La maldición del gol alemán
Los protagonistas del 1-0 con el que embocaron a Argentina en la final de Brasil 2014 vivieron mil pálidas: Götze nunca fue el mismo, no paró de lesionarse, sufrió trastornos metabólicos y hoy está sin club. Schürrle se fue a la B, quedó libre y decidió retirarse con sólo 29 años...
Olé
Minuto 113 y el mundo se detiene. Más que se detiene se derrumba. El mundo argentino se derrumba. André Schürrle, que había entrado a los 31 'por el lesionado Christoph Kramer, desborda a Mascherano y Zabaleta. Tira el centro. Ese mortal centro. Mario Götze, que había entrado a los 88 ', la baja de pecho. Demichelis y Garay nada pueden hacer. Romero tampoco. Götze ensaya "el" remate de su vida... La Copa del Mundo es alemana; la tristeza, toda argentina.
Está claro que después de esto, de ser campeón del mundo, no queda mucho (¿nada?) por cumplir para un futbolista. Es la gloria. Lo máximo. Pero más allá de esto, la realidad es que, luego de aquel capítulo cumbre, la vida de estos dos futbolistas alemanes ha estado atravesada por varios sinsabores.
Götze, por ejemplo, tras aquel gol, comienza con una racha de lesiones tremenda: en octubre de 2015 debe pasar 116 días afuera por sus aductores. Vuelve en febrero de 2016 y, en mayo, se fractura una costilla. A principios de 2017, deja el Bayern Munich para volver al Dortmund, donde había surgido. Pero padece más lesiones. En Alemania, la prensa se pregunta por qué pasa tanto tiempo en la enfermería.
Se habla de un trastorno metabólico. El diario Bild, uno de los medios más importantes de Alemania, publica que tiene miopatía, un padecimiento que ataca directamente a los músculos. Deja de entrenarse. Sufre trastornos, muchos cambios en su físico. Está seis meses afuera. Vuelve en julio. En octubre se desgarra. Afuera hasta enero de 2018.Nunca recupera su nivel. Ahora, el Dortmund ya lo ha dejado libre, con apenas 28 años. Tuvo su despedida en la última fecha de esta Bundesliga contra Hoffenheim.
Más allá de sus pobres rendimientos, el club habla de su alto perfil en redes, algo que no cae bien en la dirección. Según Bild, uno de los tantos TikTok que publica junto a su mujer, en el que se muestra primero con una ropa y después se la intercambiaban, fue el detonante. En el Borussia creyeron que ya se había vuelto más importante su vida en las redes, que su carrera futbolística. Hoy aparece en el radar del Sevilla, pero lo cierto es que todavía no hay nada en concreto.
El caso de Schürrle no es muy distinto. De hecho, este viernes anunció su retiro del fútbol, nada menos. "Los bajos se convirtieron en más bajos y los altos cada vez son más pequeños", argumentó. Este alemán, que en el 2014 jugaba en el Chelsea, pasó un año después al Wolfsburgo: hizo un gol en 22 partidos. El 22 de julio de 2016 va al Dortmund por 32 millones de euros, convirtiéndose en el fichaje más caro en la historia del club. Juega poco. Sufre lesiones.
En 2018 aterriza en Londres para jugar en el Fulham. ¿Cómo le va? Desciende. Vuelve al Dortmund, pero no tiene lugar. Se va cedido al Spartak de Moscú (juega apenas 18 partidos, dos goles). En Rusia le dan la salida. Regresa al Dortmund, pero el 15 de julio de este año el club alemán le informa la rescisión de su contrato. Apenas dos días después, anuncia que deja el fútbol. Tiene apenas 29 años...
“Es una decisión que estuve considerando desde hace tiempo. Siempre se debe desempeñar un cierto papel para sobrevivir en el negocio, de lo contrario perderás el trabajo y no obtendrás uno nuevo. Quiero agradecerles a todos los que formaron parte de estos años maravillosos en nombre mío y de mi familia", sostuvo en una entrevista con el medio alemán Der Spiegel.
Minuto 113 y el mundo se detiene. Más que se detiene se derrumba. El mundo argentino se derrumba. André Schürrle, que había entrado a los 31 'por el lesionado Christoph Kramer, desborda a Mascherano y Zabaleta. Tira el centro. Ese mortal centro. Mario Götze, que había entrado a los 88 ', la baja de pecho. Demichelis y Garay nada pueden hacer. Romero tampoco. Götze ensaya "el" remate de su vida... La Copa del Mundo es alemana; la tristeza, toda argentina.
Está claro que después de esto, de ser campeón del mundo, no queda mucho (¿nada?) por cumplir para un futbolista. Es la gloria. Lo máximo. Pero más allá de esto, la realidad es que, luego de aquel capítulo cumbre, la vida de estos dos futbolistas alemanes ha estado atravesada por varios sinsabores.
Götze, por ejemplo, tras aquel gol, comienza con una racha de lesiones tremenda: en octubre de 2015 debe pasar 116 días afuera por sus aductores. Vuelve en febrero de 2016 y, en mayo, se fractura una costilla. A principios de 2017, deja el Bayern Munich para volver al Dortmund, donde había surgido. Pero padece más lesiones. En Alemania, la prensa se pregunta por qué pasa tanto tiempo en la enfermería.
Se habla de un trastorno metabólico. El diario Bild, uno de los medios más importantes de Alemania, publica que tiene miopatía, un padecimiento que ataca directamente a los músculos. Deja de entrenarse. Sufre trastornos, muchos cambios en su físico. Está seis meses afuera. Vuelve en julio. En octubre se desgarra. Afuera hasta enero de 2018.Nunca recupera su nivel. Ahora, el Dortmund ya lo ha dejado libre, con apenas 28 años. Tuvo su despedida en la última fecha de esta Bundesliga contra Hoffenheim.
Más allá de sus pobres rendimientos, el club habla de su alto perfil en redes, algo que no cae bien en la dirección. Según Bild, uno de los tantos TikTok que publica junto a su mujer, en el que se muestra primero con una ropa y después se la intercambiaban, fue el detonante. En el Borussia creyeron que ya se había vuelto más importante su vida en las redes, que su carrera futbolística. Hoy aparece en el radar del Sevilla, pero lo cierto es que todavía no hay nada en concreto.
El caso de Schürrle no es muy distinto. De hecho, este viernes anunció su retiro del fútbol, nada menos. "Los bajos se convirtieron en más bajos y los altos cada vez son más pequeños", argumentó. Este alemán, que en el 2014 jugaba en el Chelsea, pasó un año después al Wolfsburgo: hizo un gol en 22 partidos. El 22 de julio de 2016 va al Dortmund por 32 millones de euros, convirtiéndose en el fichaje más caro en la historia del club. Juega poco. Sufre lesiones.
En 2018 aterriza en Londres para jugar en el Fulham. ¿Cómo le va? Desciende. Vuelve al Dortmund, pero no tiene lugar. Se va cedido al Spartak de Moscú (juega apenas 18 partidos, dos goles). En Rusia le dan la salida. Regresa al Dortmund, pero el 15 de julio de este año el club alemán le informa la rescisión de su contrato. Apenas dos días después, anuncia que deja el fútbol. Tiene apenas 29 años...
“Es una decisión que estuve considerando desde hace tiempo. Siempre se debe desempeñar un cierto papel para sobrevivir en el negocio, de lo contrario perderás el trabajo y no obtendrás uno nuevo. Quiero agradecerles a todos los que formaron parte de estos años maravillosos en nombre mío y de mi familia", sostuvo en una entrevista con el medio alemán Der Spiegel.
