El Barça se da una tregua

El equipo de Setién se despide con una goleada ante un Alavés de vacaciones adelantadas con dos goles de Messi y lesión de Lenglet.

Santi Giménez
As
A pesar de que ninguno de los dos equipos se jugaba nada en la clasificación, el Barcelona hizo pesar que tenía más que demostrar después de la semana de tormenta que ha sacudido el Camp Nou. Como los catalanes se jugaban más que el Alavés, que se tomó el partido como fiesta de fin de curso, los blaugrana decretaron una tregua con sus fantasmas y cerraron LaLiga goleando al Alavés por 0-5.


No es un partido para sacar conclusiones, pero actúa como paliativo a una situación que podía enquistarse peligrosamente, en especial a lo que hacía referencia a la continuidad de Setién. La oposición que planteó el Alavés no sirve para sacar conclusiones del estado del Barça de cara a la Champions, porque caramelitos así en forma de pandilla que sale a pasear al campo no se estilan en la máxima competición europea. Pero al menos, el Barça no empeoró su situación avergonzando más a sus aficionados que valoraron el triunfo en Vitoria más como un arranque de vergüenza que como un rayo de esperanza.

De salida, el partido fue un paseo para la exigua expedición barcelonista ante un Alavés más que conformista. El Barça llegó con 16 jugadores, tres de ellos porteros, a la capital alavesa y ofreció un monólogo al tran tran que no podía contener el equipo local.

Subidos a lomos de la chispa de Ansu Fati y de Riqui Puig, que jugaron con el primer equipo como titulares en vez de viajar junto a Araujo al playoff de ascenso a Segunda A, el Barça tuvo sobradas ocasiones para abrir el marcador y dejar sentenciado el encuentro a las primeras de cambio.

A los tres minutos Riqui disparó al Larguero, a los 8 Messi no controló bien, a los 10 a Ansu se le fue fuera un disparo por poco, a los 12, Arturo Vidal chutó al larguero, a los 16 Messi volvió a tirar al palo y segundos después Suárez marró un uno contra uno ante Roberto.

A Setién en el banquillo se lo llevaban los demonios viendo de nuevo como de nuevo una fase de dominio descomunal del Barça se diluía sin verse reflejada en el marcador. Pero el técnico pudo relajarse cuando Ansu abrió el marcador a pase de Messi (que completaba su asistencia 21 en LaLiga), el propio Leo marcaba el segundo a asistencia de Riqui Puig y antes del descanso Suárez marcaba el tercero que dejaba el partido listo para papeles.

Muñiz movió el banquillo en el descanso para dar entrada a Tachi, Pere Pons y Luis Rioja para mejorar la imagen de veraneo que ofrecían los suyos. Al minuto de reiniciarse el partido, Setién tuvo que mover su escaso banquillo a causa de las molestias de Lenglet, que se marchó con dolor en el adductor derecho siendo sustituido por Semedo. El lateral brasileño cerró cualquier debate en torno a una reacción local al marcar el 0-4 tras una nueva asistencia de Riqui Puig. Antes, Pere Pons había echado la última palada de tierra sobre su equipo al fallar solo ante Neto, un espectador hasta el momento, una ocasión clarísima en la que no tocó ni la pelota.

El partido languideció con el Barça dueño de la situación y Messi asentando su séptimo Pichichi con su segundo gol, que era el quinto del equipo blaugrana.

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