La Lazio desaparece y Patric hace un 'Luis Suárez' a Donati

Segunda derrota seguida para los biancocelesti, que cayeron ante el Lecce. La Juve mantiene los 7 puntos de ventaja. El ex del Barça fue expulsado por morder en el brazo a un rival.

Mirko Calemme
As
Del sueño scudetto a la pesadilla de Lecce: la Lazio ha vivido en el estadio 'Via del Mare' la noche más triste de su campaña. La derrota ante los giallorossi, equipo en lucha por la salvación, pudo suponer su adiós definitivo a la pelea por el scudetto. La Lazio quedaba pendiente de una victoria del Milán sobre la Juventus (cuya ventaja sobre los laziali es de siete puntos) y que al final se dio para regalarle alguna esperanza más a los de Simone Inzaghi. Los romanos, que en la anterior jornada cayeron en el Olímpico (0-3) justo con los rossoneri, perdieron partido y papeles. En el tramo final, el exazulgrana Patric fue expulsado por darle un mordisco en el brazo a su rival Donati, manchando su gran temporada, que terminará con una larga sanción.


Estos 90 minutos son uno de los ejemplos (ya hay varios) que el fútbol postcuarentena puede ofrecer partidos muy intensos del primer al último minuto. Pasó de todo desde el principio: en el 2', Mancosu abrió la lata con un gran zurdazo, tanto anulado por el árbitro con la ayuda del VAR por haber controlado el balón con el brazo. Poco después, los biancocelesti lograron el 0-1 con Caicedo, que empujó entre palos el rechace del meta Gabriel, cuyo mal pase le regaló el tanto a los rivales. El equipo de Liverani, con el hambre de los que luchan por no descender, hizo méritos para empatar y puso las tablas con un cabezazo de Babacar a pase de Falco. Además, antes del descanso, los locales pudieron completar la remontada con un penalti concedido por una mano de Patric, que sin embargo Mancusu disparó muy alto.

Nada más comenzar la reanudación, no obstante, el Lecce volvió al ataque y realizó el 2-1 con un cabezazo del defensa Lucioni tras un córner, y a partir de entonces el enfrentamiento estuvo repleto de vaivenes, siempre en el alambre entre empate y sentencia.

Si el marcador no volvió a moverse mucho mérito lo tuvo Gabriel, que, a pesar de algún otro fallo con los pies, protagonizó un par de milagros que le negaron el 2-2 a la Lazio (increíbles, en el descuento, los paradones ante los cabezazos de Milinkovic-Savic y Adekanye). La frustración de los biancocelesti apareció toda en el absurdo mordisco de Patric en el 93', quizás la imagen con la que la Lazio se puede despide de un scudetto que, por primera vez en 20 años, había vuelto a sentir cerca.

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