“Nos dijimos las cosas en la cara”
Monarriz habló por primera vez de las diferencias que tuvo con los Romero vez aunque aseguró que todo terminó bien: “Son dos pibes excepcionales”.
Olé
De a poco, la herida empieza a cicatrizar. Diego Monarriz, de sangre bien azulgrana, no pudo sostenerse mucho tiempo al frente del plantel de Primera y encima su salida se dio en medio de un lío con los hermanos Romero, figuras del plantel...
Su historia empezó con una derrota (2-1) en Avellaneda, ante Independiente, pero enseguida se acomodó. El contundente 3-0 ante Argentinos, uno de los equipos sensación del torneo, calmó las aguas y generó expectativas. El 2019 se cerró a lo grande, rompiendo una racha de 15 años sin triunfos en el Monumental y los malos tragos de los ciclos de Almirón y Pizzi, parecían quedar en el pasado. Sin embargo, el 2020 arrancó complicado...
“No me puedo quejar de mi paso como técnico de la Primera porque me dieron todo. Tuve total libertad para manejar las cosas a mi parecer, nunca quisieron imponerme nada y tenía todo el apoyo“, afirmó Monarriz en diálogo con FM 94.7.
El ex enganche ahora volvió a hacerse cargo del equipo de Reserva, pero los nubarrones de su salida del primer equipo a fines de febrero recién empiezan a aclararse. ¿Cuál fue el lío? Antes del reinicio del torneo (1-1 ante Estudiantes) se dio el suegrogate, un entuerto insólito entre el entrenador y los hermanos guaraníes por la presencia del padre de la pareja de uno de ellos dentro de la campo de entrenamiento. El vínculo se rompió y un mes después, en Córdoba, se armó en el entretiempo del duelo con Talleres cuando el DT quiso sacar a Óscar. Conclusión: ninguno de los dos hermanos jugó el segundo tiempo y, a la fecha siguiente, tras una semana de rumores y charlas, Monarriz renunció luego del 0-1 contra Racing en el Bidegain.
“Nunca se me fue nada de las manos, pero soy consciente de que todo siempre cae sobre el técnico. Los Romero son dos pibes excepcionales, pero hubo muchos obstáculos en el medio. No tengo rencor y nos dijimos las cosas a la cara”, cerró...
Olé
De a poco, la herida empieza a cicatrizar. Diego Monarriz, de sangre bien azulgrana, no pudo sostenerse mucho tiempo al frente del plantel de Primera y encima su salida se dio en medio de un lío con los hermanos Romero, figuras del plantel...
Su historia empezó con una derrota (2-1) en Avellaneda, ante Independiente, pero enseguida se acomodó. El contundente 3-0 ante Argentinos, uno de los equipos sensación del torneo, calmó las aguas y generó expectativas. El 2019 se cerró a lo grande, rompiendo una racha de 15 años sin triunfos en el Monumental y los malos tragos de los ciclos de Almirón y Pizzi, parecían quedar en el pasado. Sin embargo, el 2020 arrancó complicado...
“No me puedo quejar de mi paso como técnico de la Primera porque me dieron todo. Tuve total libertad para manejar las cosas a mi parecer, nunca quisieron imponerme nada y tenía todo el apoyo“, afirmó Monarriz en diálogo con FM 94.7.
El ex enganche ahora volvió a hacerse cargo del equipo de Reserva, pero los nubarrones de su salida del primer equipo a fines de febrero recién empiezan a aclararse. ¿Cuál fue el lío? Antes del reinicio del torneo (1-1 ante Estudiantes) se dio el suegrogate, un entuerto insólito entre el entrenador y los hermanos guaraníes por la presencia del padre de la pareja de uno de ellos dentro de la campo de entrenamiento. El vínculo se rompió y un mes después, en Córdoba, se armó en el entretiempo del duelo con Talleres cuando el DT quiso sacar a Óscar. Conclusión: ninguno de los dos hermanos jugó el segundo tiempo y, a la fecha siguiente, tras una semana de rumores y charlas, Monarriz renunció luego del 0-1 contra Racing en el Bidegain.
“Nunca se me fue nada de las manos, pero soy consciente de que todo siempre cae sobre el técnico. Los Romero son dos pibes excepcionales, pero hubo muchos obstáculos en el medio. No tengo rencor y nos dijimos las cosas a la cara”, cerró...