Scocco, la love Nachine de River
En la encuesta que realizó Olé los hinchas votaron a la de Nacho como una de las salidas más dolorosas de la era Gallardo. ¡A cinco días de haberse ido!
Olé
Seis minutos y cincuenta y dos segundos de hit le alcanzaron a The Miracles para lograr el #1 en el ranking Billboard Hot 100 en 1975. El tema fue Love Machine y le dio nombre al más exitoso álbum de uno de los grupos más influyentes en la historia del género R&B (abreviatura de rhythm and blues) estadounidense. “Eres mi hombre y te necesito esta noche”, reza una de las estrofas del grupo originario de Detroit. Una frase que bien refleja el sentimiento que atravesaba a los hinchas de River cada vez que Ignacio Martín Scocco salía a la cancha…
Nacho ha sido, para River, una especie de Love Machine. Una máquina de amor. Quedó demostrado -una vez más- en la encuesta realizada por Olé: detrás del podio de los tres más votados (Pity Martínez, Marcelo Barovero, Lucas Alario) aparece él incluso cuando sólo han pasado cinco días desde que anunció su partida.
Él así lo comprendió: además de agradecerles a sus compañeros, al cuerpo técnico de Marcelo Gallardo y a la dirigencia, en su mensaje de despedida Scocco se dirigió especialmente a la gente, valorando cada palabra de aliento recibida en las buenas y en las malas (como el tiempo que estuvo afuera de las canchas para rehabilitar una sucesión de lesiones en el gemelo derecho; llegó a hacer una interconsulta en España y a modificar su dieta). “Espero que entiendan mi decisión”, fue el pedido de corazón que el delantero elevó hacia aquellos que lo han ungido como una de las grandes figuras de la era del Muñeco.
Scocco logró entablar una fuerte empatía con la tribuna: pocos se hubieran atrevido a discutirlo incluso en el último tiempo, cuando era futbolista de recambio sin plazas aseguradas dado que Matías Suárez y Rafael Santos Borré, hasta el inicio de la cuarentena, eran inamovibles. Él siempre demostró contar con ese talento genéticamente identificado con River, convidando goles precedidos de repetidas fintas y caños (Olimpo en 2018, Central Córdoba de Santiago del Estero en 2020) pero también asegurando celebraciones con definiciones de primera, quirúrgicamente tan precisas como impecables (dos a Boca en 2018; uno a Newell’s en 2019). Tuvo, a su vez, presencia en la red en tres finales (Copas Argentina 2017 y 2019; Supercopa 2018). Fueron apenas algunos de sus 38 conquistas en Núñez, tres menos que Lucas Alario, el todavía goleador del ciclo Gallardo.
Que el hincha de River ya lo extrañe es, a su vez, producto del análisis que hace respecto de lo que vendrá. Porque, sin Scocco y con Borré recibiendo sondeos desde Europa -rumores que fácilmente podrían convertirse en ofertas cuando el mercado de transferencias comience oficialmente-, la zona de ataque de River podría verse desmembrada a corto plazo. Aunque Suárez logró una adaptación acelerada y está amoldado a la horma gallardista, Pratto todavía no pudo recuperarse futbolísticamente luego de su impasse fuera de las canchas producto de la fisura que sufrió en el sacro a mediados del año pasado.
“Sería un problema si hay alguna salida más”, remarcó hace unos días el manager Enzo Francescoli, refrendando este escenario. Forzaría, en cualquier caso, a la dirigencia a tomar dos caminos: privilegiar el producto interno (Julián Álvarez, Federico Girotti y Benjamín Rollheiser; este último, en plena rehabilitación de una lesión ligamentaria) o incorporar algún atacante que haya estado en el radar de Gallardo (Carrillo, Rigoni, Urzi), alternativa poco compatible con el plan de economía de guerra que el club trazó para paliar las consecuencias económicas generadas por el contexto de pandemia de coronavirus.
Para el hincha, sin embargo, Nacho es irremplazable. Por lo que generó. Por los títulos que ganó. Por la relación de amor que se entabló entre ellos y esta Love Nachine.
Olé
Seis minutos y cincuenta y dos segundos de hit le alcanzaron a The Miracles para lograr el #1 en el ranking Billboard Hot 100 en 1975. El tema fue Love Machine y le dio nombre al más exitoso álbum de uno de los grupos más influyentes en la historia del género R&B (abreviatura de rhythm and blues) estadounidense. “Eres mi hombre y te necesito esta noche”, reza una de las estrofas del grupo originario de Detroit. Una frase que bien refleja el sentimiento que atravesaba a los hinchas de River cada vez que Ignacio Martín Scocco salía a la cancha…
Nacho ha sido, para River, una especie de Love Machine. Una máquina de amor. Quedó demostrado -una vez más- en la encuesta realizada por Olé: detrás del podio de los tres más votados (Pity Martínez, Marcelo Barovero, Lucas Alario) aparece él incluso cuando sólo han pasado cinco días desde que anunció su partida.
Él así lo comprendió: además de agradecerles a sus compañeros, al cuerpo técnico de Marcelo Gallardo y a la dirigencia, en su mensaje de despedida Scocco se dirigió especialmente a la gente, valorando cada palabra de aliento recibida en las buenas y en las malas (como el tiempo que estuvo afuera de las canchas para rehabilitar una sucesión de lesiones en el gemelo derecho; llegó a hacer una interconsulta en España y a modificar su dieta). “Espero que entiendan mi decisión”, fue el pedido de corazón que el delantero elevó hacia aquellos que lo han ungido como una de las grandes figuras de la era del Muñeco.
Scocco logró entablar una fuerte empatía con la tribuna: pocos se hubieran atrevido a discutirlo incluso en el último tiempo, cuando era futbolista de recambio sin plazas aseguradas dado que Matías Suárez y Rafael Santos Borré, hasta el inicio de la cuarentena, eran inamovibles. Él siempre demostró contar con ese talento genéticamente identificado con River, convidando goles precedidos de repetidas fintas y caños (Olimpo en 2018, Central Córdoba de Santiago del Estero en 2020) pero también asegurando celebraciones con definiciones de primera, quirúrgicamente tan precisas como impecables (dos a Boca en 2018; uno a Newell’s en 2019). Tuvo, a su vez, presencia en la red en tres finales (Copas Argentina 2017 y 2019; Supercopa 2018). Fueron apenas algunos de sus 38 conquistas en Núñez, tres menos que Lucas Alario, el todavía goleador del ciclo Gallardo.
Que el hincha de River ya lo extrañe es, a su vez, producto del análisis que hace respecto de lo que vendrá. Porque, sin Scocco y con Borré recibiendo sondeos desde Europa -rumores que fácilmente podrían convertirse en ofertas cuando el mercado de transferencias comience oficialmente-, la zona de ataque de River podría verse desmembrada a corto plazo. Aunque Suárez logró una adaptación acelerada y está amoldado a la horma gallardista, Pratto todavía no pudo recuperarse futbolísticamente luego de su impasse fuera de las canchas producto de la fisura que sufrió en el sacro a mediados del año pasado.
“Sería un problema si hay alguna salida más”, remarcó hace unos días el manager Enzo Francescoli, refrendando este escenario. Forzaría, en cualquier caso, a la dirigencia a tomar dos caminos: privilegiar el producto interno (Julián Álvarez, Federico Girotti y Benjamín Rollheiser; este último, en plena rehabilitación de una lesión ligamentaria) o incorporar algún atacante que haya estado en el radar de Gallardo (Carrillo, Rigoni, Urzi), alternativa poco compatible con el plan de economía de guerra que el club trazó para paliar las consecuencias económicas generadas por el contexto de pandemia de coronavirus.
Para el hincha, sin embargo, Nacho es irremplazable. Por lo que generó. Por los títulos que ganó. Por la relación de amor que se entabló entre ellos y esta Love Nachine.