Duarte mete al Granada en la lucha por Europa y castiga en exceso a la Real

Con 0-2 al descanso parecía claro el triunfo granadino, pero el empate de los txuri-urdin en la segunda parte quedó en nada con el 2-3 final

Roberto Ramajo
As
El Granada se mete de lleno en la lucha por Europa después de ganar en el Reale Arena en un partido loco frente a una Real Sociedad que se le sigue saliendo todo torcido y que sigue escapando oportunidades para sentenciar su clasificación europea. El partido parecía sentenciado al descanso con el 0-2 de Antonio Puertas y Roberto Soldado, pero la Real Sociedad reaccionó en la segunda parte con tantos de Merino y Oyarzabal para empatar el partido. Sin embargo, un gol de Domingo Duarte a falta de dos minutos hacia salta la banca por los aires y daba un triunfo al Granada que le permite seguir soñando con una temporada historia, hasta el punto de que ya ha batido su récord de puntos en su historia en Primera. La Real queda muy tocada anímicamente porque su esfuerzo mereció más premio, pero tiene serios problemas físicos en su plantilla y eso, aunque siga dependiendo de sí misma, es un handicap importante para la última semana de competición con tres partidos muy exigentes.


El partido empezó con un guion que era conocido desde antes de que pitara el colegiado el inicio. El Granada, con su defensa de cinco, no quería dejar correr a una Real cuya idea inicial era la de no salir a especular por la necesidad de ganar que tenía, que Europa estaba en juego. La Real merodeaba más la portería de Rui Silva, pero sin hacerle daño, y el equipo granadino no dudaba en correr a la contra con sus puñales arriba, Antonio Puertas y Carlos Fernández, porque su presión alta empezaba poco a poco a incomodar mucho al equipo de Imanol Alguacil. En una de esas transiciones rápidas, justo en el momento del aplauso sanitario, Domingos Duarte puso un centro desde la izquierda y Puertas remató de cabeza de forma inapelable. Golazo para poner por delante al Granada. Otra vez sin que el rival tuviera necesidad de hacerle casi cosquillas, la Real se ponía abajo en el marcador.

El gol le hizo daño a una Real a la que se le ponía todo negro. El Granada olía la sangra e intentaba adelantar sus lineas, pero sin perder su orden defensivo, lo que impedía a los txuri-urdin generar fútbol con comodidad y eso le provoca nervios y dudas. En medio de su intento de levantarse de la lona, llegó una jugada polémica con la que el conjunto granadino ampliaba su ventaja. Un balón al espacio para Soldado que intentaba despejarlo Llorente, le llegaba al delantero franjirrojo estando por detrás de la defensa realista. Soldado, por supuesto, no fallaba, estando en posición en teoría antirreglamentaria. El árbitro y el VAR daban por válido el gol al entender que en el intento de despeje del balón de Llorente se producía una nueva jugada. Parecía la puntilla para el equipo realista, porque el 0-2 llegaba justo antes del descanso.

Pero la Real estaba viva, o por lo menos, quería estarlo. Barrenetxea se iba a encargar de demostrarlo. El canterano envió dos balones al palo y dio una exhibición de regates, fintas y centros. Un espectáculo que mereció tener mejor suerte para que luciera aún más su espectacular actuación. Nada más comenzar la segunda parte, Merino cazaba un rechace en un córner y reducía diferencias. Comenzaba un nuevo partido, con una Real lanzada al ataque a tumba abierta y un Granada que renunciaba al suyo para defender con unas y dientes el suculento botín que tenía entre manos. El equipo realista empezaba a acumular llegadas por todos los costados, aunque la más clara para empatar llegaba en las botas de Willian José, que incomprensiblemente enviaba demasiado cruzado un mano a mano con Rui Silva.

Para entonces la Real empezar a tirar de una casta que bien podían haber salido antes. Imanol se veía obligado a meter a dos chavales del filial por los problemas musculares y cansancio de sus jugadores. Y con Djouahra y Roberto López los realistas demostraron el orgullo que hay en Zubieta. Mientras Barrenetxea seguía a lo suyo, Djouahra aparecía por la derecha para hacer una jugada personal maravillosa y poner un pase de la muerte a Mikel Oyarzabal, que fusilaba la portería de Rui Silva para empatar el partido. Con ese 2-2 parecía que se daba carpetazo final a un partido loco, pero la Real quería más y no renunciaba a la remontada. Aunque el Granada no había dicho su última palabra, y cuando menos se le esperaba, apareció su carácter ambicioso y, sobre todo, Domingos Duarte, para redondear su actuación con el gol de la victoria visitante con un testarazo inapelable. Demasiado castigo para un Real que hizo mucho más como para acabar derrotado, pero que tiene un problema serio en su balance defensivo, porque si el Granada marca tres goles en el Reale Arena es que mucho habrá hecho también bien para conseguir tres puntos que le meten de lleno en la pelea por Europa.

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