Putin exige eliminar daños ecológicos en Ártico ruso tras derrame de diésel
Moscú, AFP
El presidente de Rusia, Vladímir Putin, exigió hoy eliminar los daños que ocasionó al ecosistema del Ártico el derrame de diésel ocurrido a fines de mayo en una termoeléctrica de Norilsk, el segundo mayor de este tipo de accidentes en el país, y el primero de tal envergadura ocurrido en el Círculo Polar ruso.
"Es necesario no solo solucionar la situación de modo operativo, sino también restaurar en su totalidad, hasta donde sea posible, el ecosistema afectado", declaró durante una reunión telemática dedicada al accidente tecnológico.
Esto adquiere una mayor importancia, señaló, por tratarse de la "frágil naturaleza de la zona del Ártico".
A consecuencia del vertido, que tuvo lugar el pasado 29 de mayo, unas 21.000 toneladas de combustible diésel contaminaron las tierras y ríos aledaños.
Según Greenpeace, es el primer accidente de tal magnitud en el Ártico y es equiparable al derrame del buque cisterna "Exxon Valdez" ocurrido hace tres décadas frente a las costas de Alaska.
Este derrame solo ha sido superado por la avería de un oleoducto en la república rusa de Komi ocurrida en julio 1994, cuando 94.000 toneladas de crudo contaminaron más de 270 hectáreas y llegaron hasta el mar de Barens.
El mandatario constató que durante las últimas semanas se realizó un trabajo de gran envergadura que permitió controlar la situación y comenzar a limpiar los territorios contaminados.
Sin embargo, hizo un llamado a tomar medidas para evitar la repetición de accidentes de este tipo en el futuro.
La presidenta de la entidad estatal rusa encargada de velar por la naturaleza, Rosprirodnadzor, Svetlana Radiónova, anunció durante la reunión que a partir del próximo mes inspeccionará 426 compañías ubicadas en el Ártico ruso.
Por su parte, la compañía Nornikel, propietaria de la termoeléctrica que ocasionó el derrame, afirmó que le empresa inspeccionará junto a la entidad estatal rusa encargada de velar por el cumplimiento de las normas técnicas, Rostejnadzor, todos los almacenes de hidrocarburos de sus instalaciones.
Nornikel destinará a este proceso 36 millones de dólares en 2020 y 159 millones de dólares en 2021.
El director de la compañía, Vladímir Potanin, aseguró que la inspección encaminada a detectar y erradicar "todos los puntos débiles" concluirá el 24 de julio.
En la operación iniciada a principios de junio para paliar las consecuencias del derrame y evitar que el diésel avanzara por los ríos Daldikan y Ambárnaya hasta el mar participaron el Ministerio de Emergencias de Rusia, la empresa Nornikel y varias empresas petroleras rusas.
El ministro de Emergencias de Rusia, Evgueni Zínichev, informó al presidente que hasta el momento se han recopilado 32.000 metros cúbicos de solución acuosa de diésel y 103.000 metros cúbicos de tierra contaminada.
"La solución se almacena en 103 tanques herméticos ubicados a lo largo de la ribera del río y 12 en el territorio de la termoeléctrica. La tierra se almacena en hangares cerrados, lo que evita que puedan dañar el medio ambiente", indicó.
El presidente de Rusia, Vladímir Putin, exigió hoy eliminar los daños que ocasionó al ecosistema del Ártico el derrame de diésel ocurrido a fines de mayo en una termoeléctrica de Norilsk, el segundo mayor de este tipo de accidentes en el país, y el primero de tal envergadura ocurrido en el Círculo Polar ruso.
"Es necesario no solo solucionar la situación de modo operativo, sino también restaurar en su totalidad, hasta donde sea posible, el ecosistema afectado", declaró durante una reunión telemática dedicada al accidente tecnológico.
Esto adquiere una mayor importancia, señaló, por tratarse de la "frágil naturaleza de la zona del Ártico".
A consecuencia del vertido, que tuvo lugar el pasado 29 de mayo, unas 21.000 toneladas de combustible diésel contaminaron las tierras y ríos aledaños.
Según Greenpeace, es el primer accidente de tal magnitud en el Ártico y es equiparable al derrame del buque cisterna "Exxon Valdez" ocurrido hace tres décadas frente a las costas de Alaska.
Este derrame solo ha sido superado por la avería de un oleoducto en la república rusa de Komi ocurrida en julio 1994, cuando 94.000 toneladas de crudo contaminaron más de 270 hectáreas y llegaron hasta el mar de Barens.
El mandatario constató que durante las últimas semanas se realizó un trabajo de gran envergadura que permitió controlar la situación y comenzar a limpiar los territorios contaminados.
Sin embargo, hizo un llamado a tomar medidas para evitar la repetición de accidentes de este tipo en el futuro.
La presidenta de la entidad estatal rusa encargada de velar por la naturaleza, Rosprirodnadzor, Svetlana Radiónova, anunció durante la reunión que a partir del próximo mes inspeccionará 426 compañías ubicadas en el Ártico ruso.
Por su parte, la compañía Nornikel, propietaria de la termoeléctrica que ocasionó el derrame, afirmó que le empresa inspeccionará junto a la entidad estatal rusa encargada de velar por el cumplimiento de las normas técnicas, Rostejnadzor, todos los almacenes de hidrocarburos de sus instalaciones.
Nornikel destinará a este proceso 36 millones de dólares en 2020 y 159 millones de dólares en 2021.
El director de la compañía, Vladímir Potanin, aseguró que la inspección encaminada a detectar y erradicar "todos los puntos débiles" concluirá el 24 de julio.
En la operación iniciada a principios de junio para paliar las consecuencias del derrame y evitar que el diésel avanzara por los ríos Daldikan y Ambárnaya hasta el mar participaron el Ministerio de Emergencias de Rusia, la empresa Nornikel y varias empresas petroleras rusas.
El ministro de Emergencias de Rusia, Evgueni Zínichev, informó al presidente que hasta el momento se han recopilado 32.000 metros cúbicos de solución acuosa de diésel y 103.000 metros cúbicos de tierra contaminada.
"La solución se almacena en 103 tanques herméticos ubicados a lo largo de la ribera del río y 12 en el territorio de la termoeléctrica. La tierra se almacena en hangares cerrados, lo que evita que puedan dañar el medio ambiente", indicó.