jugar por decreto y que sobró mucho tiempo en el campo. Tal vez, el que no estuvo Antoine Griezmann.
El caso es que, después de un simulacro de ir con paciencia con Suárez (34 minutos en Mallorca y 37 ante el Leganés), el uruguayo dijo aquí estoy yo y jugó el partido entero en Sevilla (aunque Setién había dicho que no estaba en condiciones de hacerlo en la previa), 84 minutos ante el Athletic, 80' ante el Celta y, de nuevo, el partido completo ante el Atlético de Madrid.
Que aguantase el partido entero ante los colchoneros tenía un motivo detrás. Suárez había terminado muy molesto el partido de Balaídos. No le gustó que, después de los dos goles, Setién le quitase. Menos todavía después del empate. Consideraba que él debía estar sobre el terreno de juego con 1-2. Por galones, experiencia y porque hubiese podido rematar el partido. Consciente de eso, Setién no se atrevió a sacarlo del campo en el partido contra el Atlético de Madrid.
Hay debate con Suárez. Para algunos, todavía es imprescindible y así lo dicen sus números. Los de esta temporada, donde ha seguido siendo un jugador importante fuera de casa pese a la operación, y los de su trayectoria en el club. Suárez está a solo un gol de convertirse en el tercer máximo goleador de la historia del Barcelona por delante de Kubala. Para otros, su ciclo ha terminado y debe salir cuanto antes para dejar pista libre a Lautaro Martínez. Tal vez la virtud esté en el punto medio. Suárez sigue un jugador que puede dar grandes tardes, pero a sus 33 años no está para aguantar esfuerzos tan continuados y, si hace un partido sobresaliente un sábado, no lo va a poder hacer un viernes.
De momento, el melón del futuro de Suárez no se ha abierto, pero con el futuro de Messi también sobre el tapete, todo está abierto. Que siga un año más de azulgrana y acabe el ciclo con su socio, o que salga ya. Tal vez rumbo a la franquicia de Beckham en Miami para jugar la MLS.
Juan Jiménez
As
No hay paz para Suárez. Después de aparecer en Vigo con dos goles salvadores que ayudaron al Barça fuera de casa, donde todos se han escondido esta temporada mientras él salvaba los partidos de Leganés, Getafe, Anoeta o Cornellà, su flojo partido ante el Atlético de Madrid provocó la salida en tromba del sector crítico, que considera que el uruguayo ya no debe jugar por decreto y que sobró mucho tiempo en el campo. Tal vez, el que no estuvo Antoine Griezmann.
El caso es que, después de un simulacro de ir con paciencia con Suárez (34 minutos en Mallorca y 37 ante el Leganés), el uruguayo dijo aquí estoy yo y jugó el partido entero en Sevilla (aunque Setién había dicho que no estaba en condiciones de hacerlo en la previa), 84 minutos ante el Athletic, 80' ante el Celta y, de nuevo, el partido completo ante el Atlético de Madrid.
Que aguantase el partido entero ante los colchoneros tenía un motivo detrás. Suárez había terminado muy molesto el partido de Balaídos. No le gustó que, después de los dos goles, Setién le quitase. Menos todavía después del empate. Consideraba que él debía estar sobre el terreno de juego con 1-2. Por galones, experiencia y porque hubiese podido rematar el partido. Consciente de eso, Setién no se atrevió a sacarlo del campo en el partido contra el Atlético de Madrid.
Hay debate con Suárez. Para algunos, todavía es imprescindible y así lo dicen sus números. Los de esta temporada, donde ha seguido siendo un jugador importante fuera de casa pese a la operación, y los de su trayectoria en el club. Suárez está a solo un gol de convertirse en el tercer máximo goleador de la historia del Barcelona por delante de Kubala. Para otros, su ciclo ha terminado y debe salir cuanto antes para dejar pista libre a Lautaro Martínez. Tal vez la virtud esté en el punto medio. Suárez sigue un jugador que puede dar grandes tardes, pero a sus 33 años no está para aguantar esfuerzos tan continuados y, si hace un partido sobresaliente un sábado, no lo va a poder hacer un viernes.
De momento, el melón del futuro de Suárez no se ha abierto, pero con el futuro de Messi también sobre el tapete, todo está abierto. Que siga un año más de azulgrana y acabe el ciclo con su socio, o que salga ya. Tal vez rumbo a la franquicia de Beckham en Miami para jugar la MLS.