Cambio de mando en Independiente

En Independiente todos coinciden en la necesidad de ungir nuevos líderes ya que varios referentes desean marcharse y podrían dejar un vacío en el vestuario. Pusineri y Burruchaga creen que Franco y Bustos podrán cumplir ese rol para contribuir a generar sentido de pertenencia.

Olé
Fue uno de los temas de conversación que surgieron en las últimas tres reuniones que Lucas Pusineri mantuvo con el manager, Jorge Burruchaga, y la plana mayor de la Comisión Directiva. En esos cónclaves hubo largas discusiones en las que cada una de las partes dio a conocer sus propuestas para tratar de arribar a consensos, definir un rumbo e intentar sacar a Independiente adelante. Y hubo algo en lo que todos estuvieron de acuerdo: la necesidad de preparar el terreno para incentivar la consolidación de nuevos liderazgos antes las posibles partidas de varios referentes.


Tanto el entrenador como el manager coinciden en que hay dos futbolistas que reúnen todas las condiciones necesarias para asumir la conducción espiritual del grupo. Se trata de Alan Franco y Fabricio Bustos. El central de 23 años se forjó en las Inferiores de San Telmo y en 2016 llegó al Rojo para reforzar la Reserva de Fernando Berón. Apenas un año después levantó la Sudamericana en el Maracaná. El lateral derecho de 24 años, en cambio, es un producto de la cantera de Independiente. Desde el cuerpo técnico advierten que ambos tienen mucho temperamento. Consideran que con el paso del tiempo comenzarán a tener cierta ascendencia sobre el grupo. Y si bien creen que ese proceso se irá desarrollando de forma gradual y natural, también están convencidos de que es necesario crear las condiciones para que los dos puedan afianzar su liderazgo.

La iniciativa apunta a recuperar el sentido de pertenencia. Tanto Pusineri como Burruchaga les plantearon esa necesidad a los directivos, quienes adhirieron al diagnóstico. En el Rojo todas las partes creen que, a pesar de su juventud, Franco y Bustos pueden comenzar a ganar terreno para convertirse en futuros líderes. Ambos son jugadores identificados con la institución y tienen carácter fuerte. Advierten que sus voces de mando de a poco comienzan a alzarse en los momentos más adversos.

El futuro del capitán, Silvio Romero, es incierto ya que pidió ser vendido. Martín Campaña, quien supo portar el brazalete desde principios de 2018 hasta enero de este año, es otro que se quiere ir. Y Juan Sánchez Miño, otro de los jugadores más respetados en el vestuario, también planteó su intención de buscar un nuevo destino. La pretensión de ungir a Franco y Bustos responde en parte a una convicción y también a una necesidad se llenar los espacios que pueden quedar vacíos si se marchan los tres referentes que desean buscar otros rumbos. Es por eso que no los dejarán partir fácil si llegan ofertas: por el primero pedirán seis palos verdes y por el segundo cinco. La idea es retenerlos para que comanden el vestuario.

Entradas populares