Isla, ¿la avanzada chilena en Boca?

Román quiere sí o sí al lateral y buscará cerrarlo como refuerzo en estos días, ahora que queda libre. Mientras, crece la ilusión por ver a otros chilenos top con la azul y oro. ¿El 4 será el primero?

Olé
Los finales de los 90 y principios de los 2000 fue la era de los colombianos en Boca: con Córdoba en el arco, Bermúdez en la zaga y Serna en la mitad de la cancha, el club vivió la etapa más gloriosa en sus 115 años de vida, con la obtención de dos Copas Libertadores (la 2000 y 2001) y la inolvidable Intercontinental contra el Real Madrid de los Galácticos. La gran figura de aquel equipo de Bianchi era Juan Román Riquelme, el mismo que hoy, desde su rol como vice del club y responsable máximo del Consejo de Fútbol, desea emular aquella época dorada con complicidad de una nueva legión de futbolistas extranjeros. ¿Más colombianos? No, chilenos.


El primero en incorporarse podría ser un viejo anhelo del 10, el lateral derecho Mauricio Isla, que este 30/6 queda libre del Fenerbahce turco y al que Román volverá a llamar en estas horas para intentar abrocharlo de cara al próximo semestre. Un jugador que puede aportar al equipo el salto de calidad que Riquelme pretende para ir por en busca de la séptima Copa. ¿Y un anzuelo para tentar más adelante a Medel, Aránguiz y Arturo Vidal?

El interés de Boca por Isla no es nuevo. En diciembre del año pasado, pocos días después de asumir la vicepresidencia del club, Román ya se había puesto en contacto con lateral con vistas al primer semestre del 2020. En ese entonces, al chileno le quedaban seis meses de contrato en Europa y tenía intenciones de quedarse a cumplirlo, aunque quedaron en volver a charlar más adelante.

“Una tarde me sonó el teléfono y me dicen: ‘Hola, soy Román’. Yo pregunté qué Román y era Riquelme. Hablamos un rato de fútbol y de mi familia hasta que me preguntó si me gustaría jugar allí, en Boca, a lo que respondí: ‘¿A quién no le gustaría jugar en Boca?’. Pero con total sinceridad le dije que me quedaba a cumplir mi contrato”, admitió Isla hace algunos meses. Y dejó una puertita abierta: “Boca es de los clubes más grandes de Sudamérica y de los más ganadores de la Libertadores. No descarto ir”. Según medios de Turquía, Fenerbahce no haría el esfuerzo económico para intentar renovarle.

La llegada de Isla cierra por todos lados. Además de que vendría con el pase en su poder, futbolísticamente cumple con todos los requisitos que Riquelme pretende para el equipo: roce internacional (habitué de la selección chilena, debutó y lleva 13 temporadas en Europa), carácter y, por sobre todas las cosas, la edad justa para ponerse la azul y oro.

A los casi 32 (cumple el 12 de junio), todavía le queda cuerda para firmar un contrato por tres años y disfrutarlo a pleno. ¿Es una posición en la que Boca necesita reforzarse, teniendo en cuenta el gran presente de Buffarini (hasta Scaloni lo elogió), la proyección de Weigandt y la presencia de Leo Jara? Riquelme y sus laderos consideran que cuando se presenta una oportunidad como ésta, hay que aprovecharla sí o sí. Haya o no haya Copa, sería imposible tentar a un jugador como el chileno.

“Isla es el sueño que tenemos”, le confió a Olé una fuente muy cercana al Consejo de Fútbol, aunque no sólo Román hace fuerza para quedarse con el lateral que también puede jugar de volante y de extremo. Detrás de la negociación hay otro personaje clave en todo esto que es el chileno Gary Medel, excompañero de Riquelme en Boca y actual de Isla en la Roja. “Yo le pasé el teléfono para que lo llamara”, contó el Pitbull, quien además manifestó sus ganas de retornar una vez finalizado su ciclo en el Bologna y también instaló los nombres de otros dos compatriotas a los que ve con la azul y oro: Charles Aránguiz (Leverkusen) y Arturo Vidal, al que “le encanta Boca” y “se muere por ir”. Lo que se dice un deseo sin fronteras.

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