Sevilla y Valladolid se abonan a la equis
Cuarto empate para los locales y el tercero para los visitantes desde la reanudación de la competición. Kiko Olivas y Ocampos hicieron los goles. El VAR anuló un gol de Munir.
José María López
As
Sevilla y Valladolid sumaron un nuevo empate, el cuarto para los locales y el tercero para los visitantes desde la reanudación de la competición, que les permite seguir avanzando a paso de hormiga en sus objetivos por la Champions y por la permanencia respectivamente, pero que no les permite dar el golpe en la mesa que hubiera supuesto el alcanzar la victoria.
Y si alguien acarició el triunfo con los dedos fue un Valladolid que vio como se le escapaba por un extraño penalti por manos de Javi Sánchez. Y pese a ello, todavía pudieron ganar los de Sergio, pero Alcaraz se encontró con Vaclik en un claro mano a mano cuando el partido languidecía. El portero checo se resarcía de este modo de su error en el gol de los pucelanos, una falta frontal en la que Kiko Olivas aprovechó su mala colocación pero también el lío que se hicieron Fernando y Escudero a la hora de defender un simple balón colgado desde la frontal.
Lectura. El Valladolid fue quien mejor se supo adaptar a lo que el partido necesitaba en cada momento. Los de Sergio sufrieron en el tramo inicial del choque, puesto que el Sevilla salió con empuje y sólo el larguero evitó que los de Nervión se adelantaran en el marcador. Los de Lopetegui asustaron pero no pegaron, mientras que el Valladolid aprovechó la mínima que tuvo y regaló el balón al Sevilla para que se desesperara sin encontrar caminos fluidos al área de Masip.
Todo pudo cambiar al poco de reanudarse el partido, pero el VAR anuló un gol de cabeza de Munir por un fuera de juego milimétrico. No tuvo dudas el videoarbitraje para confirmar la decisión de Pizarro Gómez de señalar penalti por manos de Javi Sánchez cuando el Sevilla ya atacaba con más corazón que cabeza. Ocampos asumió la responsabilidad y no falló, antes de cogerse un cabreo extraordinario por su sustitución en el descuento por Rony Lopes, algo que nadie entendió.
La noche señalada para el despegue de ambos conjuntos tras sus numerosos empates volvió a saldarse con una equis en su casilla de la quiniela.
José María López
As
Sevilla y Valladolid sumaron un nuevo empate, el cuarto para los locales y el tercero para los visitantes desde la reanudación de la competición, que les permite seguir avanzando a paso de hormiga en sus objetivos por la Champions y por la permanencia respectivamente, pero que no les permite dar el golpe en la mesa que hubiera supuesto el alcanzar la victoria.
Y si alguien acarició el triunfo con los dedos fue un Valladolid que vio como se le escapaba por un extraño penalti por manos de Javi Sánchez. Y pese a ello, todavía pudieron ganar los de Sergio, pero Alcaraz se encontró con Vaclik en un claro mano a mano cuando el partido languidecía. El portero checo se resarcía de este modo de su error en el gol de los pucelanos, una falta frontal en la que Kiko Olivas aprovechó su mala colocación pero también el lío que se hicieron Fernando y Escudero a la hora de defender un simple balón colgado desde la frontal.
Lectura. El Valladolid fue quien mejor se supo adaptar a lo que el partido necesitaba en cada momento. Los de Sergio sufrieron en el tramo inicial del choque, puesto que el Sevilla salió con empuje y sólo el larguero evitó que los de Nervión se adelantaran en el marcador. Los de Lopetegui asustaron pero no pegaron, mientras que el Valladolid aprovechó la mínima que tuvo y regaló el balón al Sevilla para que se desesperara sin encontrar caminos fluidos al área de Masip.
Todo pudo cambiar al poco de reanudarse el partido, pero el VAR anuló un gol de cabeza de Munir por un fuera de juego milimétrico. No tuvo dudas el videoarbitraje para confirmar la decisión de Pizarro Gómez de señalar penalti por manos de Javi Sánchez cuando el Sevilla ya atacaba con más corazón que cabeza. Ocampos asumió la responsabilidad y no falló, antes de cogerse un cabreo extraordinario por su sustitución en el descuento por Rony Lopes, algo que nadie entendió.
La noche señalada para el despegue de ambos conjuntos tras sus numerosos empates volvió a saldarse con una equis en su casilla de la quiniela.