La despedida de Nández y el principio del fin en Boca

Hace un año se iba el uruguayo (también Benedetto) y en el equipo de Alfaro habría un antes y un después: desde allí, cambiaron un montón de cosas en el club y en apenas 365 días.

Olé
La última imagen de Nahitan Nández con la camiseta de Boca es en el banco de la Bombonera llorando desconsoladamente. El uruguayo de 24, que antes de salir en el segundo tiempo del triunfo 2-0 a Athletico Paranaense en la Libertadores se llevó una ovación inolvidable, sabía que no iba a usar más la camiseta azul y amarilla que defendió durante 67 partidos (seis goles y dos títulos). Y ese día, al margen que también asomó como la última vez de Darío Benedetto como jugador del Xeneize, fue el principio del fin para el equipo de Gustavo Alfaro y, por supuesto, para el propio entrenador. A un año de ese episodio, Olé hace un repaso de un hecho del que parece que pasaron mucho más que 365 días...


Nández y Benedetto eran los dos últimos bastiones que quedaban en el club luego de la etapa de Guillermo Barros Schelotto y del golpe en Madrid. Aunque con marcadas diferencias, por lo menos a los ojos de los hinchas y también de la dirigencia de aquel entonces: por un lado el volante, que luego de perder la final de la Copa 2018 fue al que la gente adoptó como el pilar en el que apoyarse para salir adelante, motivo por el que su despedida y su posterior pase al Cagliari dolió mucho; y por el otro el Pipa, de los goleadores más importantes que pasaron por la institución, pero que se terminó yendo (al Olympique​) sin jugar y sin poder saludar a los hinchas xeneizes.

Ambos partieron en los octavos de final de la Copa del año pasado, frente a Paranaense. Boca ganó en Brasil y en la Argentina, salió muy fortalecido, aunque 13 días después, y en el marco del debut de Daniele De Rossi, quedó afuera de la Copa Argentina a manos de Almagro. Primer golpazo que se maquilló un poco con la victoria ante Liga de Quito en la altura, donde el Xeneize lo pasó por encima (3-0) y demostró que, ahí sí, era un candidato posta para llegar a la final de la Libertadores​. Sin embargo, la vuelta en la Bombonera contra los ecuatorianos lo iba a dejar tambaleando...

Sabiendo que se le venía River en el torneo y que si pasaba a Liga habría superclásico en las semis, Alfaro decidió no guardar nada en la vuelta con los ecuatorianos siendo que tenía tres goles a favor y de visitante. El 0-0 de ese día no fue el problema, sino que se lesionaron Ramón Abila y Eduardo Salvio, ambos en su mejor momento. A los pocos días llegó la vez que Franco Soldano jugó de 8 en el Monumental (fue empate en cero), luego las semis con River que descalificaron a Boca de la Copa y, sin dudas, a Gustavo Alfaro​, quien además de no haber cumplido su objetivo de cerrar el año puntero, esa noche habló de irse a su casa y recuperar su vida.

Además de esos ítems, al mismo tiempo en Boca cambió la dirigencia, apareció Jorge Amor Ameal y se fue Daniel Angelici, las elecciones hicieron que Juan Román Riquelme y Miguel Angel Russo volvieran al club, el equipo volvió a ser campeón y Carlos Tevez brilló como hacía mucho no lo hacía. Todo pasó en un año y comenzó el día que arrancó el principio del fin...

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