Balneario para Arteta antes del Everest
Masaje, baño de espuma y música relajante antes de subir la montaña más complicada de lo que queda de Premier League. El Arsenal ganó sin complicaciones a un rival fácil.
Alberto Muñoz
As
Masaje, baño de espuma y música relajante antes de subir la montaña más complicada de lo que queda de Premier League. Eso es lo que ha supuesto para el Arsenal el partido contra el Norwich, del que se puede hablar ya prácticamente como descendido a la Championship y que apenas ha podido plantar cara ante unos gunners liderados por un arrollador Aubameyang. Eso en cuanto a hoy, porque seguro que, a partir de ahora, cada vez que Arteta mire el calendario, tragará saliva. Comienza el ascenso, la cima de los puestos europeos se ve muy lejana, y a este equipo le ha llegado el momento de demostrar que de verdad quiere aspirar a algo.
Esa complicada ruta se iniciará, casi como un juego de dificultad gradual, con dos enfrentamientos ante las dos grandes sorpresas de la temporada: primero contra el Wolves, que va a por todas contra United y Chelsea por la cuarta posición, y luego contra el Leicester, que se ha afianzado en la tercera. Más tarde, deberá enfrentarse al ascendente Tottenham de Mourinho, rival directo en esa lucha por rascar un puesto europeo. Finalmente, y ya en el más difícil todavía, los gunners intentarán tumbar al campeón, el Liverpool, que ya ha avisado de que no piensa levantar el pie del acelerador.
Por eso era tan importante que hoy, ante el último de la Premier, un equipo que apenas ha sumado 21 puntos en todo el campeonato, no se escapasen los tres puntos, algo que se ha conseguido con un póker de goles en los que Aubameyang dejó su marca en los tres primeros. El primero, aprovechándose el gabonés de un exceso de confianza de Krul, que intenta regatearle, y el segundo asistiendo directamente a Xhaka para que batiese por el palo corto al portero neerlandés. El tercero, en un mano a mano que evidenció lo tierna que es la defensa de los canaries.
Redondearía el marcador Cédric Soares, un jugador que había llegado en invierno y que parecía que iba a marcharse del club como un fantasma: sin haber disputado un solo partido ni siquiera un solo minuto. Su zapatazo nada más entrar, sin embargo, hace más inexplicable su situación. Esta goleada deja al Arsenal séptimo de forma provisional aunque aún muy lejos del quinto y sexto puesto, concretamente a seis puntos como mínimo, por lo que los de Arteta no solo deberán emplearse a fondo en los partidos que tienen por delante sino que deberán rezar por más de un traspiés.
Alberto Muñoz
As
Masaje, baño de espuma y música relajante antes de subir la montaña más complicada de lo que queda de Premier League. Eso es lo que ha supuesto para el Arsenal el partido contra el Norwich, del que se puede hablar ya prácticamente como descendido a la Championship y que apenas ha podido plantar cara ante unos gunners liderados por un arrollador Aubameyang. Eso en cuanto a hoy, porque seguro que, a partir de ahora, cada vez que Arteta mire el calendario, tragará saliva. Comienza el ascenso, la cima de los puestos europeos se ve muy lejana, y a este equipo le ha llegado el momento de demostrar que de verdad quiere aspirar a algo.
Esa complicada ruta se iniciará, casi como un juego de dificultad gradual, con dos enfrentamientos ante las dos grandes sorpresas de la temporada: primero contra el Wolves, que va a por todas contra United y Chelsea por la cuarta posición, y luego contra el Leicester, que se ha afianzado en la tercera. Más tarde, deberá enfrentarse al ascendente Tottenham de Mourinho, rival directo en esa lucha por rascar un puesto europeo. Finalmente, y ya en el más difícil todavía, los gunners intentarán tumbar al campeón, el Liverpool, que ya ha avisado de que no piensa levantar el pie del acelerador.
Por eso era tan importante que hoy, ante el último de la Premier, un equipo que apenas ha sumado 21 puntos en todo el campeonato, no se escapasen los tres puntos, algo que se ha conseguido con un póker de goles en los que Aubameyang dejó su marca en los tres primeros. El primero, aprovechándose el gabonés de un exceso de confianza de Krul, que intenta regatearle, y el segundo asistiendo directamente a Xhaka para que batiese por el palo corto al portero neerlandés. El tercero, en un mano a mano que evidenció lo tierna que es la defensa de los canaries.
Redondearía el marcador Cédric Soares, un jugador que había llegado en invierno y que parecía que iba a marcharse del club como un fantasma: sin haber disputado un solo partido ni siquiera un solo minuto. Su zapatazo nada más entrar, sin embargo, hace más inexplicable su situación. Esta goleada deja al Arsenal séptimo de forma provisional aunque aún muy lejos del quinto y sexto puesto, concretamente a seis puntos como mínimo, por lo que los de Arteta no solo deberán emplearse a fondo en los partidos que tienen por delante sino que deberán rezar por más de un traspiés.