Bielsa se suma a los elegidos
El Loco, campeón con el Leeds del Championship, consiguió lo que pocos argentinos logran: ser ídolos y amados en Inglaterra.
Olé
Bielsa disparó los análisis más variados. Desde los fanáticos que recuerdan cada frase como si fuera una cita casi bíblica pasando por los que le siguen facturando el 2002 hasta los que, intentamos, destacar muchos de sus valores de vida y sus virtudes como entrenador sin sumarse a una Bielsamanía que ve hasta gestos de grandeza porque se sienta sobre una heladerita…
El tema es que el Loco puso de nuevo sobre la mesa un detalle no menor y es cómo el talento individual y la eficacia son capaces de romper barreras culturales y sociales. Que el fútbol y una nación no deben mezclarse es una frase que puede sonar bien pero que, muchas veces, se distancia de la realidad porque la pasión es transversal. No se puede desconocer que la lupa de un inglés sobre un argentino -y viceversa- es diferente. Aunque seguramente sería mas duro consagrar a un inglés en Argentina que al revés, no son tantos los que dan ese salto.
Totalmente cierto que no son comparables las épocas. Para Osvaldo Ardiles y Julio Ricardo Villa jugar y triunfar en el Tottenham en plena guerra de Malvinas fue mucho más difícil conseguir ese reconocimiento que para Bielsa en estos tiempos. Entre esos casi 40 años pasaron muchos (desde Sabella a Verón pasando por Tevez, Mascherano o el Kun Agüero, sólo por nombrar a algunos) que pudieron romper esa rivalidad de base con trabajo, talento y alegrías.
Ese Bielsa misterioso, estudioso, detallista y antisistema hizo jugar bien y ganar a su equipo. Se permitió celebrar este campeonato con gestos de calidez: desde su viejo festejo en Newell’s que públicamente no exteriorizaba tanta alegría por un logro deportivo, con ese espíritu amateur que él tanto destaca y que lo hizo saltar esa frontera imaginaria. Por eso es de los elegidos. Tanto que ahora podrá hacer sus caminatas habituales por una calle que lleva su nombre nada menos que en Inglaterra.
Olé
Bielsa disparó los análisis más variados. Desde los fanáticos que recuerdan cada frase como si fuera una cita casi bíblica pasando por los que le siguen facturando el 2002 hasta los que, intentamos, destacar muchos de sus valores de vida y sus virtudes como entrenador sin sumarse a una Bielsamanía que ve hasta gestos de grandeza porque se sienta sobre una heladerita…
El tema es que el Loco puso de nuevo sobre la mesa un detalle no menor y es cómo el talento individual y la eficacia son capaces de romper barreras culturales y sociales. Que el fútbol y una nación no deben mezclarse es una frase que puede sonar bien pero que, muchas veces, se distancia de la realidad porque la pasión es transversal. No se puede desconocer que la lupa de un inglés sobre un argentino -y viceversa- es diferente. Aunque seguramente sería mas duro consagrar a un inglés en Argentina que al revés, no son tantos los que dan ese salto.
Totalmente cierto que no son comparables las épocas. Para Osvaldo Ardiles y Julio Ricardo Villa jugar y triunfar en el Tottenham en plena guerra de Malvinas fue mucho más difícil conseguir ese reconocimiento que para Bielsa en estos tiempos. Entre esos casi 40 años pasaron muchos (desde Sabella a Verón pasando por Tevez, Mascherano o el Kun Agüero, sólo por nombrar a algunos) que pudieron romper esa rivalidad de base con trabajo, talento y alegrías.
Ese Bielsa misterioso, estudioso, detallista y antisistema hizo jugar bien y ganar a su equipo. Se permitió celebrar este campeonato con gestos de calidez: desde su viejo festejo en Newell’s que públicamente no exteriorizaba tanta alegría por un logro deportivo, con ese espíritu amateur que él tanto destaca y que lo hizo saltar esa frontera imaginaria. Por eso es de los elegidos. Tanto que ahora podrá hacer sus caminatas habituales por una calle que lleva su nombre nada menos que en Inglaterra.