El caso Griezmann se recrudece
Barcelona, AS
Griezmann ya es suplente oficialmente en el Barça. Suplente casi humillado. "Sacarle faltando tan poco es duro para un jugador de su nivel. Mañana (por este miércoles) hablaré con él. No le voy a pedir disculpas, pero entiendo perfectamente que se pueda sentir mal", dijo Setién después del partido contra el Atlético de Madrid. Es posible que su rol cambie en Villarreal, donde debería ser titular salvo sorpresa. Pero la situación de Griezmann ha pasado a la tercera pantalla. Del debate sobre su encaje en el Barça se ha pasado al de la suplencia y de este, al de su futuro. Es difícil pensar que un jugador de la jerarquía del francés aguante esta situación mucho tiempo más. "¿Griezmann? Sin palabras", dijo Simeone al final del partido del Camp Nou espan
tado por el escenario en el se mueve el campeón del mundo, su ex jugador.
El nuevo y difícil rol de Griezmann da cuerpo a una idea que ha rondado por la cabeza de Bartomeu en alguna ocasión durante estos meses. Plantear un canje al PSG que incluiría al Principito, Dembélé y Umtiti para intentar forzar el regreso de Neymar, con quien se llegó a un principio de arreglo para las condiciones de su regreso el año pasado en el hotel Arts de Barcelona. Es difícil que el emir de Qatar acepte cualquier proposición que tenga que ver con la salida de Neymar, pero empiezan a haber pocas dudas de que este verano, otra vez, Bartomeu hará lo posible de tener la foto del regreso del brasileño, cuyo adiós dejó tocadísimo y sin alegría al club. Posiblemente hasta hoy.
Griezmann fue el comodín de Bartomeu después del desastre de Liverpool. "C'est magnifique", presentó el club en sus redes sociales al francés después de afrontar el pago de su cláusula de rescisión, de 120 millones de euros. El fichaje de Griezmann, sin embargo, no ha resultado. Sus números y su trabajo han sido su defensa durante meses, pero hasta ahí se ha quedado sin argumentos. Entre otras cosas, porque no juega.
Con contrato hasta 2024 y una cláusula de rescisión de 800 millones de euros, Bartomeu no está satisfecho del rendimiento del francés. Su idea, sin embargo, era que el futbolista permaneciese la próxima temporada. Los hechos, sin embargo, están convirtiendo el asunto en problemático. Griezmann no juega con Setién, pero el problema es más profundo: su encaje en el equipo. La posición ideal de Griezmann es la de Messi. Y eso es intocable. El Barça pensó que el paso de los meses colocaría de manera natural a Griezmann en el campo, que el francés encontraría su sitio. Pero eso no ha sucedido. La posibilidad de buscarle una salida a Griezmann empieza a no ser disparatada. Que sea moneda de cambio para el regreso de Neymar, una posibilidad. Para eso habría que poner de acuerdo a demasiada gente, pero lo que es incuestionable es que el caso Griezmann se recrudece.
Griezmann ya es suplente oficialmente en el Barça. Suplente casi humillado. "Sacarle faltando tan poco es duro para un jugador de su nivel. Mañana (por este miércoles) hablaré con él. No le voy a pedir disculpas, pero entiendo perfectamente que se pueda sentir mal", dijo Setién después del partido contra el Atlético de Madrid. Es posible que su rol cambie en Villarreal, donde debería ser titular salvo sorpresa. Pero la situación de Griezmann ha pasado a la tercera pantalla. Del debate sobre su encaje en el Barça se ha pasado al de la suplencia y de este, al de su futuro. Es difícil pensar que un jugador de la jerarquía del francés aguante esta situación mucho tiempo más. "¿Griezmann? Sin palabras", dijo Simeone al final del partido del Camp Nou espan
tado por el escenario en el se mueve el campeón del mundo, su ex jugador.
El nuevo y difícil rol de Griezmann da cuerpo a una idea que ha rondado por la cabeza de Bartomeu en alguna ocasión durante estos meses. Plantear un canje al PSG que incluiría al Principito, Dembélé y Umtiti para intentar forzar el regreso de Neymar, con quien se llegó a un principio de arreglo para las condiciones de su regreso el año pasado en el hotel Arts de Barcelona. Es difícil que el emir de Qatar acepte cualquier proposición que tenga que ver con la salida de Neymar, pero empiezan a haber pocas dudas de que este verano, otra vez, Bartomeu hará lo posible de tener la foto del regreso del brasileño, cuyo adiós dejó tocadísimo y sin alegría al club. Posiblemente hasta hoy.
Griezmann fue el comodín de Bartomeu después del desastre de Liverpool. "C'est magnifique", presentó el club en sus redes sociales al francés después de afrontar el pago de su cláusula de rescisión, de 120 millones de euros. El fichaje de Griezmann, sin embargo, no ha resultado. Sus números y su trabajo han sido su defensa durante meses, pero hasta ahí se ha quedado sin argumentos. Entre otras cosas, porque no juega.
Con contrato hasta 2024 y una cláusula de rescisión de 800 millones de euros, Bartomeu no está satisfecho del rendimiento del francés. Su idea, sin embargo, era que el futbolista permaneciese la próxima temporada. Los hechos, sin embargo, están convirtiendo el asunto en problemático. Griezmann no juega con Setién, pero el problema es más profundo: su encaje en el equipo. La posición ideal de Griezmann es la de Messi. Y eso es intocable. El Barça pensó que el paso de los meses colocaría de manera natural a Griezmann en el campo, que el francés encontraría su sitio. Pero eso no ha sucedido. La posibilidad de buscarle una salida a Griezmann empieza a no ser disparatada. Que sea moneda de cambio para el regreso de Neymar, una posibilidad. Para eso habría que poner de acuerdo a demasiada gente, pero lo que es incuestionable es que el caso Griezmann se recrudece.