¿Y dónde está hoy Jorge Comas?
Comitas marcó una época en Boca con su corte de pelo y sus goles, pero se fue al Veracruz de México, nunca más regresó al país y en los últimos años estuvo desaparecido. En el día en que cumple 60 años, Olé te cuenta en qué anda...
Olé
"Me compró Vélez, con 18 o 19 años, y a los 20 vino el Lecce de Italia a buscarme. 'Me gusta el de pelo largo, pero hay que cortarle ese pelo", dijo el presidente del club. Y yo me lo corté, todo bien cortito pero con la colita atrás, y me la metí adentro de la camisa para ir a firmar el contrato. Pero después de que firmamos, me quedé en un salón que había en el club con fotos de distintas épocas y apareció el italiano, me vio de atrás con el pelo largo y dijo: 'Yo a este indio no me lo llevo', y rompió el contrato en un segundo. Y ahí me quedó para siempre el pelo corto acá y largo atrás".
Jorge Alberto Comas finalmente no pasó de Vélez al Lecce, sino que terminó en Boca y luego en Veracruz de México, pero en ambos clubes marcó una época. Su zurda, sus corridas electrizantes, sus goles, sus goles olímpicos. Y también su corte de pelo, esa coleta que causó furor como años después lo haría Martín Palermo con el jopo platinado. Y en el día de su cumpleaños 60, Olé le rinde homenaje y te cuenta en qué anda.
Después de debutar en Colón y pasar por Vélez, Comitas llegó a Boca a mediados de 1986, en unos años flacos del club, pero apenas arrancó con sus goles se hizo querer y entró en el corazón de los hinchas, al punto de formar una recordada delantera con Alfredo Graciani como 7, Jorge Rinaldi como 9 y él de 11. En total, fueron 126 partidos y 63 goles hasta su partida a mediados de 1989, cuando eligió irse tras enfrentarse con la dirigencia y no llevarse muy bien con el DT Carlos Aimar.
Son muy recordados sus goles olímpicos en el verano de 1988, uno a Racing con el Pato Fillol en el arco y otro a River con Nery Pumpido, y también su facilidad para convertir goles en los clásicos oficiales en general: ocho a Independiente, tres a Racing, cuatro a San Lorenzo y uno a River.
Pero Comitas se fue para nunca más volver, porque con Veracruz fue goleador de la temporada 89/90 y se convirtió en uno de los máximos ídolos de la historia del club. "Llegué en el 89 y hasta la fecha la gente me trata con mucho respeto y cariño para un extranjero como yo... Pero ya no me siento extranjero, porque hace muchísimos años vivo acá en México y estoy agradecido a Dios que me haya traído a México", contó en una reciente entrevista con medios locales.
Después del retiro, eligió quedarse en México. Trabajó varios años en el club, pasó al olvido y la depresión y estuvo mucho tiempo alejado de su madre, sus hermanos y su ex esposa sin que nadie supiera de él. "Me usaron", contó en su momento, a la vez que pidió que le dejaran ver a sus ocho hijos y se mostró arrepentido por haber caído en "tentaciones".
En el 2012 fue noticia por una pelea que protagonizó en un bar y que derivó en su detención por parte de la Policía mexicana. El propio Comas reconoce que su personalidad no es sencilla de llevar: "Conmigo siempre hay un problema, sino es uno es otro... Tengo un temperamento feíto. Siempre estaba en el club, pero me suspendieron por un chisme: todo el mundo me tilda de borracho, pero yo odio a los borrachos. Tomar una cervecita o un vinito es diferente a ser borracho".
Pero en los últimos años reapareció en varios homenajes que hicieron al gran equipo de Veracruz que integró y se lo vio en distintas entrevistas con los medios.
¿Qué es de la vida de Comitas?
Jorge Comas pasó de Boca a Veracruz a fines de los 80 y luego se radicó en México.
Unos meses atrás también se conoció un video en las redes sociales en el que confesaba que era hincha de San Lorenzo. "Mi ídolo máximo es Roberto Telch", contó con la camiseta azulgrana sobre la piel.
A pesar de su fuerte vínculo con Veracruz, Comitas no se olvidó de su etapa en el fútbol argentino en una reciente entrevista: "Tengo el corazón Tiburón (como le dicen al equipo mexicano), pero son etapas diferentes. Colón me dio el pase al fútbol, Vélez me maduró, Boca me consolidó como goleador y figura y Veracruz me dio lo que nunca tuve: todo. A todos los llevo en el corazón".
Olé
"Me compró Vélez, con 18 o 19 años, y a los 20 vino el Lecce de Italia a buscarme. 'Me gusta el de pelo largo, pero hay que cortarle ese pelo", dijo el presidente del club. Y yo me lo corté, todo bien cortito pero con la colita atrás, y me la metí adentro de la camisa para ir a firmar el contrato. Pero después de que firmamos, me quedé en un salón que había en el club con fotos de distintas épocas y apareció el italiano, me vio de atrás con el pelo largo y dijo: 'Yo a este indio no me lo llevo', y rompió el contrato en un segundo. Y ahí me quedó para siempre el pelo corto acá y largo atrás".
Jorge Alberto Comas finalmente no pasó de Vélez al Lecce, sino que terminó en Boca y luego en Veracruz de México, pero en ambos clubes marcó una época. Su zurda, sus corridas electrizantes, sus goles, sus goles olímpicos. Y también su corte de pelo, esa coleta que causó furor como años después lo haría Martín Palermo con el jopo platinado. Y en el día de su cumpleaños 60, Olé le rinde homenaje y te cuenta en qué anda.
Después de debutar en Colón y pasar por Vélez, Comitas llegó a Boca a mediados de 1986, en unos años flacos del club, pero apenas arrancó con sus goles se hizo querer y entró en el corazón de los hinchas, al punto de formar una recordada delantera con Alfredo Graciani como 7, Jorge Rinaldi como 9 y él de 11. En total, fueron 126 partidos y 63 goles hasta su partida a mediados de 1989, cuando eligió irse tras enfrentarse con la dirigencia y no llevarse muy bien con el DT Carlos Aimar.
Son muy recordados sus goles olímpicos en el verano de 1988, uno a Racing con el Pato Fillol en el arco y otro a River con Nery Pumpido, y también su facilidad para convertir goles en los clásicos oficiales en general: ocho a Independiente, tres a Racing, cuatro a San Lorenzo y uno a River.
Pero Comitas se fue para nunca más volver, porque con Veracruz fue goleador de la temporada 89/90 y se convirtió en uno de los máximos ídolos de la historia del club. "Llegué en el 89 y hasta la fecha la gente me trata con mucho respeto y cariño para un extranjero como yo... Pero ya no me siento extranjero, porque hace muchísimos años vivo acá en México y estoy agradecido a Dios que me haya traído a México", contó en una reciente entrevista con medios locales.
Después del retiro, eligió quedarse en México. Trabajó varios años en el club, pasó al olvido y la depresión y estuvo mucho tiempo alejado de su madre, sus hermanos y su ex esposa sin que nadie supiera de él. "Me usaron", contó en su momento, a la vez que pidió que le dejaran ver a sus ocho hijos y se mostró arrepentido por haber caído en "tentaciones".
En el 2012 fue noticia por una pelea que protagonizó en un bar y que derivó en su detención por parte de la Policía mexicana. El propio Comas reconoce que su personalidad no es sencilla de llevar: "Conmigo siempre hay un problema, sino es uno es otro... Tengo un temperamento feíto. Siempre estaba en el club, pero me suspendieron por un chisme: todo el mundo me tilda de borracho, pero yo odio a los borrachos. Tomar una cervecita o un vinito es diferente a ser borracho".
Pero en los últimos años reapareció en varios homenajes que hicieron al gran equipo de Veracruz que integró y se lo vio en distintas entrevistas con los medios.
¿Qué es de la vida de Comitas?
Jorge Comas pasó de Boca a Veracruz a fines de los 80 y luego se radicó en México.
Unos meses atrás también se conoció un video en las redes sociales en el que confesaba que era hincha de San Lorenzo. "Mi ídolo máximo es Roberto Telch", contó con la camiseta azulgrana sobre la piel.
A pesar de su fuerte vínculo con Veracruz, Comitas no se olvidó de su etapa en el fútbol argentino en una reciente entrevista: "Tengo el corazón Tiburón (como le dicen al equipo mexicano), pero son etapas diferentes. Colón me dio el pase al fútbol, Vélez me maduró, Boca me consolidó como goleador y figura y Veracruz me dio lo que nunca tuve: todo. A todos los llevo en el corazón".