Rebelión en la NBA
Kyrie Irving emprendió un boicot contra la liga y busca aliados para no regresar a la actividad. Somos atacados como hombres negros cada día, explicó el base.
Olé
El 31 de julio, después de más de cuatro meses sin actividad, la pelota naranja de la NBA volverá a picar en el recinto deportivo de ESPN en Orlando. No estarán los 30 equipos de la liga, sino que lo harán los 22 con más posibilidades de clasificarse a los playoffs. Sin embargo, y pese a que la vuelta tuvo la aprobación de todas las franquicias menos Portland Trail Blazers, una “rebelión” de parte de algunos jugadores afroamericanos pone en jaque los planes de Adam Silver, el comisionado de la liga, y LeBron James, quien pidió que la temporada no finalice inconclusa.
El que lleva la bandera contraria es el polémico Kyrie Irving, con salidas conflictivas de Cleveland Cavaliers y Boston Celtics, actualmente en Brooklyn Nets: el base adjudicó su negativa no sólo al miedo que mantienen por la pandemia de Covid-19, sino también por la tensión racial generada a partir de los asesinatos de George Floyd y Breona Taylor, ambas víctimas negras de la represión policía blanca.
“No apoyo ir a Orlando. No estoy con el racismo sistemático y esta mierda, pero algo huele raro. Queramos admitirlo o no, somos atacados como hombres negros cada día que nos despertamos”, señaló Irving, según publicó The Athletic.
El jugador no sólo es campeón de la NBA (con Cleveland), sino que es autoridad de la NBPA, asociación de jugadores: ocupa una de las vicepresidencias del órgano que conduce Chris Paul.
¿Cómo se recibió su queja? Si bien tuvo apoyo de algunos pesados como Kevin Durant, Donovan Mitchell, Russell Westbrook y Carmelo Anthony, su postura parece haber molestado a otros que quieren volver.
Más allá de las intenciones de regresar a las canchas, la vuelta a la actividad está envuelta en un negocio millonario. Jugar en Orlando salvaría unos 900 millones de los contratos de televisión, como una gran parte de los convenios de las franquicias con sus sponsors. Y los jugadores no esconden esta situación.
Garrett Temple, también es vice de la NBPA, aseguró que como “profesionales de raza negra” lo mejor que podían hacer es mantener vivo su negocio, seguir cobrando los “generosos” cheques y “usar esa fuerza para lograr el cambio”.
Olé
El 31 de julio, después de más de cuatro meses sin actividad, la pelota naranja de la NBA volverá a picar en el recinto deportivo de ESPN en Orlando. No estarán los 30 equipos de la liga, sino que lo harán los 22 con más posibilidades de clasificarse a los playoffs. Sin embargo, y pese a que la vuelta tuvo la aprobación de todas las franquicias menos Portland Trail Blazers, una “rebelión” de parte de algunos jugadores afroamericanos pone en jaque los planes de Adam Silver, el comisionado de la liga, y LeBron James, quien pidió que la temporada no finalice inconclusa.
El que lleva la bandera contraria es el polémico Kyrie Irving, con salidas conflictivas de Cleveland Cavaliers y Boston Celtics, actualmente en Brooklyn Nets: el base adjudicó su negativa no sólo al miedo que mantienen por la pandemia de Covid-19, sino también por la tensión racial generada a partir de los asesinatos de George Floyd y Breona Taylor, ambas víctimas negras de la represión policía blanca.
“No apoyo ir a Orlando. No estoy con el racismo sistemático y esta mierda, pero algo huele raro. Queramos admitirlo o no, somos atacados como hombres negros cada día que nos despertamos”, señaló Irving, según publicó The Athletic.
El jugador no sólo es campeón de la NBA (con Cleveland), sino que es autoridad de la NBPA, asociación de jugadores: ocupa una de las vicepresidencias del órgano que conduce Chris Paul.
¿Cómo se recibió su queja? Si bien tuvo apoyo de algunos pesados como Kevin Durant, Donovan Mitchell, Russell Westbrook y Carmelo Anthony, su postura parece haber molestado a otros que quieren volver.
Más allá de las intenciones de regresar a las canchas, la vuelta a la actividad está envuelta en un negocio millonario. Jugar en Orlando salvaría unos 900 millones de los contratos de televisión, como una gran parte de los convenios de las franquicias con sus sponsors. Y los jugadores no esconden esta situación.
Garrett Temple, también es vice de la NBPA, aseguró que como “profesionales de raza negra” lo mejor que podían hacer es mantener vivo su negocio, seguir cobrando los “generosos” cheques y “usar esa fuerza para lograr el cambio”.