La cuenta atrás del Barça para LaLiga (11): así llega Griezmann

Barcelona, AS
Puede que lo de Michigan fuese un espejismo. En el último partido de la pretemporada del Barça, Griezmann jugó como teórico extremo izquierdo al lado de Suárez y Dembélé (4-0 al Nápoles en Ann Arbor). El francés se divirtió. Principalmente, porque vivió muchos minutos en el área. Griezmann abandonaba la posición con frecuencia para hacer el doble delantero con Suárez y estar cerca del gol, donde había consolidado su carrera. Pareció que aquel movimiento táctico se convertiría en norma.



La temporada, sin embargo, ha enseñado un Griezmann menos protagonista. Ha marcado ocho goles en 26 partidos, pero casi todo el mundo está de acuerdo en que ha estado más pendiente del equipo que de sí mismo. Del trabajo defensivo, de un posicionamiento ofensivo ordenado para no descuadrar la manera de jugar del equipo... Ese encorsetamiento en el puesto de extremo izquierdo le ha perjudicado. El mejor Griezmann de su carrera ha jugado de segundo delantero (en el Atlético y con Francia), con movimientos, por ejemplo, como el que hizo en el partido contra el Getafe. Fabuloso, arrancando antes de que el balón llegase a Messi para crearle el espacio para el pase. Pero esas han sido las menos veces. Cuando se lesionó Suárez, también sufrió como nueve. Es un jugador más de aparición que de posición. Aun así, salvó partidos como en Ibiza y Nápoles, en Copa y Champions respectivamente.

Foto de Griezmann
Griezmann
Barcelona Delantero Francia
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El gran objetivo de Griezmann en los once partidos de Liga que restan es expresarse más en el campo y disfrutar más. Su liberación beneficiaría al Barcelona. Lo que resta de campeonato servirá, también, para ver de nuevo unido al tridente, que por culpa de la lesión de Suárez se paró justo cuando parecía arrancar. Esa imagen de Michigan, con Griezmann pisando más el área, es la que necesita el Barça, que estaba empezando a tener serios problemas con él gol. Griezmann llegó entre recelos de la afición por su no en el documental de La Decisión y el precio (120 millones), pero la gente ha valorado su esfuerzo y sus ganas por adaptarse y triunfar pronto. También sus ganas de aprender la idiosincrasia del club. Griezmann, un clásico del Palau, donde disfruta de su amigo Mirotic, quiere darle un poco más al Barça en los once partidos que quedan.

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