Wilfredo Negrete, el profesor que recorre Aiquile en bicicleta para enseñar en la cuarentena
Aiquile, Los Tiempos
Montado en su bicicleta y con un pizarrón a cuestas, el profesor Wilfredo Negrete se desplaza por los caminos de Aiquile tres veces por semana para dictar clases a niños en cuarentena por el coronavirus.
"Como tengo la bicicleta y salíamos al mercado, he agarrado mi pizarrita y me he lanzado a las casas de los estudiantes", dice a la agencia AFP este docente de 35 años, cuya labor ganó notoriedad en las redes sociales.
Desde que la pandemia irrumpió en Bolivia en marzo, la asistencia a las escuelas quedó suspendida.
Si bien las autoridades han recomendado la educación virtual a través de internet y teléfonos móviles, tales herramientas no están a disposición de las familias rurales, lo que deja a niños y adolescentes del campo al margen de toda cobertura escolar mientras dure el aislamiento.
Las madres de los niños, en Aiquile, acogen con elogios la iniciativa del profesor, quien puso un remolque en su bicicleta para transportar su pizarrón por caminos vecinales de tierra.
"Es bien que está enseñando a las 'wawas' (niños, en quechua), dando su tiempito", celebra Ovaldina Porfidio, madre de dos pequeños, uno de los cuales no pertenece al curso del maestro.
Negrete, aficionado al ciclismo y padre de dos hijos pequeños, no solo visita las comunidades campesinas donde viven sus alumnos sino que también los recibe en su casa. Para ello habilitó mesas para el distanciamiento físico y les ofrece alcohol en gel para desinfección antes y después de las clases.
"Las wawas están olvidando" los contenidos escolares, refiere Ovaldina Porfidio, que lleva a sus hijos casi diariamente a casa del maestro caminando al menos dos kilómetros.
"Están más de dos meses sin clases y están recordando poco a poco" gracias al profesor, comenta la mujer.
"Los hago reflexionar"
El maestro, que no percibe ningún pago adicional por su trabajo, relata que algunos de sus alumnos reciben las tareas escolares a través del WhatsApp, pero la mayoría de ellos carece de celulares e internet.
"Tengo 19 estudiantes y de ellos 13 no tienen celulares ni acceso a internet", dice Negrete, poniendo en evidencia las limitaciones de los niños y adolescentes campesinos.
Los obstáculos para la educación a distancia se suman: la señal de internet que recibe Aiquile es deficiente, los habitantes no cuentan con aparatos con la suficiente capacidad para descargar las tareas que les envían a sus hijos y los padres no están familiarizados con el manejo de los celulares ni con los contenidos educativos.
Resulta impensable que los padres pudieran adquirir una computadora debido a sus bajos ingresos, que además disminuyeron por la cuarentena que paralizó sus actividades productivas.
El docente de educación primaria atiende a los alumnos de su ciclo así como a otros niños y adolescentes que le visitan para reforzar sus conocimientos y no quedar rezagados.
"Estoy haciéndoles reflexionar sobre la enfermedad. Por ejemplo, sobre la pirámide de los alimentos para enseñarles a reforzar su alimentación y combatir las enfermedades" ante la proximidad del invierno austral, explica el profesor.
Profesor aclara que no se pide dinero
Negrete aclaró en su cuenta de Facebook que no se está pidiendo dinero ni campañas similares, esto tras que algunas personas usaran sus fotos pidiendo colaboración.
"En las redes sociales a nivel nacional observe que están tergiversando este hecho, donde a nombre mío están pidiendo dinero, moto, bicicleta ,etc.(yo no necesito), lo cual aclaró que es falso, pero cualquier ayuda no estaría demás en beneficio de mis estudiantes y de mi escuela", advirtió el docente.
Montado en su bicicleta y con un pizarrón a cuestas, el profesor Wilfredo Negrete se desplaza por los caminos de Aiquile tres veces por semana para dictar clases a niños en cuarentena por el coronavirus.
"Como tengo la bicicleta y salíamos al mercado, he agarrado mi pizarrita y me he lanzado a las casas de los estudiantes", dice a la agencia AFP este docente de 35 años, cuya labor ganó notoriedad en las redes sociales.
Desde que la pandemia irrumpió en Bolivia en marzo, la asistencia a las escuelas quedó suspendida.
Si bien las autoridades han recomendado la educación virtual a través de internet y teléfonos móviles, tales herramientas no están a disposición de las familias rurales, lo que deja a niños y adolescentes del campo al margen de toda cobertura escolar mientras dure el aislamiento.
Las madres de los niños, en Aiquile, acogen con elogios la iniciativa del profesor, quien puso un remolque en su bicicleta para transportar su pizarrón por caminos vecinales de tierra.
"Es bien que está enseñando a las 'wawas' (niños, en quechua), dando su tiempito", celebra Ovaldina Porfidio, madre de dos pequeños, uno de los cuales no pertenece al curso del maestro.
Negrete, aficionado al ciclismo y padre de dos hijos pequeños, no solo visita las comunidades campesinas donde viven sus alumnos sino que también los recibe en su casa. Para ello habilitó mesas para el distanciamiento físico y les ofrece alcohol en gel para desinfección antes y después de las clases.
"Las wawas están olvidando" los contenidos escolares, refiere Ovaldina Porfidio, que lleva a sus hijos casi diariamente a casa del maestro caminando al menos dos kilómetros.
"Están más de dos meses sin clases y están recordando poco a poco" gracias al profesor, comenta la mujer.
"Los hago reflexionar"
El maestro, que no percibe ningún pago adicional por su trabajo, relata que algunos de sus alumnos reciben las tareas escolares a través del WhatsApp, pero la mayoría de ellos carece de celulares e internet.
"Tengo 19 estudiantes y de ellos 13 no tienen celulares ni acceso a internet", dice Negrete, poniendo en evidencia las limitaciones de los niños y adolescentes campesinos.
Los obstáculos para la educación a distancia se suman: la señal de internet que recibe Aiquile es deficiente, los habitantes no cuentan con aparatos con la suficiente capacidad para descargar las tareas que les envían a sus hijos y los padres no están familiarizados con el manejo de los celulares ni con los contenidos educativos.
Resulta impensable que los padres pudieran adquirir una computadora debido a sus bajos ingresos, que además disminuyeron por la cuarentena que paralizó sus actividades productivas.
El docente de educación primaria atiende a los alumnos de su ciclo así como a otros niños y adolescentes que le visitan para reforzar sus conocimientos y no quedar rezagados.
"Estoy haciéndoles reflexionar sobre la enfermedad. Por ejemplo, sobre la pirámide de los alimentos para enseñarles a reforzar su alimentación y combatir las enfermedades" ante la proximidad del invierno austral, explica el profesor.
Profesor aclara que no se pide dinero
Negrete aclaró en su cuenta de Facebook que no se está pidiendo dinero ni campañas similares, esto tras que algunas personas usaran sus fotos pidiendo colaboración.
"En las redes sociales a nivel nacional observe que están tergiversando este hecho, donde a nombre mío están pidiendo dinero, moto, bicicleta ,etc.(yo no necesito), lo cual aclaró que es falso, pero cualquier ayuda no estaría demás en beneficio de mis estudiantes y de mi escuela", advirtió el docente.