El día que River le ganó a Boca... ¡Con Di Stéfano de arquero!

En 1949 se dio un superclásico único: el Millo era puntero y el Xeneize, último. Amadeo Carrizo salió lesionado y el delantero tuvo que ir al arco.

Olé
La historia del superclásico argentino está llena de páginas doradas y recuerdos inolvidables tanto para River como para Boca. La pelota naranja de Alonso, el muletazo de Palermo, la gallinita de Tevez y la histórica final de Libertadores en Madrid alcanzan para graficar un poco de todo lo que dejaron los dos máximos rivales del país. Sin embargo, hace 71 años tuvo lugar un Súper no tan recordado pero igual de irrepetible.


Ocurrió el 31 de julio de 1949, por la fecha 13 del Campeonato de aquel año, y uno de los condimentos especiales fue que, por primera y única vez en toda la historia, River llegó al clásico como líder del torneo y Boca en la última posición.

El Millonario ya no tenía a todos los integrantes de su célebre Máquina, pero igualmente marcaba el pulso del fútbol argentino por aquellos años. A Labruna y Loustau se había sumado el poderío goleador de Alfredo Di Stéfano y River, dirigido por Minella, había perdido un solo partido en el torneo.

Boca era la contracara. Había contratado a Renato Cesarini, quien venía de ser campeón dirigiendo a River, pero los resultados no aparecían y llegó al Súper en el Monumental último, tras un par de caídas estrepitosas.

River fue superior en la cancha y sacó ventaja en el arranque del segundo tiempo, con un gol de Angel Labruna, máximo anotador de la historia de los superclásicos. Sin embargo, sobre el final del partido, hubo otro ribete inesperado.

A falta de siete minutos para el final del encuentro, Amadeo Carrizo recibió un fuerte pelotazo en el bajo vientre, se quedó sin aire y tuvo que salir de la cancha para ser atendido. En aquellos años todavía no existía el cambio de arquero y entonces hubo que improvisar: mientras el 1 titular recuperaba el aliento, bajo los tres palos se paró nada menos que Di Stéfano.

"Me dieron un pelotazo tremendo por allí abajo, me sentí descompuesto y estuve siete u ocho minutos fuera. Y entró Alfredo a la portería. Con un buzo amarillo, de manga corta, y sin guantes, porque en esa época no existían. Lo hizo bien, eh. Hasta de portero era bueno", recordó años más tarde el gran Amadeo, fallecido hace pocos meses.

Lo cierto es que River se quedó con el Súper por aquel gol de Labruna y, por suerte para Di Stéfano, Boca no creó situaciones de riesgo en los minutos finales. Fue una dura derrota para el Xeneize, que tuvo que luchar hasta la última fecha para zafar del descenso. El Millo, por su parte, terminó segundo detrás de Racing​.

Pocos días después del partido, Di Stéfano arregló su partida al Millonarios de Colombia y en 1953 arribó a Real Madrid, donde se transformó en su mayor ídolo deportivo.

River: Carrizo; Vaghi, Rodriguez; Yacono, Pipo Rossi, José Ramos; Muñoz, Negri, Di Stéfano, Labruna y Lousteau. DT: José María Minella.

Boca: Vacca; Perroncino, Bandazzi; Dominguez, Zelaya, Pescia; Ureña, Scliar, Espinoza Ricagni y González. DT: Renato Cesarini.

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