El árbitro golpeado en un Mundial
Hace 18 años se vivió una de las situaciones más insólitas en la historia de los mundiales. En Corea-Japón 2002, el portugués Joao Pinto agredió al árbitro argentino Ángel Sánchez, a quien luego de ese partido le avisaron que debía armar las valijas y volverse al país. ¿Qué dice Sánchez hoy? Me sacó la Conmebol de ese Mundial.
Olé
"Me pegó una piña, él me pegó una piña”. Estas palabras repetía una y otra vez Ángel Sánchez en el Mundial de Corea-Japón 2002, luego de ser agredido por Joao Pinto, por ese entonces, delantero de Portugal. Aquella situación, indudablemente, quedó grabada en la retina de todos los espectadores.
Incluso, para el ex árbitro, que en ese encuentro les anuló un gol a los coreanos, significó un antes y después en su carrera profesional, ya que por ese incidente particular tuvo que abandonar el Mundial. Mientras, Pinto fue sancionado por seis meses, aunque tiempo más tarde le disminuyeron el castigo.
Portugal terminó con nueve jugadores y la victoria fue 1-0 para los coreanos. Pero, a partir de ese momento, y sin saberlo, Sánchez se despedía del Mundial de Corea-Japón. A 18 años de ese partido, el hoy ex árbitro (Sánchez se retiró en 2006, a los 49 años) recuerda aquel singular episodio.
-¿Imaginaste que alguna vez sufrirías una agresión como ésa?
-Jamás. Mirá que me han pegado en otros partidos. Golpear a un árbitro no es algo que no sea habitual. En 27 años recibí cuatro, cinco agresiones. Pero en un Mundial fue muy raro. Gracias a eso conocí Zurich, porque la FIFA me citó a declarar. Si no, nunca lo hubiera conocido...
-¿Y por qué creés que se dio tu salida?
-Me sacaron por cuestiones políticas de Conmebol y dejaron a un brasileño que no dirigió un partido más (NdeR: el brasileño que estuvo en ese Mundial fue Carlos Simon). Ese día me felicitó el instructor del encuentro y me aplaudieron los árbitros que lo estaban viendo en Corea. Incluso, llegué a Japón y me dijeron: “¿Por qué no trajo sus cosas si usted se va a quedar?”. Y cuando volví a Corea me comunicaron que me iba del Mundial.
-¿Y te dieron alguna explicación?
-Hablé con los dirigentes y me comentaron que no fue una decisión de ellos. Les agradecí a algunos porque querían que siguiera, pero, evidentemente, la gente de Conmebol, de ese momento, no quería que continuara.
-¿Cuánto te marcó tu salida?
-Fue algo que me frustró en ese momento. Tenía mucha expectativa, las cosas me habían salido muy bien, pese a que la gente de Portugal se quejaba. Es más, en ese partido, le anulo un gol a Corea, al que decían que venía favoreciéndolo, y expulsé bien a los dos jugadores de Portugal. Pero ya te digo, no tuvo tanto que ver con lo arbitral. Querían sacarme del Mundial. Personalmente, me quedó un resabio: merecía un partido más al menos.
-¿Fuiste duro en el informe?
-Puse lo que pasó, lo que se vio en las imágenes. Se presentaron fotos del hematoma que me dejó debajo de la costilla. Al jugador le dieron seis meses y después presentaron descargos que lo dejaron volver a jugar antes.
-¿Qué significó para vos dirigir en un Mundial?
-Fue algo único. Imaginate que fui a dirigir un partido nada más y lo terminé haciendo en dos ocasiones (NdeR: antes del encuentro del golpe, había estado en Sudáfrica 1 - Eslovenia 0). Posiblemente, el segundo partido fue el mejor de mi carrera, pero me terminé volviendo. Son las reglas del juego, uno sabe cuándo llega, pero desconoce cuándo se va a ir, ésa es la realidad.
-Por aquel entonces se comentaba que Grondona te termina eligiendo, por encima de Elizondo, porque para el próximo Mundial no te daba la edad...
-A nadie lo eligen para ir a un Mundial porque le llega la edad. Es cierto que competía con Horacio, pero previo al Mundial ya venía muy bien, dirigiendo partidos muy importantes en Libertadores y en otros torneos.
Una de las tantas camisetas que tiene en su casa.
Una de las tantas camisetas que tiene en su casa.
-¿Y cómo está hoy la relación con Elizondo luego de sus dichos? (NdeR: “Es un buen árbitro, pero está por debajo mío en la escala de la FIFA. A Grondona le habrá caído más simpático nominarlo para dirigir en el Mundial”, llegó a decir Elizondo).
- Excelente. Desde 2017 trabajamos juntos. Son momentos que pasan, el hecho de perder una chance te lleva a decir cosas que no son y, bueno, ya lo hablamos en cuando se dio la oportunidad y quedó la mejor. En el 2006 le tocó a él y lo hizo brillantemente.
-¿Te arrepentís de algo en tu carrera?
-No me arrepiento de nada. Al contrario, soy un afortunado de la carrera que tuve. Lo único que lamento, y que yo creo que me quedó pendiente, es que mi viejo no me viera en un Mundial. Él falleció en el 93, después de acompañarme en toda mi carrera. Es el único sueño que me quedó. No me pudo ver y seguramente lo hubiese disfrutado muchísimo, ésa sí es la pena que me quedó.
Olé
"Me pegó una piña, él me pegó una piña”. Estas palabras repetía una y otra vez Ángel Sánchez en el Mundial de Corea-Japón 2002, luego de ser agredido por Joao Pinto, por ese entonces, delantero de Portugal. Aquella situación, indudablemente, quedó grabada en la retina de todos los espectadores.
Incluso, para el ex árbitro, que en ese encuentro les anuló un gol a los coreanos, significó un antes y después en su carrera profesional, ya que por ese incidente particular tuvo que abandonar el Mundial. Mientras, Pinto fue sancionado por seis meses, aunque tiempo más tarde le disminuyeron el castigo.
Portugal terminó con nueve jugadores y la victoria fue 1-0 para los coreanos. Pero, a partir de ese momento, y sin saberlo, Sánchez se despedía del Mundial de Corea-Japón. A 18 años de ese partido, el hoy ex árbitro (Sánchez se retiró en 2006, a los 49 años) recuerda aquel singular episodio.
-¿Imaginaste que alguna vez sufrirías una agresión como ésa?
-Jamás. Mirá que me han pegado en otros partidos. Golpear a un árbitro no es algo que no sea habitual. En 27 años recibí cuatro, cinco agresiones. Pero en un Mundial fue muy raro. Gracias a eso conocí Zurich, porque la FIFA me citó a declarar. Si no, nunca lo hubiera conocido...
-¿Y por qué creés que se dio tu salida?
-Me sacaron por cuestiones políticas de Conmebol y dejaron a un brasileño que no dirigió un partido más (NdeR: el brasileño que estuvo en ese Mundial fue Carlos Simon). Ese día me felicitó el instructor del encuentro y me aplaudieron los árbitros que lo estaban viendo en Corea. Incluso, llegué a Japón y me dijeron: “¿Por qué no trajo sus cosas si usted se va a quedar?”. Y cuando volví a Corea me comunicaron que me iba del Mundial.
-¿Y te dieron alguna explicación?
-Hablé con los dirigentes y me comentaron que no fue una decisión de ellos. Les agradecí a algunos porque querían que siguiera, pero, evidentemente, la gente de Conmebol, de ese momento, no quería que continuara.
-¿Cuánto te marcó tu salida?
-Fue algo que me frustró en ese momento. Tenía mucha expectativa, las cosas me habían salido muy bien, pese a que la gente de Portugal se quejaba. Es más, en ese partido, le anulo un gol a Corea, al que decían que venía favoreciéndolo, y expulsé bien a los dos jugadores de Portugal. Pero ya te digo, no tuvo tanto que ver con lo arbitral. Querían sacarme del Mundial. Personalmente, me quedó un resabio: merecía un partido más al menos.
-¿Fuiste duro en el informe?
-Puse lo que pasó, lo que se vio en las imágenes. Se presentaron fotos del hematoma que me dejó debajo de la costilla. Al jugador le dieron seis meses y después presentaron descargos que lo dejaron volver a jugar antes.
-¿Qué significó para vos dirigir en un Mundial?
-Fue algo único. Imaginate que fui a dirigir un partido nada más y lo terminé haciendo en dos ocasiones (NdeR: antes del encuentro del golpe, había estado en Sudáfrica 1 - Eslovenia 0). Posiblemente, el segundo partido fue el mejor de mi carrera, pero me terminé volviendo. Son las reglas del juego, uno sabe cuándo llega, pero desconoce cuándo se va a ir, ésa es la realidad.
-Por aquel entonces se comentaba que Grondona te termina eligiendo, por encima de Elizondo, porque para el próximo Mundial no te daba la edad...
-A nadie lo eligen para ir a un Mundial porque le llega la edad. Es cierto que competía con Horacio, pero previo al Mundial ya venía muy bien, dirigiendo partidos muy importantes en Libertadores y en otros torneos.
Una de las tantas camisetas que tiene en su casa.
Una de las tantas camisetas que tiene en su casa.
-¿Y cómo está hoy la relación con Elizondo luego de sus dichos? (NdeR: “Es un buen árbitro, pero está por debajo mío en la escala de la FIFA. A Grondona le habrá caído más simpático nominarlo para dirigir en el Mundial”, llegó a decir Elizondo).
- Excelente. Desde 2017 trabajamos juntos. Son momentos que pasan, el hecho de perder una chance te lleva a decir cosas que no son y, bueno, ya lo hablamos en cuando se dio la oportunidad y quedó la mejor. En el 2006 le tocó a él y lo hizo brillantemente.
-¿Te arrepentís de algo en tu carrera?
-No me arrepiento de nada. Al contrario, soy un afortunado de la carrera que tuve. Lo único que lamento, y que yo creo que me quedó pendiente, es que mi viejo no me viera en un Mundial. Él falleció en el 93, después de acompañarme en toda mi carrera. Es el único sueño que me quedó. No me pudo ver y seguramente lo hubiese disfrutado muchísimo, ésa sí es la pena que me quedó.