El central colombiano que suena en Boca

El Consejo de Fútbol que encabeza Riquelme consultó condiciones por un zaguero que enfrentó al Xeneize en esta edición de la Libertadores. Es más, tuvo un duro cruce con Tevez y terminaron a los golpes.


Olé
Boca ya tiene apuntado al reemplazante de Junior Alonso, uno de los zagueros centrales favoritos de Miguel Ángel Russo. Hasta el momento, sólo se sabía que la búsqueda del Consejo de Fútbol que encabeza Juan Román Riquelme estaba tras los pasos de un futbolista extranjero, fuerte y con roce internacional. Y el misterio se develó: el jugador que suena en Boca es Jesús David Murillo Largacha, un colombiano de 26 años que integra el plantel de Independiente Medellín.


El nombre del defensor cafetero comenzó a barajarse como refuerzo en estas últimas semanas, luego de que Boca y el DIM sellaran un convenio de reciprocidad para intercambiarse juveniles. El Xeneize, por ejemplo, ya mandó a Colombia al delantero de la Cuarta División Israel Escalante, y en estas horas se sabrá qué futbolista del DIM viaja a la Argentina para sumar experiencia en la cantera azul y oro. Charla va, charla viene, surgió la posibilidad de incorporar a Murillo, lógicamente por fuera de ese acuerdo.

Murillo ya sabe lo que es jugar en la Bombonera. El 10 de marzo pasado, hace apenas cuatro meses, fue titular y disputó los 90' en el encuentro frente a Boca por la segunda fecha del grupo H de la Copa Libertadores, un partido que el Xeneize ganó 3-0 con goles de Salvio (dos) y Bebelo Reynoso. Murillo jugó de primer marcador central con la camiseta número 3, aunque en realidad puede jugar de 2, de 6 y hasta de lateral por la derecha. Esa noche no tuvo un gran rendimiento (como todo su equipo), pero sí demostró tener carácter. De hecho, tuvo un fuerte cruce con Carlos Tevez, quien le propinó un codazo que mereció expulsión (sólo vio la amarilla).

El zaguero diestro que quiere Boca es oriundo del Valle del Cauca, Cali, el mismo departamento en el que nació el ex arquero e ídolo del club Óscar Córdoba. Se formó en el DIM, donde llegó a jugar un solo partido en 2012 antes de irse a préstamo al Deportivo Pasto (2013-2014) y Patriotas Boyacá (2015-2017). Sus buenas actuaciones lo llevaron de vuelta al Poderoso de la Montaña, al que retornó para ser suplente de los argentinos Santiago Echeverría (ex Boca, no llegó a debutar en Primera) y Rodrigo Erramuspe. Sin embargo, enseguida se ganó un lugar como titular y se convirtió en un verdadero bastión de la defensa. Además, jugó para la Sub 23 de su país.

Aunque no es tan alto (1,83 metro, cuatro centímetros menos que Lisandro López y dos menos que Izquierdoz), el moreno impone respeto por su contextura física. Pesa 72 kilos, pero es muy fuerte en el cuerpo a cuerpo y va muy bien de arriba tanto en ataque como en defensa. Eso sí: sabe con la pelota en los pies, pero no le va tan bien en el arco de enfrente. En 244 partidos, convirtió nada más que nueve goles. Un promedio de uno cada 27 partidos.

"Alegre y extrovertido fuera de la cancha, pero recio dentro de ella", tal cual se definió alguna vez, Murillo renovó su vínculo con el DIM en diciembre del 2018 por tres temporadas más, por lo que aún le queda un año y medio más de contrato en el conjunto cafetero. En medio de la Copa, el central podría dar el gran salto de su carrera y ponerse la azul y oro.

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