La mujer que infectó a 71 personas en 60 segundos
Se trataba de un caso asintomático. Cuando las autoridades detectaron el origen, el brote ya se había descontrolado. Todo comenzó en un ascensor.
As.com
Las autoridades sanitarias siempre han advertido del peligro que suponen las personas asintomáticas, que transmiten el virus sin saberlo y pueden generar brotes muy peligrosos. El poder que tienen para propagar es tan silencioso como efectivo y cuando se detecta el contagio, el número de contagios se ha podido disparar. Uno de estos ejemplos lo encontramos en China, en el mes de marzo.
Durante esos días, una mujer que regresó a China, su país natal, desde Estados Unidos, contagió a 71 personas sin saberlo tras un contacto que pudo durar 60 segundos a lo sumo. Las alarmas no saltaron hasta que una persona ingresó en un hospital con un derrame cerebral, pero sin saber que estaba ya contagiado. Sus tres hijos, que lo acompañaban, también lo estaban. Cuando en el centro sanitario se quiso dar cuenta, ya se habían infectado 28 personas.
Pero la cadena continuó, y tras visitar otro hospital para recuperarse, el virus se transmitió a otras 20 personas. Era urgente encontrar dónde estaba el origen. Tras rastrear los contactos de este hombre, se identificó la celebración de una fiesta familiar donde había más personas infectadas. Sin embargo, el enigma continuaba. En la ciudad no había habido casos, por lo que seguía sin saberse dónde había surgido el foco.
Un vecino de la mujer disparó los contagios en una fiesta
Tras seguir el rastreo de las personas que habían dado positivo, se descubrió que la personas que había organizado esa fiesta vivía en el mismo edificio que la mujer que había regresado desde Estados Unidos. Podía tratarse, por tanto, de un caso importado. La mujer dio positivo por anticuerpos, por lo que se confirmó que había pasado la enfermedad de la COVID-19 de forma asintomática.
Sin embargo, seguía sin establecer la conexión y el por qué esa persona había transmitido el virus a su vecino, ya que no habían tenido contacto y además la chica que volvía de Estados Unidos se había autoaislado en su domicilio como marcaban las directrices del Gobierno chino para personas que habían estado en el extranjero.
Las pesquisas de las autoridades determinaron entonces que el primer contagio se había producido en el ascensor, después de que el virus se quedara en alguna superficie, una de las formas de transmisión del patógeno. Sin embargo, cuando se quisieron dar cuenta, ya eran 71 personas las que se habían infectado. Todo empezó en un ascensor. En 60 segundos. Y sin ni siquiera contacto directo entre dos personas. Pero el virus actúa en silencio. Sobre todo en las personas asintomáticas.
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Las autoridades sanitarias siempre han advertido del peligro que suponen las personas asintomáticas, que transmiten el virus sin saberlo y pueden generar brotes muy peligrosos. El poder que tienen para propagar es tan silencioso como efectivo y cuando se detecta el contagio, el número de contagios se ha podido disparar. Uno de estos ejemplos lo encontramos en China, en el mes de marzo.
Durante esos días, una mujer que regresó a China, su país natal, desde Estados Unidos, contagió a 71 personas sin saberlo tras un contacto que pudo durar 60 segundos a lo sumo. Las alarmas no saltaron hasta que una persona ingresó en un hospital con un derrame cerebral, pero sin saber que estaba ya contagiado. Sus tres hijos, que lo acompañaban, también lo estaban. Cuando en el centro sanitario se quiso dar cuenta, ya se habían infectado 28 personas.
Pero la cadena continuó, y tras visitar otro hospital para recuperarse, el virus se transmitió a otras 20 personas. Era urgente encontrar dónde estaba el origen. Tras rastrear los contactos de este hombre, se identificó la celebración de una fiesta familiar donde había más personas infectadas. Sin embargo, el enigma continuaba. En la ciudad no había habido casos, por lo que seguía sin saberse dónde había surgido el foco.
Un vecino de la mujer disparó los contagios en una fiesta
Tras seguir el rastreo de las personas que habían dado positivo, se descubrió que la personas que había organizado esa fiesta vivía en el mismo edificio que la mujer que había regresado desde Estados Unidos. Podía tratarse, por tanto, de un caso importado. La mujer dio positivo por anticuerpos, por lo que se confirmó que había pasado la enfermedad de la COVID-19 de forma asintomática.
Sin embargo, seguía sin establecer la conexión y el por qué esa persona había transmitido el virus a su vecino, ya que no habían tenido contacto y además la chica que volvía de Estados Unidos se había autoaislado en su domicilio como marcaban las directrices del Gobierno chino para personas que habían estado en el extranjero.
Las pesquisas de las autoridades determinaron entonces que el primer contagio se había producido en el ascensor, después de que el virus se quedara en alguna superficie, una de las formas de transmisión del patógeno. Sin embargo, cuando se quisieron dar cuenta, ya eran 71 personas las que se habían infectado. Todo empezó en un ascensor. En 60 segundos. Y sin ni siquiera contacto directo entre dos personas. Pero el virus actúa en silencio. Sobre todo en las personas asintomáticas.