Gameiro y los palos mantienen con vida al Valencia
Los de Voro aún pueden meterse en Europa: necesitan ganar en Sevilla y que Real Sociedad y/o Getafe no ganen en la última jornada.
Conrado Valle
As
El once de Voro era un aviso de lo que se avecina por Mestalla y un guiño a la propiedad. A su vez constataba la poca fe que tenía por Europa o, según se mire, el poco miedo que le daba el Espanyol. Con jóvenes por doquier (Thierry, Guillamón o Kang-in) y con Soler, que cumplía 150 partidos, haciendo de Parejo, que pudo haber dicho adiós a Mestalla (si no lo saben, el capitán está en la lista negra de Lim) siendo suplente 508 días después. Sin embargo, al final, a Voro la jugada le salió perfecta, aunque tanto jugaron con fuego que casi se queman (el palo le privó dos veces del gol a Espanyol). El Valencia se llevó el duelo por un gol de Gameiro y llegará el domingo a Sevilla con Europa aún a tiro y lo hará con los Paulista, Parejo, Wass o Maxi frescos para pelear por la séptima e incluso aún la sexta plaza. En el Pizjuán está obligado a ganar y a esperar una derrota de Getafe y/o Real Sociedad.
Rufete también innovó en su alineación, aunque más en posiciciones que en nombres. Darder por la izquierda, Embarba mediapunta y Wu Lei, en la derecha. Precisamente el chino tuvo (malogró) la primera ocasión de la noche, que fue una de las muchas que tuvo el Espanyol. Tuvo esa, otra de RDT, temeroso ante Cillessen, infinidad de faltas al borde del área y dos balones al palo. Los de Rufete compitieron como si les fuera la salvación en ello, actitud digna de agradecer por el espectador teniendo en cuenta que llegaban de luto y tras seis derrotas seguidas. De hecho, durante fases, por voluntad, parecía que quienes realmente tenían algo en juego eran los del Espanyol.
Pero el Valencia tuvo en Kevin Gameiro la pegada que le faltó a los pericos y también a un futbolista como Ferran Torres, cuya asistencia en el gol fue de presumir, propicia de incluir en el vídeo de presentación del club al que vaya, que tiene pinta de ser el City de Guardiola.
Conrado Valle
As
El once de Voro era un aviso de lo que se avecina por Mestalla y un guiño a la propiedad. A su vez constataba la poca fe que tenía por Europa o, según se mire, el poco miedo que le daba el Espanyol. Con jóvenes por doquier (Thierry, Guillamón o Kang-in) y con Soler, que cumplía 150 partidos, haciendo de Parejo, que pudo haber dicho adiós a Mestalla (si no lo saben, el capitán está en la lista negra de Lim) siendo suplente 508 días después. Sin embargo, al final, a Voro la jugada le salió perfecta, aunque tanto jugaron con fuego que casi se queman (el palo le privó dos veces del gol a Espanyol). El Valencia se llevó el duelo por un gol de Gameiro y llegará el domingo a Sevilla con Europa aún a tiro y lo hará con los Paulista, Parejo, Wass o Maxi frescos para pelear por la séptima e incluso aún la sexta plaza. En el Pizjuán está obligado a ganar y a esperar una derrota de Getafe y/o Real Sociedad.
Rufete también innovó en su alineación, aunque más en posiciciones que en nombres. Darder por la izquierda, Embarba mediapunta y Wu Lei, en la derecha. Precisamente el chino tuvo (malogró) la primera ocasión de la noche, que fue una de las muchas que tuvo el Espanyol. Tuvo esa, otra de RDT, temeroso ante Cillessen, infinidad de faltas al borde del área y dos balones al palo. Los de Rufete compitieron como si les fuera la salvación en ello, actitud digna de agradecer por el espectador teniendo en cuenta que llegaban de luto y tras seis derrotas seguidas. De hecho, durante fases, por voluntad, parecía que quienes realmente tenían algo en juego eran los del Espanyol.
Pero el Valencia tuvo en Kevin Gameiro la pegada que le faltó a los pericos y también a un futbolista como Ferran Torres, cuya asistencia en el gol fue de presumir, propicia de incluir en el vídeo de presentación del club al que vaya, que tiene pinta de ser el City de Guardiola.