Italia 90, el Mundial que cambió las reglas
El peor promedio de gol y el estilo defensivo de la mayoría de los equipos generó que después de esa Copa del Mundo, la FIFA hiciera dos modificaciones clave que marcan el fútbol actual.
Olé
Decir Italia 90 es 'Notti magiche', es Maradona y su tobillo, es Caniggia y sus goles a Brasil e Italia y es una Selección Argentina que luchó y dejó todo más que jugar para llegar a la final buscando repetir la gesta de México 86. Pero ese torneo que significó la tercera estrella de Alemania, trajo consigo dos consecuencias por lo que se vio en la cancha que cambiaron el fútbol.
Ese Mundial es hasta hoy en día el de peor promedio de gol: 2,21 por partido. Eso se vio reflejado en las selecciones y sus estilos de juego. Planteos más mezquinos y acumulación de defensores se volvió la tónica global. Desde Argentina y el inicio ante Camerún con cinco atrás, hasta el campeón Alemania que así logró el título. En el medio Inglaterra, Italia, Holanda, Yugoslavia y hasta Brasil se sumaron resignando volantes y delanteros en algún momento del torneo.
Y la FIFA tomó nota e impulsó dos regulaciones que modificaron directa e indirectamente el juego. El primero fue en 1992 al eliminar la regla de que el arquero podía agarrar con la mano un pase atrás de un compañero con el pie. Esa situación que simplificaba cualquier amenaza rival pasó a ser un reto y, con el tiempo, ayudó a tener guardametas que cada vez juegan mejor con sus pies y defensores con más. Una realidad que, 30 años después, puede dar fe de ello.
La otra medida fue la de los tres puntos por partido ganado. Impulsada por FIFA recién en el siguiente Mundial de Estados Unidos 1994, lo copiaron de algunos países que ya lo usaban, como Inglaterra desde 1981. Antes, la victoria valía dos unidades y el empate uno. Esa diferencia de premiar a quien venciera amplió la brecha ante el conformismo del punto. De hecho derribó prácticamente una premisa histórica conocida como la 'media inglesa': ganar de local y empatar de visitante. Salir directamente a buscar ese puntito ya no era tanto negocio porque se perdían dos. Mucho más pensando en torneos largos.
Dos medidas que se metieron tan de lleno en el fútbol y lo hicieron mucho más dinámico que hoy en día es imposible no imaginarlas en práctica. Todo ello pensando en un deporte mucho más atractivo y se consiguió. Un cambio de paradigma como puede estar sucediendo en estos años con las nuevas regulaciones de la International Board y la inclusión de la tecnología. Italia 90, un antes y un después.
Olé
Decir Italia 90 es 'Notti magiche', es Maradona y su tobillo, es Caniggia y sus goles a Brasil e Italia y es una Selección Argentina que luchó y dejó todo más que jugar para llegar a la final buscando repetir la gesta de México 86. Pero ese torneo que significó la tercera estrella de Alemania, trajo consigo dos consecuencias por lo que se vio en la cancha que cambiaron el fútbol.
Ese Mundial es hasta hoy en día el de peor promedio de gol: 2,21 por partido. Eso se vio reflejado en las selecciones y sus estilos de juego. Planteos más mezquinos y acumulación de defensores se volvió la tónica global. Desde Argentina y el inicio ante Camerún con cinco atrás, hasta el campeón Alemania que así logró el título. En el medio Inglaterra, Italia, Holanda, Yugoslavia y hasta Brasil se sumaron resignando volantes y delanteros en algún momento del torneo.
Y la FIFA tomó nota e impulsó dos regulaciones que modificaron directa e indirectamente el juego. El primero fue en 1992 al eliminar la regla de que el arquero podía agarrar con la mano un pase atrás de un compañero con el pie. Esa situación que simplificaba cualquier amenaza rival pasó a ser un reto y, con el tiempo, ayudó a tener guardametas que cada vez juegan mejor con sus pies y defensores con más. Una realidad que, 30 años después, puede dar fe de ello.
La otra medida fue la de los tres puntos por partido ganado. Impulsada por FIFA recién en el siguiente Mundial de Estados Unidos 1994, lo copiaron de algunos países que ya lo usaban, como Inglaterra desde 1981. Antes, la victoria valía dos unidades y el empate uno. Esa diferencia de premiar a quien venciera amplió la brecha ante el conformismo del punto. De hecho derribó prácticamente una premisa histórica conocida como la 'media inglesa': ganar de local y empatar de visitante. Salir directamente a buscar ese puntito ya no era tanto negocio porque se perdían dos. Mucho más pensando en torneos largos.
Dos medidas que se metieron tan de lleno en el fútbol y lo hicieron mucho más dinámico que hoy en día es imposible no imaginarlas en práctica. Todo ello pensando en un deporte mucho más atractivo y se consiguió. Un cambio de paradigma como puede estar sucediendo en estos años con las nuevas regulaciones de la International Board y la inclusión de la tecnología. Italia 90, un antes y un después.