El desafío más difícil de Gallardo
El entrenador de River tendrá que preparar al equipo para la Copa Libertadores después de cuatro meses sin entrenamientos grupales. La reinvención futbolística acelerada que se viene a partir de que el Gobierno y la AFA autoricen el retorno al trabajo.
Olé
Seis meses. Exactamente 186 días. Es el tiempo que pasará desde que el plantel de River interrumpió los entrenamientos porque los dirigentes decidieron cerrar el club en forma preventiva para evitar contagios de Covid-19 hasta 15 de septiembre, la fecha que confirmó la Conmebol para el reinicio de la Copa Libertadores 2020. ¿Cómo hará Marcelo Gallardo para poner en funcionamiento al equipo en menos de dos meses? Ya que faltan 65 días para que la competencia más importante del continente se reanude y sus jugadores se siguen ejercitando individualmente en sus casas, sin darle un pase a un compañero desde el 13 de marzo.
El Muñeco ya superó múltiples desafíos durante los seis años que lleva como técnico de River. Reinventó el equipo prácticamente cada seis meses porque siempre debió suplir bajas importantes o adaptar a los refuerzos que se fueron sumando en cada mercado. Pero nunca tuvo que lidiar con una situación tan compleja como la que se le presenta hoy, en la que ni siquiera cuenta con la certeza de cuándo podrá poner en marcha su acelerado plan de trabajo, ya que la AFA todavía no recibió ningún guiño del Gobierno para que los equipos puedan retomar la actividad.
La condición física de los futbolistas es lo que menos preocupa al DT de River. Como todos se siguieron moviendo con intensidad vía Zoom y bajo las órdenes de los PF Pablo Dolce, Marcelo Tulbovitz, César Zinelli y Diego Galamero, el Muñeco entiende que con una mini pretemporada de diez o 15 días tendría ese tema resuelto. Claro, con la excepción de los seis extranjeros que viajaron a cumplir la cuarentena a sus países y al regresar tendrán que cumplir con un aislamiento obligatorio de dos semanas: los colombianos Borré, Quintero y Carrascal, el uruguayo De La Cruz, el chileno Paulo Díaz y el paraguayo Robert Rojas.
Lo que inquieta al entrenador es el limitado tiempo que tendrá para aceitar los movimientos tácticos del equipo, recuperar el nivel técnico de los jugadores y readaptarlos al ritmo de competencia. Porque Armani se revuelca de cono a cono en el jardín de su casa pero hace más de cuatro meses que no sale a descolgar un centro, desde el 8-0 ante Binacional. Los defensores tampoco bloquean una gambeta desde 11 de marzo, Enzo Pérez apenas les pudo dar un pase a sus hijos, Juanfer Quintero hizo algo similar en Medellín con algún amigo y De La Cruz con su hermano Carlos Sánchez en Montevideo. Rafa Borré se entrena como una máquina en Colombia pero sin rivales, y Matías Suárez tal vez tiró alguna pared con su sobrino Gastón Álvarez (jugador de Arsenal) en Córdoba...
Entonces, el objetivo primordial de Gallardo al retomar los entrenamientos estará enfocado en la pelota. Es algo que suele repetir en cada pretemporada, aunque en este caso deberá multiplicar los ejercicios técnicos de campo desde el primer día. Porque el equipo necesita recuperar la memoria futbolística en tiempo récord y seguramente sin la chance de poder organizar amistosos con facilidad. Encima, River reiniciará la Libertadores en la segunda semana de septiembre con el partido más bravo del grupo, frente al San Pablo como visitante. Faltan dos meses aún para ese momento decisivo. Pero el Muñeco ya está diseñando su estrategia de trabajo contrarreloj. Y más ansioso que nunca por volver a las prácticas porque River es el único equipo del Grupo D que sigue sin ponerse los botines.
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Seis meses. Exactamente 186 días. Es el tiempo que pasará desde que el plantel de River interrumpió los entrenamientos porque los dirigentes decidieron cerrar el club en forma preventiva para evitar contagios de Covid-19 hasta 15 de septiembre, la fecha que confirmó la Conmebol para el reinicio de la Copa Libertadores 2020. ¿Cómo hará Marcelo Gallardo para poner en funcionamiento al equipo en menos de dos meses? Ya que faltan 65 días para que la competencia más importante del continente se reanude y sus jugadores se siguen ejercitando individualmente en sus casas, sin darle un pase a un compañero desde el 13 de marzo.
El Muñeco ya superó múltiples desafíos durante los seis años que lleva como técnico de River. Reinventó el equipo prácticamente cada seis meses porque siempre debió suplir bajas importantes o adaptar a los refuerzos que se fueron sumando en cada mercado. Pero nunca tuvo que lidiar con una situación tan compleja como la que se le presenta hoy, en la que ni siquiera cuenta con la certeza de cuándo podrá poner en marcha su acelerado plan de trabajo, ya que la AFA todavía no recibió ningún guiño del Gobierno para que los equipos puedan retomar la actividad.
La condición física de los futbolistas es lo que menos preocupa al DT de River. Como todos se siguieron moviendo con intensidad vía Zoom y bajo las órdenes de los PF Pablo Dolce, Marcelo Tulbovitz, César Zinelli y Diego Galamero, el Muñeco entiende que con una mini pretemporada de diez o 15 días tendría ese tema resuelto. Claro, con la excepción de los seis extranjeros que viajaron a cumplir la cuarentena a sus países y al regresar tendrán que cumplir con un aislamiento obligatorio de dos semanas: los colombianos Borré, Quintero y Carrascal, el uruguayo De La Cruz, el chileno Paulo Díaz y el paraguayo Robert Rojas.
Lo que inquieta al entrenador es el limitado tiempo que tendrá para aceitar los movimientos tácticos del equipo, recuperar el nivel técnico de los jugadores y readaptarlos al ritmo de competencia. Porque Armani se revuelca de cono a cono en el jardín de su casa pero hace más de cuatro meses que no sale a descolgar un centro, desde el 8-0 ante Binacional. Los defensores tampoco bloquean una gambeta desde 11 de marzo, Enzo Pérez apenas les pudo dar un pase a sus hijos, Juanfer Quintero hizo algo similar en Medellín con algún amigo y De La Cruz con su hermano Carlos Sánchez en Montevideo. Rafa Borré se entrena como una máquina en Colombia pero sin rivales, y Matías Suárez tal vez tiró alguna pared con su sobrino Gastón Álvarez (jugador de Arsenal) en Córdoba...
Entonces, el objetivo primordial de Gallardo al retomar los entrenamientos estará enfocado en la pelota. Es algo que suele repetir en cada pretemporada, aunque en este caso deberá multiplicar los ejercicios técnicos de campo desde el primer día. Porque el equipo necesita recuperar la memoria futbolística en tiempo récord y seguramente sin la chance de poder organizar amistosos con facilidad. Encima, River reiniciará la Libertadores en la segunda semana de septiembre con el partido más bravo del grupo, frente al San Pablo como visitante. Faltan dos meses aún para ese momento decisivo. Pero el Muñeco ya está diseñando su estrategia de trabajo contrarreloj. Y más ansioso que nunca por volver a las prácticas porque River es el único equipo del Grupo D que sigue sin ponerse los botines.