Tregua en Independiente
Luego de varios días de mucha incertidumbre, el club les pagó a 11 jugadores hasta el 31 de marzo. Los directivos ahora intentarán negociar un achique retroactivo de los salarios.
Olé
Hubo tregua. Después de 36 días de fuego cruzado, Independiente pudo respirar. La dirigencia depositó ayer los salarios de 11 futbolistas que habían intimado al club el 4 de mayo. Todos ellos acreditaron en sus cuentas bancaria las sumas de dinero correspondientes hasta el 31 de marzo. La plata apareció a las 17 y terminó con las horas de incertidumbre. Para los dirigentes fue un alivio. Y para los jugadores también.
Alexander Barboza, Juan Sánchez Miño, Carlos Benavídez, Lucas Romero, Pablo Hernández, Braian Romero, Andrés Roa, Leandro Fernández y Silvio Romero fueron los integrantes del plantel que cobraron el dinero. Lo mismo sucedió con otros dos futbolistas que están a préstamo en otros clubes hasta el 30 de junio, pero que Independiente les paga parte de sus sueldos: Jonathan Menéndez, quien se encuentra en Talleres, y Cristian Chávez, que está en Central Córdoba de Santiago del Estero. Todos ellos habían enviado cartas documento.
Si bien el club en un principio se había comprometido a pagar el 1° de junio, la cancelación de la deuda se postergó ya que el Rojo precisó un poco más de tiempo. La suma abonada derivó de la venta de Nicolás Figal a Inter de Miami. La institución de Avellaneda se vio obligada a vender los papeles de la transferencia para cobrar 1.600.000 dólares al contado, resignando u$s 400.000 que le quedarán al grupo inversor que puso el dinero. El cobro se atrasó ya que la suma entró en pesos y en Independiente se tomaron un tiempo para negociar el cobro contemplando un tipo de cambio más alto.
Martín Campaña ya había cobrado el dinero reclamado. Y con Gastón Silva existe una negociación aparte. Los directivos ahora intentarán gestionar una reducción retroactiva de los salarios a partir de abril. Aducen que por la pandemia el club perdió múltiples fuentes de ingresos. Los jugadores dejaron la postura inflexible y se mostraron más predispuestos a sentarse a negociar. La historia aún no terminó, pero Independiente al menos pudo respirar.
Olé
Hubo tregua. Después de 36 días de fuego cruzado, Independiente pudo respirar. La dirigencia depositó ayer los salarios de 11 futbolistas que habían intimado al club el 4 de mayo. Todos ellos acreditaron en sus cuentas bancaria las sumas de dinero correspondientes hasta el 31 de marzo. La plata apareció a las 17 y terminó con las horas de incertidumbre. Para los dirigentes fue un alivio. Y para los jugadores también.
Alexander Barboza, Juan Sánchez Miño, Carlos Benavídez, Lucas Romero, Pablo Hernández, Braian Romero, Andrés Roa, Leandro Fernández y Silvio Romero fueron los integrantes del plantel que cobraron el dinero. Lo mismo sucedió con otros dos futbolistas que están a préstamo en otros clubes hasta el 30 de junio, pero que Independiente les paga parte de sus sueldos: Jonathan Menéndez, quien se encuentra en Talleres, y Cristian Chávez, que está en Central Córdoba de Santiago del Estero. Todos ellos habían enviado cartas documento.
Si bien el club en un principio se había comprometido a pagar el 1° de junio, la cancelación de la deuda se postergó ya que el Rojo precisó un poco más de tiempo. La suma abonada derivó de la venta de Nicolás Figal a Inter de Miami. La institución de Avellaneda se vio obligada a vender los papeles de la transferencia para cobrar 1.600.000 dólares al contado, resignando u$s 400.000 que le quedarán al grupo inversor que puso el dinero. El cobro se atrasó ya que la suma entró en pesos y en Independiente se tomaron un tiempo para negociar el cobro contemplando un tipo de cambio más alto.
Martín Campaña ya había cobrado el dinero reclamado. Y con Gastón Silva existe una negociación aparte. Los directivos ahora intentarán gestionar una reducción retroactiva de los salarios a partir de abril. Aducen que por la pandemia el club perdió múltiples fuentes de ingresos. Los jugadores dejaron la postura inflexible y se mostraron más predispuestos a sentarse a negociar. La historia aún no terminó, pero Independiente al menos pudo respirar.